SEAT Ibiza 3p 1.9 TDI 160 CV Cupra (2002) | Estable, seguro y con unas suspensiones muy duras

01/02/2005 |Alfonso Herrero

La suspensión de esta versión Cupra es más dura que la de otros Ibiza (modificaciones respecto a un Ibiza FR) y que la de cualquier otro utilitario similar que hayamos probado.

Sobre carreteras con el firme en buen estado habrá quién agradezca esta característica, por que le da un tácto ágil y contiene mucho los movimientos de la carrocería.

En cambio, por carreteras con el asfalto en mal estado, el cuerpo va recibiendo sacudidas constantemente. No me han parecido insufribles si no se recorren habitualmente este tipo de vías y siempre que valoremos más la estabilidad a la comodidad. Quien busque un coche para hacer muchos kilómetros a ritmo rápido posiblemente este Ibiza no sea la mejor opción.

En carreteras lentas, no es un coche tan exigente con el conductor como puede ser un MG ZR 160 o un Peugeot 206 RC. Este Ibiza mantiene bien la trayectoria, sin movimientos bruscos del eje trasero. En cambio, creo que un Renault Clio 2.0 RS es algo más sencillo de conducir rápido, porque requiere menos precisión del conductor para entrar y mantenerse en la curva.

En vías rápidas, si se pisa una junta cuando el coche está en un apoyo fuerte, responde con sequedad pero no se aparta de la trayectoria más que un coche semejante con suspensión menos dura.

De serie lleva discos de 312 mm delante y 232 mm detrás, ventilados los primeros. Nuestro Ibiza tenía la opción de pinzas de freno delanteras de cuatro bombines pintadas en color rojo, que cuesta 1.280 €.

Con estos frenos hemos obtenido unos buenos resultados en las mediciones de frenado y, durante las pruebas, mantuvieron una buena capacidad aún estando calientes.

Los neumáticos (en nuestra unidad, unos Pirelli P Zero Nero) en medidas 205/40 ZR17 tienen un adherencia muy buena mientras el asfalto está seco. Cuando el suelo está húmedo, ni estos neumático pueden impedir que la ruedas pierdan tracción, si se acelera en curva. En este tipo de curvas y a partir de un cierto ritmo, es normal ver parpadear al testigo del control de tracción.

Las llantas son de cinco radios dobles y están más expuestas de lo habitual a golpes durante las maniobras de aparcamiento. De hecho, dado el aspecto que tenían las del modelo que probamos, parece que es muy sencillo arañarlas. La rueda de respuesto es de la misma medida que las otras.