Rolls Royce Spectre (2024) | Información general

18/10/2022 |Redacción de km77.com (@km77com)

A finales de 2023 llegará el primer vehículo eléctrico de Rolls-Royce, un cupé de dos puertas y cuatro plazas llamado Spectre. Está construido sobre la plataforma «Architecture of Luxury», la misma del Phantom, el Ghost y el Cullinan, aunque la rigidez de la misma es un 30 % superior gracias a que la batería de alta tensión también forma parte de la estructura. No tiene nada en común con la plataforma CLAR que BMW utiliza en, por ejemplo, el iX (Rolls-Royce es propiedad de BMW).

Su carrocería mide nada menos que 5,45 metros de longitud, 2,08 m de anchura y 1,56 m de altura, mientras que la batalla es de 3,21 metros. Son unas proporciones parecidas a las del extinto Phantom Coupé, un modelo que estuvo a la venta entre 2008 y 2016 y que, según Rolls Royce, es el antecesor del Spectre. El peso en vacío es de 2975 kilos, de los cuales «casi 700» corresponden a la batería de alta tensión (cuya capacidad no ha sido facilitada por el momento).

El sistema de propulsión aún está en fase de desarrollo (muy avanzado, eso sí) y, por tanto, las especificaciones que Rolls-Royce ha comunicado aún pueden sufrir variaciones. La potencia del mismo (no sabemos si viene de uno o de varios motores) es de 585 caballos y el par máximo, de 900 Nm. Se estima que la aceleración de 0 a 100 km/h se complete en 4,5 segundos y que la autonomía (WLTP) sea de unos 520 kilómetros.

La suspensión es de tipo adaptativo y predictivo y recibe el nombre de «Planar». Aunque en el comunicado Rolls Royce no lo afirma, es casi seguro que lleve muelles neumáticos (así es en todos los modelos que comercializa). Lo que sí dice es que las barras estabilizadoras se pueden acoplar o desacoplar automáticamente y que los amortiguadores pueden modificar su dureza en función del estado de la calzada, una función que es posible gracias a que el coche «escanea la misma» en tiempo real mediante una cámara trifocal. El Spectre también tiene dirección en las ruedas posteriores (además de en las anteriores), un sistema que permite reducir el diámetro de giro (es de 12,7 metros, nada mal para un coche de casi 5,5 metros de largo) y también mejorar la estabilidad a alta velocidad.

Al habitáculo, como es habitual en la marca, se accede mediante dos puertas «de apertura suicida», es decir, que abren desde delante hacia atrás (imagen). El salpicadero tiene el aspecto habitual de los modelos de Rolls Royce, aunque la marca ha instalado un sistema de iluminación ambiental muy sofisticado con diminutos puntos de luz en las puertas, el salpicadero y el techo (imagen). Sobra decir que la personalización del mismo es casi infinita: hay muchísimos tipos y colores de piel, de maderas y de molduras decorativas, pero también es posible elegir el tipo (o tipos) de costuras para los asientos y otros elementos e incluso grabar iniciales, frases e imágenes en diversos lugares del interior.

La parrilla, que según Rolls Royce es la más grande que han utilizado en un modelo de producción, está retroiluminada mediante 22 ledes (imagen). Las llantas son de 23 pulgadas de diámetro y el coeficiente aerodinámico (Cx) es de 0,25.

No es la primera vez que Rolls-Royce se adentra en el mundo del vehículo eléctrico, aunque hasta la fecha siempre lo ha hecho de manera experimental, como en 2011 con el 102EX (un Phantom VII con 394 CV y una batería de 71 kWh) y también en 2016 con el 103EX (o VISION NEXT 100; más información).