Renault Grand Scénic (2017) | Impresiones de conducción

21/08/2017 |Carlos Fernández (@CarlosFP_77)

La conducción del Grand Scénic difiere muy poco de la del Scénic. Hemos probado ambos coches con el mismo motor Diesel de 131 CV, que da un consumo bajo y unas prestaciones normales. Una de las mayores virtudes dinámicas es que reacciona con progresividad ante maniobras bruscas. Un elemento característico de este coche es que las ruedas tienen llantas de 20 pulgadas y neumáticos relativamente estrechos para ese diámetro. De esto y otros apartados comunes hay información en las Impresiones de conducción del Renault Scénic.

Según las mediciones propias que hemos recogido en esta tabla comparativa de prestaciones, el Grand Scénic acelera un poco más despacio que el Scénic. Para pasar de 80 a 120 km/h el primero empleó 8,9 segundos, por los 8,2 del segundo. Los valores de recuperación en todas las marchas también son ligeramente más lentos en el Grand Scénic. Este es un resultado algo inesperado porque la diferencia de peso entre ambos modelos con este motor es poca (61 kg) y además, según los datos oficiales, aceleran igual de 0 a 100 km/h (ficha técnica comparativa).

En cualquier caso, las prestaciones del Grand Scénic son normales para su potencia. Este motor mueve con suficiente (que no sobrada) agilidad al coche por todo tipo de vías y, aunque no tiene mucha fuerza a bajo régimen (es a partir de unas 2100 vueltas cuando empieza a acelerar con fuerza), resulta agradable de utilizar porque funciona con suavidad y no hace mucho ruido. El cambio de marchas es lento, sobre todo porque los recorridos que tiene la palanca son muy grandes, y su precisión es normal.

 

El Scénic y Grand Scénic han frenado mal, pero el segundo lo ha hecho peor. Para detenerse desde 120 km/h ha necesitado 58,2 metros. Es una cifra muy alta, superior a la que hemos obtenido con todas sus alternativas salvo el Ssangyong XLV, que necesitó 63,4 metros.

Al igual que el Scénic, el Grand Scénic, sin ser un coche incómodo, no es relajante para viajar si se compara con sus alternativas. El motivo principal es que la suspensión resulta algo firme: transmite a los ocupantes con evidencia las rugosidades del asfalto cuando se circula deprisa y resulta seca al pasar a baja velocidad por encima de baches como las grietas que abundan en el asfalto urbano. La ventaja que da esta suspensión es que la carrocería no balancea mucho en las curvas. El ruido aerodinámico me ha parecido grande cuando se circula a 120 km/h.

Un aspecto positivo, y quizás de los apartados mejor conseguidos en la conducción de este coche, es la dirección, porque es rápida y transmite al conductor mucha información sobre la adherencia de los neumáticos. Nos ayudó a completar correctamente nuestra habitual maniobra de esquiva, que realizamos en circuito. La velocidad máxima a la que conseguimos realizarla sin derribar conos fue 76 km/h, como se recoge en el vídeo que acompaña a esta información. El Grand Scénic tuvo unas reacciones satisfactorias porque las ayudas electrónicas siempre intervinieron correctamente para mantener el coche bajo control, evitando así que el conductor se viera ante una situación difícil de gestionar.

 

En nuestro recorrido de consumo, de 143,3 km por una autovía que atraviesa un puerto de montaña y que realizamos a una velocidad media de 120 km/h, el Grand Scénic necesitó 5,2 l/100 km según el ordenador de viaje. No se pudo comprobar el error de este porque el fabricante recomienda no seguir llenando el depósito una vez que la manguera de repostaje deja automáticamente de verter. A falta de corregir el error, se trata de un valor muy bueno, mejor que el que hemos medido con cualquiera de las alternativas similares. Nuestras referencias comparativas son pocas porque los coches con carrocería de monovolumen están disminuyendo en favor de los que tienen aspecto de todoterreno. Un Citroën Grand C4 Picasso de 114 CV gastó 6,3 l/100 km y un Ford Grand C-MAX de idéntica potencia, 7,1 l/100 km. 

En una utilización combinada a partes prácticamente iguales por ciudad, autovía y carreteras de doble sentido, el consumo que he obtenido con el Grand Scenic ha sido de unos 6,0 l/100 km, practicando una conducción ágil. Es un motor en el que el tipo de conducción no afecta en gran medida al consumo, por lo que parece sencillo que cualquier usuario obtenga un resultado similar.