Renault Clio RS (2006) | Puesto de conducción y algunos elementos de equipamiento

13/09/2006 |Alfonso Herrero

Con la aparición de la nueva gama Clio, Renault mejoró notablemente la postura de conducción. El volante queda ahora más próximo a la vertical y hay más espacio disponible, sobre todo altura hasta el techo. A pesar de ello, el puesto de conducción no es el mejor para cualquier conductor porque el asiento, incluso en su posición más baja, queda alto.

Los asientos de serie son amplios, con un respaldo que permite apoyar completamente la espalda (incluso a personas de mayor estatura que la media) y dan una sujeción buena dentro de unos límites. Su relleno no es excesivamente duro, por lo que me parecen adecuados para un uso diario (imagen).

En giros con mucha aceleración lateral, he echado de menos que sujetasen mejor la zona de los hombros. Para quien quiera mejorar este inconveniente, Renault ofrecerá después del verano, y de forma opcional, unos asientos Recaro (en Francia cuestan 1.200 €). Estos asientos tienen unos apoyos laterales firmes y muy prominentes, que dan una sujeción excepcional al cuerpo. Precisamente por ello, pueden dificultar el acceso y la salida del coche a conductores que no tengan mucha flexibilidad.

El Clio RS tiene un volante tapizado de piel y de aro grueso. La parte superior tiene un bordado rojo para indicar el punto de centrado (no le veo utilidad alguna en una conducción por carretera).

De serie se puede ajustar verticalmente; para poderlo hacerlo también en profundidad hay que pagar una opción que incluye este ajuste y el sistema de entrada y arranque sin llave. Por la comodidad que aporta este último dispositivo, y dado que el coste de este paquete opcional no es elevado (333 €), me parece recomendable adquirirlo.

Los pedales del acelerador y freno quedan suficientemente cerca para facilitar la maniobra del punta-tacón. Los tres pedales y el apoyo para el izquierdo son metálicos (imagen).

Con los asientos de serie, a los que midan cerca de 1,90 m, la rodilla les golpeará contra la empuñadura de la puerta en los giros más cerrados. A los conductores de esa estatura, la consola no les molestará, algo que sí les puede suceder a personas de menor talla.

La información del cuadro de instrumentos es la misma que tienen otros modelos de la gama (imagen). Una vez más, se echa en falta algún indicador que informe sobre la temperatura del aceite (esto sucede en la mayoría de coches deportivos de este tipo); eso sí, al menos el Clio conserva el indicador de temperatura del refrigerante del motor.

En el interior del cuentarevoluciones hay un testigo que se ilumina de verde cuando la aguja se aproxima a la zona roja para recomendar el cambio a una marcha superior. Renault se lo podría haber ahorrado por dos motivos: el primero es que de día apenas se ve si está encendido; el segundo es que, en una conducción por carretera, la ocasión más frecuente en la que podemos llegar al corte es durante un adelantamiento, momento en el que no es nada recomendable estar mirando el cuadro de instrumentos en vez de la carretera.

La ubicación de los mandos es buena, excepto los tres que van colocados a la izquierda del salpicadero y que hay que manejarlos a ciegas: el reóstato del cuadro, el del programador y limitador de velocidad, y el del control de tracción.

Nuestra unidad tenía algunos elementos opcionales, como el encendido automático de luces y limpiaparabrisas, el climatizador o el sistema de control de presión de los neumáticos.

El climatizador me ha parecido poco potente ya que tenía que fijar una temperatura más baja de lo normal. El caudal de aire era suficiente pero no el frío que era capaz de dar.

El coche probado también tenía los faros de xenón para cortas y largas (635 €). Las cortas iluminan bien con un haz ancho, aunque la transición de la zona iluminada a la que no lo está es algo brusca. Viajando de noche por carretera, donde cambiaba con frecuencia de cortas a largas, no me he acabado de acostumbrar a lo lento que se realiza el cambio del haz de luz de cortas a largas. Esta transición, similar a lo que ocurre en el Renault Laguna, es más lenta que en cualquier otro coche que he conducido con el mismo sistema.

El sistema de iluminación lateral es efectivo y recomendable. No sólo hace más cómodas las maniobras, también sirve como iluminación para la cuneta en las curvas más lentas (dejan de funcionar a unos 60 km/h).