Pininfarina Rossa prototipo (2000) | Información general

29/09/2000 |Víctor M. Fernández

Rojo Ferrari es su color, Rossa su nombre (rojo en italiano), es el último prototipo realizado por Pininfarina, la culminación de setenta años de historia diseñando coches de ensueño. Ha estado expuesto en el Salón de París pero vio la luz por primera vez en el anterior Salón de Turín.

El Pininfarina Rossa está realizado sobre la base del Ferrari 550 Maranello y de él tiene el bastidor y su motor V12 a 65° de 485 CV, gracias al cual anuncian una velocidad máxima superior a 300 km/h. Sus dimensiones son: 4.290 mm de largo, 1.940 mm de ancho y 1.130 mm de alto, con una distancia entre ejes de 2.500 mm y unas vías de 1.630 mm delante y 1.660 mm. No menos impresionantes son las dimensiones de sus neumáticos Michelin con sistema PAX antipinchazos: 245/650 delante y 275/690 detrás, montados sobre unas llantas BBS en medida milimétrica de 480 mm delante (18,9 pulgadas de diámetro) y 520 mm detrás (20,4 pulgadas).

Su diseño rememora anteriores Ferrari —especialmente los biplazas descapotables de los años 50— y recurre a modernos sistemas que en un futuro no muy lejano serán una realidad. Por ejemplo, los espejos retrovisores se han sustituido por una cámara de video. Ésta se ha colocado entre los dos arcos de seguridad situados tras los asientos deportivos de tipo bacquet y muestra la imagen sobre un monitor que se encuentra en la consola central de su singular salpicadero.

En la parte frontal destaca su parrilla cromada con el «Cavallino Rampante» en el centro y unas tomas de aire que permiten refrigerar los frenos y alimentar el motor. En la parte superior del capó, en la zona donde antaño se dejaban a la vista las tomas de admisión de los coches de competición, el Pininfarina Rossa muestra la silueta de la parte superior del motor V12. Esta solución ha permitido también rebajar la altura del capó.

En interior combina soluciones futuristas con la sencillez de un biplaza de competición. La consola y los laterales del habitáculo son del mismo color «Rossa» de la carrocería. La característica rejilla cromada de Ferrari guía la palanca de cambios, para engranar sus seis marchas. La única concesión al lujo es recubrir la parte interior de las puertas y los asientos con cuero; el volante es de aluminio y piel.