Opel Astra SW 1.9 CDTi 150 CV (2004) | Con la suspensión y las ruedas opcionales es más estable que cómodo

23/12/2004 |Alfonso Herrero

La unidad que hemos probado tenía el sistema opcional IDS Plus, que cuesta 680 € e incluye amortiguación variable (más información sobre el IDS Plus).

En España, es imposible que un Astra con IDS Plus no tenga también el llamado «Pack Sport Chasis». En unos casos porque no se puede encargar el ISD Plus sin comprar también el Pack Sport Chasis (que cuesta otros 330 €). En otros, porque el Pack Sport Chasis es equipo de serie.

Según nos dijo Jens Van Mahnen, director del proyecto «IDS Plus» y de desarrollo de chasis, no tiene sentido que un Astra tenga a la vez el IDS Plus y el Pack Sport Chasis. Con el IDS Plus, se obtienen todas las ventajas del Pack Sport Chasis y alguna más que no tiene ese conjunto de opciones. Por ejemplo, con el Pack Sport Chasis hay una suspensión más dura, que resta confort y no da más estabilidad de la que tendría el Astra solamente con el IDS Plus y sin el Pack Sport Chasis, según Van Mahnen.

La suspensión me ha parecido dura en términos generales, más que la del nuevo Ford Focus, incluido el Sport (los que hemos probado en España, no los de la presentación internacional en Siena, que iban claramente más duros).

Al tener una amortiguación que se adapta en cada momento a los movimientos del coche, no responde de igual manera ante irregularidades de amplia o de pequeña frecuencia. Lo que sí tiene es una buena capacidad de absorción.

Al pulsar el botón «Sportswitch», que forma parte del Pack Sport Chasis, no he notado nada en la dirección (al igual que nos ha sucedido con todos los otros Astra que hemos probado). Donde sí he notado cambios ha sido en el acelerador y en la suspensión.

En el caso del acelerador, se modifica la relación entre recorrido del pedal y la respuesta del motor; esto no quiere decir que el coche acelere más, sino que el sistema amplifica la respuesta del motor con relación al recorrido del pedal. Si se va a una velocidad constante (en carga parcial) y se pulsa el botón «Sport», aumenta ligeramente la velocidad.

Es el primer Astra en el que noto que la amortiguación tiene un funcionamiento distinto con el modo «Sport» activado, posiblemente porque las otras veces que he conducido un coche con este dispositivo no he circulado por carreteras en tan mal estado como esta vez. Al pasar por superficies muy rotas, se aprecia que la suspensión es más seca e incómoda. También he notado que el coche balancea algo menos al entrar en curvas rápidas.

Esto no quiere decir que el grado de dureza máximo que puede dar la amortiguación lo alcance exclusivamente en el modo «Sport». Sin pulsarlo, la suspensión puede seleccionar automáticamente la posición de máxima dureza.

En cualquier caso, este Astra va bien y entra con facilidad en las curvas, sin movimientos que alteren la trayectoria. El control de estabilidad es desconectable.

La unidad de prueba llevaba unas llantas opcionales de 18 x 8,5 “ con neumáticos de medidas 225/40 R18 (opción que vale 700 €). Esta medida es la misma que lleva un Renault Mégane 2.0 Renault Sport (225 CV) o la del eje delantero de un Mercedes-Benz CLK 55 AMG Cabrio (367 CV); un neumático de estas medidas puede costar entre 170 y 200 €.