Opel Astra (2004) | La prueba del botón «Sport»

26/02/2004 |Javier Moltó

En todas las versiones que he conducido, he probado la diferencia entre llevar activada la modalidad «Sport» y llevarla desconectada. La diferencia me ha parecido siempre difícilmente apreciable o directamente inapreciable.

En teoría, la modalidad Sport hace que varíe la asistencia en la dirección, el tacto del acelerador, el sistema de control de tracción, la cantidad de derrapaje permitido con ESP y, al incrementar la dureza de los amortiguadores, la inclinación de la carrocería en curva. Sólo he notado diferencia, y tampoco perceptible con rotundidad, en la inclinación de la carrocería en apoyo en curva.

Opel preparó sobre la pista de un aeropuerto un ejercicio parecido a la «Prueba del Alce» y un recorrido con conos para que los periodistas apreciáramos las diferencias entre llevar la modalidad Sport conectada o desconectada. Tuve la oportunidad de probar en dos ocasiones: una con el asfalto seco y la otra mojado.

Esa «Prueba del Alce» consistía en llegar sobre 80 km/h a un punto en el que había que dar un volantazo brusco a la derecha para recuperar posteriormente la trayectoria inicial con otro volantazo brusco a la izquierda. La particularidad es que los pies se debían levantar de los pedales, no se tocaba el acelerador ni el freno, y el ESP se encargaba de que el coche no perdiera el control.

Mi primera sorpresa, sobre asfalto seco y en la modalidad «Confort», fue la amplitud del derrapaje del eje posterior que permite el ESP. Tanto derrapaje que es necesario iniciar el contravolante para no perder el control. En cuanto actúa el ESP el coche se estabiliza y se recupera el control. Luego el monitor que nos mostraba el ejercicio volvió a pasar en la modalidad Sport y no noté una diferencia apreciable. Tampoco entró exactamente a la misma velocidad las dos veces, por lo que resultaba muy difícil comparar.

Cuando yo probé la primera vez, no hice correctamente la maniobra, porque en lugar de dar un volantazo hice la maniobra con la mayor finura posible y no se produjo nada de derrapaje. El colega que iba a mi lado me reprendió la finura y me mostró la brusquedad con la que había que ejercitarse. Ninguno de los dos notamos diferencias. Volví a pasar yo, ahora con brusquedad y, sí, el eje posterior del coche derrapó. Fue entonces cuando me di cuenta de que para poder comparar era imprescindible entrar las dos veces exactamente a la misma velocidad. Pero ya tenía que devolver el coche y no tuve opción... hasta el día siguiente.

Las condiciones, al día siguiente habían cambaido. El monitor que nos tocó a mi colega y a mí nos dijo que la velocidad de entrada eran 90 km/h en lugar de los 80 del día anterior y el suelo estaba completamente mojado.

La primera constatación es que, a pesar de hacer la prueba más rápido y con el suelo mojado, no hay mucha diferencia en la cantidad de derrapaje entre hacer el ejercicio más despacio sobre suelo seco y más rápido sobre suelo mojado. Hay diferencia, sí, pero poca. El ESP no deja que el coche se desmande más allá de lo controlable, independientemente de las condiciones del suelo.

La segunda constatación es que yo no noto ninguna diferencia entre la modalidad Sport y la Confort; las dos veces, según el radar de la pista, entré exactamente a 94 km/h. Ni yo al volante ni mi acompañante en el asiento de al lado, notamos ninguna diferencia.

Exactamente el mismo derrapaje, exactamente en el mismo momento se detiene el deslizamiento, el coche se estabiliza y termina la curva exactamente por el mismo sitio con el botón apretado que sin apretar. Si hay diferencias, no soy capaz de apreciarlas en esta prueba. Supongo que en una curva, en la que se intente pasar al límite de velocidad, con las dos modalidades posibles, se podrá apreciar la diferencia.

En el trazado marcado con conos las diferencias tampoco eran evidentes. Con conos no se ve bien el dibujo de la curva y es difícil trazar dos veces de forma idéntica y saber qué diferencia se debe al cambio de trazado y cuál a la suspensión. Sí me pareció que balanceaba un poco más en la posición Confort, pero no estoy muy seguro de que sea cierto y no de que sea una sensación influenciada por el aviso.

Preocupado ante mi falta de sensibilidad, probé el control de tracción de la versión gasolina de 170 CV en un camino de tierra. Para hacerlo, mantuve el motor a 3.000 rpm con el embrague pisado y la primera engranada, e intenté soltar el embrague de forma idéntica en las dos ocasiones. Yo diría que las ruedas patinaron exactamente lo mismo en las dos modalidades. Ni en Sport ni en Confort el motor cae muchos de vueltas como sucede en otros coches cuando se pierde tracción. Las ruedas patinan, de forma controlada, sin que el motor caiga de vueltas, siempre entregando fuerza a las ruedas. Un control de tracción muy bueno, muy agradable para el conductor, pero sin diferencia entre las dos modalidades.

Por último, me asegura mi compañero de cena, Jon Lauckner, Ejecutivo de Desarrollo del Astra, que si aprieto el botón Sport con el pedal del acelerador fijo en un punto, notaré una ligera aceleración. Al día siguiente lo compruebo con el motor de 170 CV de gasolina. Efectivamente, el coche acelera ligeramente. Sin embargo, me he fijado en el tacto del pedal en todos los motores con el botón en las dos posiciones posibles y he notado una diferencia pequeñísima, imperceptible en el motor turbodiésel de 150 CV. Tampoco he notado cambios en la asistencia de la dirección, en ninguno de los coches.