Nissan Juke (2011) | Impresiones del interior

18/01/2013 |Enrique Calle y Jose B. Blázquez

El interior del Juke tiene poco espacio en relación a su tamaño exterior. No destaca en ninguna de sus medidas. La anchura es particularmente reducida, especialmente en las plazas posteriores. Delante, un Qashqai tiene menor altura disponible aunque la anchura y espacio para las piernas es mucho mayor (tabla comparativa).

El espacio para las piernas en las plazas posteriores es similar al de un Volkswagen Polo de cinco puertas e inferior al de un Opel Corsa, cuyas carrocerías miden unos 14 centímetros menos. La altura de las plazas traseras sólo resulta suficiente para ocupantes de hasta 1,75 m de altura; si son más altos, rozarán su cabeza con el techo y el reposacabezas les quedará algo bajo, lo que puede ser muy peligroso en caso de accidente.

El acceso a las plazas traseras es peor que en estos modelos, ya que el paso de rueda entorpece la entrada, siendo frecuente chocarse con él. Además, como suele estar sucio, dicha suciedad puede pasar a la ropa que vestimos.

La posición del conductor es como en un turismo con el asiento alto. Falla porque el volante sólo se regula en altura, no en profundidad. Como está cerca del salpicadero, algunos conductores pueden notar que les queda lejos si se sientan a la distancia correcta respecto a los pedales. La palanca para modificar la inclinación del respaldo está situada en un lugar poco accesible, a la izquierda del asiento, entre la banqueta y el montante de la carrocería.

Los asientos delanteros (imagen) nos parecen buenos, aunque se puede echar en falta algo más de sujeción al circular por carreteras con muchas curvas. Tienen un relleno de espuma, ni dura ni blanda, muy agradable para pasar varias horas sentado en ellos. La tapicería de Alcantara —de serie con el equipamiento «Tekna Premium» y «Tekna Sport»— puede ser calurosa en tiempo cálido pero es acogedora con frío.

El aro del volante tiene un buen grosor y una piel agradable al tacto a partir de la versión «Acenta» —en la más asequible («Visia») está revestido de plástico—. Los mandos del volante también varían en función del equipamiento. Por ejemplo, en las versiones que hemos probado, «Tekna Premium», los mandos de la izquierda son para la radio y el teléfono, y los de la derecha para gestionar el programador y limitador de velocidad (imagen).

El cuadro de instrumentos (imagen) se lee bien. El ordenador de viaje, colocado justo en el centro del cuadro (imagen), se maneja mal porque para cambiar los datos que muestra hay que pulsar un botón que incomprensiblemente está en el propio cuadro, lo que obliga a meter el brazo a través del aro del volante para accionarlo.

El acabado interior es correcto, aunque hay aspectos que no desprenden mucha calidad, como que los espejos de cortesía (imagen) no tienen iluminación ni en las versiones con más equipamiento, que en el marco de las puertas no hay reflectores (o luz) para indicar si están abiertas en una calle a oscuras o la escasa iluminación interior —sólo hay luces en las plazas delanteras, ni detrás ni en la guantera—.

Según Nissan, la consola que hay entre los asientos delanteros recuerda al depósito de una motocicleta (imagen). Ahí hay varios lugares para depositar objetos, alguno grande y profundo, pero ninguno tiene tapa. Otros son muy poco profundos y no sirven de mucho porque si se coloca algo se corre el riesgo de que se desplace y se caiga.

Detalles de equipamiento

El sistema «Nissan Connect» tiene una pantalla táctil de 5 pulgadas en la consola (imagen) que sirve para gestionar el navegador, la conexión Bluetooth del teléfono, el equipo de sonido y la cámara trasera de ayuda al aparcamiento (imagen). La pantalla no es muy grande ni da imágenes de gran calidad, pero es fácil de usar y es suficiente para ver bien la información del navegador y la que da la cámara, por cierto de gran ayuda (vídeo).

Este navegador es de serie en los Juke con nivel de equipamiento «Tekna Premium». Nos parece una opción muy a tener en cuenta porque su precio es más bien bajo en relación a la cantidad de funciones a las que da acceso.

Bajo esa pantalla táctil de 5", están la pantalla y los mandos del climatizador y el «Nissan Dynamic Control» —que perite variar la respuesta de ciertos sistemas relacionados con la conducción—, que son compartidos. Lo peculiar de este sistema es que al presionar sobre los botones que los activan, «Climate» o «D-Mode», varía la decoración de algunos botones y su utilidad. En imágenes se aprecia claramente: este es el aspecto para el modo «Climate» (imagen) y este para el «D-Mode» (imagen).

La pantalla y los mandos de control presentan un inconveniente. Cuando se circula con las luces encendidas, la intensidad con la que están iluminados se reduce. Resulta suficiente para verlos de noche, pero no de día ya que prácticamente no se ven. Es posible aumentar la iluminación manualmente pero, como no tiene memoria para guardar el ajuste, al parar y volver a arrancar el motor vuelven a no verse y hay que reajustar la intensidad de nuevo.

Al pulsar el mando «D-Mode», se pueden elegir tres modos de conducción: «Normal», «Sport» o «Eco». En función del programa elegido, según Nissan, varía la asistencia de la dirección, la respuesta del motor al acelerador y el funcionamiento más o menos gastón del climatizador. La regulación es diferente en función de los motores (más información en impresiones de conducción).

En la pantalla se pueden ver una serie de gráficos como la aceleración lateral y longitudinal (imagen), la fuerza que da el motor (imagen) o la presión de sobrealimentación (imagen). Estos gráficos no son de ayuda y nos parecen completamente prescindibles; además, para ver esta pantalla hay que retirar la vista de la carretera, lo que puede conllevar algún despiste.

Maletero

El maletero no es muy grande: 251 litros en las versiones de tracción delantera y 207 litros en las de tracción total. No se puede ampliar desplazando los asientos posteriores longitudinalmente, una solución frecuente en todoterrenos, monovolúmenes e incluso en algunos utilitarios.

Sólo es posible tener más capacidad abatiendo las plazas posteriores; al hacerlo, queda una superficie de carga completamente plana (imagen), aunque no puede tener una red de retención que proteja a los ocupantes si los bultos se desplazan en un accidente.

Bajo el piso del maletero hay un compartimento de 40 litros —el dato de maletero que facilitamos en las fichas técnicas no incluye este doble fondo—, que resulta útil para guardar las herramientas o algunos objetos (imagen). Bajo este compartimento, va guardada una rueda de repuesto de emergencia (imagen).

La lona cubremaletero está integrada en el portón. Tiene la ventaja de que no molesta para introducir bultos en el maletero, porque se eleva al abrir el portón, y el inconveniente de que no se puede apoyar nada encima de ella con el portón abierto. Al ser flexible es posible guardar objetos en el maletero desde las plazas traseras.