Mitsubishi L200 (2015) | Impresiones del interior

29/12/2016 |Pablo David González (@PD_Gonzalez)

El interior del Mitsubishi L200 no transmite la misma sensación de refinamiento de, por ejemplo, un Toyota Land Cruiser. Se percibe que es un vehículo más orientado hacia un uso profesional que hacia uno familiar. Los plásticos que recubren el salpicadero y las puertas son duros, tienen un aspecto poco vistoso, pero no dan sensación de calidad baja, ni se oyen chirridos cuando el vehículo circula por asfalto en mal estado.

El diseño del salpicadero es sencillo y funcional. Los botones son grandes y están a la vista. Los que están a la izquierda del volante son los que quedan más ocultos, pero se utilizan con poca frecuencia (son los de regulación en altura de los faros y los de conexión y desconexión del control de estabilidad y de la alerta por cambio involuntario de carril; imagen). En el volante están, a la derecha, los mandos para manejar el programador de velocidad y, a la izquierda, para el equipo de sonido (imagen). 

El equipo de sonido que viene con el nivel Motion (el de la unidad de prueba, imagen) se controla a través de su pantalla táctil de 6,1 pulgadas y tiene capacidad para recibir señal de radio, reproducir CD y archivos MP3 (tiene una entrada USB y otra AUX) y conectarse a un teléfono mediante Bluetooth para realizar la función de manos libres. Es un equipo que se maneja con soltura en poco tiempo porque los menús están bien estructurados y la pantalla tiene un buen grado de sensibilidad y rapidez al tacto. Este equipo no puede tener navegador. Si se desea tener este elemento hay que pedir el nivel de equipamiento Kaiteki, que incluye además un receptor de radio digital y una pantalla táctil de 7,0 pulgadas (imagen). 

La instrumentación tiene dos grandes indicadores analógicos (a la izquierda el cuentarrevoluciones y a la derecha el velocímetro, imagen) que se leen muy bien. Entre medias, hay una pantalla que permanentemente muestra la temperatura del líquido refrigerante y el nivel de carburante en el depósito. En la parte inferior de esta pantalla se pueden consultar los datos del ordenador de viaje (imagen). Por encima de la pantalla hay una representación esquemática que muestra en qué modo de funcionamiento está el sistema de tracción (imagen).

Los huecos de las puertas tienen un tamaño generoso (delante y detrás, imagen e imagen) y los que hay en la consola y bajo el apoyacodos también (imagen). Ninguno de ellos tiene una cubierta de fieltro o una lámina de goma que amortigüe el golpe de los objetos (tampoco lo tienen un Ford Ranger ni un Toyota Hilux, por ejemplo). 

Acceder a las plazas delanteras del L200 es ligeramente más fácil que en el Ford Ranger y en el Toyota Hilux, aunque en todos los casos hay que «subir al asiento». Las personas de menor estatura (aproximadamente aquellas que midan 1,70 metros o menos) seguramente deban ayudarse de los estribos y de los asideros de los pilares delanteros (imagen). Hemos medido 56 cm de distancia entre el umbral de la puerta y el suelo, lo mismo que en el Ranger y 3 cm menos que en el Hilux. La banqueta del asiento del conductor del L200 está a 84 cm del suelo, esto es, 3 cm menos que en el Ranger y 1 menos que en el Hilux.  

La amplitud del habitáculo en las plazas delanteras es buena. Por anchura es prácticamente idéntica a la del Ranger y el Hilux, mientras que por altura libre al techo es un poco más pequeño que estas dos alternativas, aunque una persona de 1,85 metros de estatura no tiene ningún problema en este sentido. La postura al volante es la habitual en un todoterreno y se va con las piernas más flexionadas que en los turismos. El volante tiene regulación en altura y profundidad —como en el Hilux; el Ranger sólo tiene en altura— y la banqueta del asiento del conductor (no así el del acompañante) se puede variar en altura mediante un mando giratorio (imagen). Este es un asiento que no da mucha sujeción en las curvas y que tienen un mullido no especialmente cómodo, pero adecuado para que no resulte fatigoso cuando se conduce por periodos de tiempo prolongados. Los asientos del Ford Ranger son más duros e incómodos. Con el nivel de equipamiento Kaiteki los asientos delanteros tienen calefacción de serie. 

 

El acceso a las plazas posteriores implica, como sucede en el caso de las delanteras, hacer un movimiento de subida, aunque en este caso el único elemento de ayuda son los estribos laterales. El umbral está a 59 cm del suelo —dos más que en el Ranger y tres menos que en el Hilux—, mientras que la banqueta está a 91 cm —como en el Ranger y 5 cm más baja que en el Hilux—. El ángulo de apertura de las puertas es correcto (68º), mejor que el del Hilux (65º), pero inferior al del Ranger (70º). 

En la segunda fila de asientos caben tres adultos. El confort con todas las plazas ocupadas no es bueno, pero es suficiente si el coche se destina a un uso profesional para hacer desplazamientos cortos. Con dos personas el confort es bueno, pero no tanto como en un todoterreno como un Toyota Land Cruiser, en parte porque los respaldos están un poco más verticales y también porque el mullido es más firme. En esta fila no hay salidas de aire en el final de la consola, ni tomas de corriente de 12 voltios, pero sí un reposabrazos central con dos huecos para botellas (imagen) y un bolsillo para dejar revistas (imagen). También tiene un plafón de iluminación en el techo de buena potencia. El respaldo de esta fila es una única pieza abatible. Tras ellos hay un espacio donde se encuentran las herramientas para cambiar los neumáticos y los triángulos de señalización (imagen). 

De acuerdo con nuestras mediciones, los ocupantes de la fila posterior disponen del mismo espacio para las piernas que en un Ford Ranger y un Nissan Navara, y más que en un Toyota Hilux y un Volkswagen Amarok. La anchura entre puertas es la menor de todos los «pick-up» que hemos medido. Hay 138 cm, mientras que en un Ford Ranger hay 143. La altura hasta el techo (95 cm) está en un término medio. Hay más en un Volkswagen Amarok y un Ford Ranger (98 y 96 cm respectivamente) y menos en un Nissan Navara y un Toyota Hilux (94 y 93 cm).

La caja viene de serie con la chapa a la vista. En opción se puede proteger con una cubierta de plástico que Mitsubishi llama «bedliner» (imagen) y que resta tres centímetros a lo largo. Para cerrar la caja y no dejar la carga a la vista hay dos opciones, una llamada «Fullbox» —una especie de tapa que cubre la caja justo por encima— y otra llamada «Hard top» —es una pieza con ventanillas y luneta que parece una extensión de la carrocería—.
 
La masa del Mitsubishi L200 Double Cab con el motor Diesel de 154 CV es 1950 kilogramos y la masa máxima autorizada es 2905 kg, por lo que la masa útil de carga es 955 kilogramos. La masa útil de carga del Toyota Hilux 150D de doble cabina es 1040 kg y la del Ford Ranger es 1126 kg.
 
El espacio de carga del L200 Double Cab con la cubierta de plástico «bedliner» tiene una profundidad y una anchura máximas de 138 y 146 cm respectivamente (debajo de este párrafo hay una tabla comparativa de las dimensiones de la caja con el Ford Ranger y el Toyota Hilux). La altura de las paredes laterales es 48 cm y en la parte superior de estas hay unas argollas (cuatro en total). La portezuela de la caja está a 89 cm del suelo y, de acuerdo con el manual de instrucciones del vehículo, no es recomendable apoyar carga en ella, algo que me resulta muy extraño ya que no parecía en absoluto endeble (se han llegado a sentar dos personas en ella sin que la tapa mostrase signos de daño).
 
Mediciones de km77.com de la caja de «pick-up» con cabina doble (en centímetros)
 Anchura máximaAnchura mínimaProfundidad máximaProfundidad mínimaAltura
Ford Ranger
154
116
146
62
Mitsubishi L200
146
104
138
86
48
Toyota Hilux
164
111
157
78
49