Mitsubishi Carisma GT Evolution VI RS2 Tommi Makinen Edition (2000) | En carretera de montaña no hay un coche más eficaz

04/01/2001 |Víctor M. Fernández

Ni Porsche, ni Ferrari, ni nada. Sobre una carretera de montaña repleta de curvas no conozco un coche de serie más rápido que el «Evo». Su planteamiento de suspensiones es radical, con amortiguadores, muelles y estabilizadoras muy duras. Sin embargo, lo más impresionante es la capacidad de absorción que tiene. En carreteras bacheadas, el trabajo de la amortiguación es impecable y absorbe cada uno de los baches con una eficacia sobresaliente. No quiere decir que sea cómodo, simplemente que las suspensiones no rebotan y consiguen que las ruedas no se despeguen del suelo, manteniendo un agarre ejemplar en todo momento y evitando que el coche se descoloque

Gracias a esta capacidad de absorción, el «Evo» permite rodar a un ritmo inimaginable en otro coche de suspensiones duras,además de hacer posible que la eficacia de sus frenos con ABS siga siendo inmejorable. Cualquiera es capaz de conducir el Carisma GT a un ritmo más rápido que con otro coche, pero a la hora de sacar su «quintaesencia», el Mitsubishi no es apto para cualquier conductor, por la velocidad a la que se mueve y su enorme agilidad de reacciones.

El eje delantero entra en las curvas con la rapidez y precisión que caracterizan a un coche de carreras. Si las ruedas delanteras siguen fielmente la línea marcada por la dirección, las traseras se sujetan mucho, más bien muchísimo. Resulta por tanto difícil que el eje trasero nos sorprenda con un sobreviraje, pero éste aparece al levantar bruscamente el pie del acelerador en medio de un fuerte apoyo. Cuando conseguimos hacerlo deslizar de atrás hay que anticiparse a sus reacciones muy vivas, aunque la eficacia con la que permite entrar en las curvas es insuperable y ofrece al conductor la posibilidad de trazar con una precisión milimétrica.

La eficacia de su tracción total permanente también merece un sobresaliente. Una vez en la curva, podemos acelerar a fondo sin contemplaciones. El "Evo" dibuja la trayectoria con exactitud y el eje trasero acompaña al delantero con un progresivo deslizamiento que permite salir de la curva a una velocidad de vértigo. Apenas notamos subviraje o sobreviraje, el eje trasero acompaña al delantero con un movimiento neutro y uniforme, eficaz al máximo.

Una de las novedades del Evo VI Tommi Makinen es el diferencial activo trasero que Mitsubishi denomina AYC (Active Yaw Control) o Control Activo de guiñada. Yo no he notado nada especial respecto a los anteriores Evo VI y Evo V, aunque si la marca lo utiliza en el coche de Makinen será por algo. Probablemente, donde más se note su eficacia sea sobre suelo muy deslizante, repartiendo la fuerza del motor con mayor eficacia, pero las diferencias las debe marcar más el cronómetro que las propias reacciones que transmite el coche al volante.