La actual generación del MINI está disponible en seis versiones: One 75 CV, One 95 CV, One D, Cooper, Cooper D y Cooper S. Hay una variante con carrocería alargada (MINI Clubman) y otra descapotable (MINI Cabrio). Los tres tipos de carrocería tienen una versión deportiva denominada John Cooper Works.

En la primavera de 2010, MINI realizará cambios en la gama de motores y pondrá en venta una versión de bajo consumo (MINI One MINIMALISM Line). Todos los motores de gasolina, menos el del One 75 CV y el de la versión John Cooper Works, serán más potentes (más información).

Los dos motores Diesel (One D y Cooper D) se mantendrán sin cambios. Será el tercer cambio importante en la gama MINI desde que este modelo llegó al mercado en septiembre de 2006 (evolución de la gama)

El MINI se puede adquirir a partir de 15.300 € (todos los precios). En términos generales, es más costoso que modelos de similares características como el Citroën DS3, el Fiat 500 o el Volkswagen Polo. Por relación entre valor y precio, las versiones que nos parecen más interesantes son las dos más potentes de gasolina (Cooper y Cooper S excluyendo el John Cooper Works).

Para el One y el Cooper D hay en el mercado distintas alternativas que tienen un precio muy inferior. Por ejemplo, el Cooper D no nos parece la mejor opción entre los utilitarios con motor Diesel. Si bien destaca por sus cualidades dinámicas (estabilidad y agilidad), su motor vibra y es ruidoso. Un Renault Clio con el motor 1.5 dCi de 85 CV es claramente mejor en estos aspectos y es menos costoso.

Por el contrario, el Cooper y, sobre todo, el Cooper S son coches sobresalientes. El precio sigue siendo relativamente alto, pero se distinguen de la competencia por estabilidad, prestaciones y consumo. El Cooper S es extraordinariamente rápido para su potencia (más impresiones de conducción). Además, la diferencia de precio entre un MINI One y su competencia es mayor que la que hay entre un Cooper S y la suya.

Desde agosto de 2007, todos los MINI tienen una serie de medidas para reducir el consumo, similares a las del BMW Serie 1 y otros modelos de BMW. Destaca el sistema de parada y arranque automático del motor cuando el coche está detenido (exclusivamente con cambio manual)y el alternador que no resta energía al motor en las fases de aceleración (más información).

Con estas medidas, el MINI Cooper D redujo el consumo medio 0,5 l/100km (ahora es 3,9 l/100 km). Es un consumo bajo, similar al de modelos como el Ford Fiesta ECOnetic, el Peugeot 207 «99G» o el SEAT Ibiza ECOMOTIVE. Actualmente, el modelo que tiene un consumo medio homologado más bajo es el smart fortwo coupé 33 cdi, que tiene dos plazas y un motor de 45 CV (listado de turismos con motor Diesel ordenado por consumo). El consumo del resto de versiones del MINI también es bajo (ficha comparativa).

Al margen de que resulte atractivo o no por su imagen, lo mejor del MINI no es su carrocería, sino sus cualidades dinámicas. Los cambios en la suspensión en esta segunda generación lo han hecho más estable y más cómodo. Es muy indicado para quien disfrute conduciendo un coche preciso, extraordinariamente estable y que deje sentir el contacto con la carretera a través del volante o de la suspensión. En cierta medida, estas cualidades dinámicas van en detrimento del confort, pero no tanto como en el anterior MINI.

Tras probar diversas versiones, unas con suspensión normal y otra con la deportiva opcional, recomendamos elegir la que trae el coche de serie. La opcional perjudica notablemente el confort (algo que se nota mucho en los baches) y no creemos que aporte una ventaja cualitativa apreciable respecto a la normal, que nos parece muy buena (más impresiones de conducción).

Aunque el equipamiento de serie es escaso (sobre todo en las versiones One), con las opciones disponibles, un MINI puede tener un equipamiento muy abundante. Entre las muchas opciones que hay, algunas cumplen una función práctica y otras muchas sólo cambian el aspecto exterior o interior.

De las que cumplen una función práctica no todas son interesantes. En concreto, no son aconsejables las ruedas más anchas posibles, ni, como ya hemos comentado, la suspensión más dura. Con las ruedas y la suspensión de serie, el resultado es muy satisfactorio. Con cualquiera de esos dos elementos (o con los dos juntos), nos parece que se gana menos en estabilidad que lo que se pierde en comodidad.

Las luces de serie no iluminan tan bien como deberían en un coche de este precio, especialmente las largas. Por ello puede ser interesante la opción de los faros de xenón. Este alumbrado opcional, para cortas y largas, da un resultado muy bueno (posiblemente no hay otro utilitario con unas luces tan buenas).

La faceta práctica del MINI cambia poco con respecto al modelo de 2001. En las plazas delanteras dos ocupantes sí caben bien y, además, el MINI da sensación de amplitud. A pesar de ello, tiene poco espacio para cuatro ocupantes y poco maletero. En las plazas traseras hay poco sitio y, además, el acceso es incómodo.

Hay cualidades muy buenas y otras malas relacionadas con el puesto de conducción. Las buenas tienen que ver con la posición en la que van sentados los dos ocupantes (relativamente bajos y con las piernas estiradas, nada que ver con otros utilitarios) y con el volante y los asientos, de gran calidad. Lo malo del puesto de conducción es que hay ciertos mandos incómodos de manejar (como las ruletas del climatizador) y ciertos elementos de la instrumentación mal colocados y donde la función estética ha prevalecido sobre otros aspectos, como es el caso del velocímetro (más impresiones del interior).

El primer modelo de la marca MINI se empezó a vender en 1959 y se estuvo fabricando (diferentes modelos y con numerosas revisiones) hasta el año 2000. BMW, actual propietaria de la marca MINI, decidió hacer un modelo completamente nuevo, que comenzó a venderse en España en junio de 2001. La segunda generación de este nuevo modelo está disponible desde septiembre de 2006.