MINI Cooper S (2005) | Un deportivo de amortiguación dura y reacciones rápidas

09/12/2004 |Enrique Calle

Conduciéndolo a velocidades moderadas en carreteras buenas, con muchas rectas y con baches que hacen trabajar poco a la suspensión puede parecer un coche apacible de conducir, que no requiere un esfuerzo especial, con mucha estabilidad lineal (pese a su pequeña batalla) y no muy incómodo de suspensión. En esas circunstancias tampoco es un coche ruidoso, ni por motor, ni por aerodinámica. Esa es la impresión que nos dejó a varios miembros de la redacción durante los primeros kilómetros que hicimos con él a ritmo suave.

Por carreteras lentas o medias afrontadas a «ritmo de Cooper S» se revela como un coche muy deportivo. No me parece un coche que ponga en apuros al conductor (ningún coche que he probado hasta la fecha me lo ha parecido, a condición de que se hagan las cosas con un cierto orden), pero sí es un coche que en ocasiones puede tener reacciones muy rápidas y no siempre suaves.

El Mini Cooper S se puede conducir con la precisión que sólo permite un deportivo, pero para ello requiere esfuerzo. Cuando se va rápido por carreteras muy lentas de montaña se agradece un coche que responda con rapidez a las indicaciones del volante (para quien busque con un coche así), que tiene un tacto duro en parado. Tiene una dirección muy directa que lo inscribe de una forma viva en las curvas, aunque una vez que el coche está fuertemente apoyado lo que hace es subvirar.

El balanceo de la carrocería es muy pequeño y las suspensiones sacuden fuerte a los pasajeros en las carreteras rotas con baches profundos; tiene poco recorrido de suspensión y se puede llegar a hacer tope en algunas circunstancias. Es ágil porque hasta cierto punto se puede guiar con el acelerador y el freno, en el sentido que es sensible a la deceleración en curva.

En carreteras con curvas más bien rápidas esta viveza creo no aporta nada positivo, salvo para quien quiera un coche que haya que estar permanentemente «conduciéndolo», pero no vale para quien quiera viajar rápido con poco esfuerzo (salvo en autovías con buen piso). Por ejemplo, frenar fuerte en un apoyo rápido puede provocar un movimiento zigzagueante (incluso con el control de estabilidad conectado) de la parte trasera. O en un curva semejante, levantar el pie del acelerador en un momento de duda, hace que el coche se meta claramente hacia el centro de la curva, que el conductor tiene que compensar con el volante para ir por donde quiere.

El cambio de marchas (con un pomo esférico, grande y metálico) no tiene unos recorrios especialmente cortos, pero tiene muy buen tacto y se puede cambiar con mucha rapidez.

En cualquier caso no creo que haya una diferencia de eficacia determinante entre este Mini y otros utilitarios deportivos, al menos en el tipo de conducción que se puede hacer en una carretera convencional, no en un circuito. Pero sí encuentro diferencias claras en lo que transmiten al conductor unos y otros.

Aunque el Mini es un coche ágil, un 206 RC permite colocar el coche en curva de una forma más limpia; con él, es más fácil notar los apoyos, los movimientos de la carrocería o el deslizamiento de las ruedas, (entre otras cosas porque se «mueve» más) con la ventaja de que sus reacciones son algo más suaves e intuitivas. Un Clio 3p 2.0 16v 182cv Renault Sport es más fácil de conducir (y cómodo) que estos dos pero mantiene un sabor deportivo excelente, mientras que un Ibiza 1.8 20VT FR se encuentra en el límite entre lo que es un coche muy rápido (tiene un motor sensacional) y un deportivo, salvo por suspensiones que lo hacen incómodo (y no lo hacen especialmente estable). El MG ZR 160 3p me parece el más extremo de todos, el menos seguro (no tiene ESP) y el más lento por prestaciones.

Todas las apreciaciones anteriores están hechas con los neumáticos opcionales Dunlop SPSport 9000 DSST en medias 205/45 R17 84V; los de serie son unos 195/55 R16 (con las medidas de serie Mini da la posibilidad de elegir tres tipos distintas de llantas de 16” sin coste). No he probado los neumáticos estrechos, pero probablemente sean la mejor opción porque el coche necesariamente ganará en suavidad y comodidad.

Estos neumáticos tienen una estructura que permite rodar durante un cierto número de kilómetros (según el manual entre 80 y 250, como aproximación; va en función de la carga que se transporte) sin presión y a un máximo de 80 km/h. Si el daño en el neumático es un pinchazo pequeño, se puede reparar con el kit antipinchazos («Mini Mobility»), con el que tampoco se puede pasar de 80 km/h pero se pueden hacer más kilómetros que utilizando el neumático sin presión (en el manual BMW no especifica cuantos, advierte solicitar lo antes posible la sustitución del neumático averiado y el equilibrado de la rueda).

Mini ofrece la posibilidad de incluir (65 €) una rueda de repuesto de emergencia en el exterior de coche, debajo del maletero. Va situada en una plataforma que se libera desde el maletero. Esta rueda incluye un alargador del cuello de la válvula que permite revisar su presión fácilmente.

Mini dice que la rueda pinchada o defectuosa no se puede depositar en este soporte debido a las diferentes dimensiones. Es decir, habría que llevarla en el maletero o en las plazas traseras.