Mercedes-Benz Clase SL (2012) | Impresiones del interior

24/02/2015 |Alfonso Herrero

Esta generación del Mercedes-Benz SL es cinco centímetros más larga y seis más ancha que el modelo precedente —mide 4,61 y 1,88 metros, respectivamente—. Tiene dos plazas, tras las cuales hay un hueco donde poder dejar bultos, como un maletín, un bolso y los abrigos (imagen). También hay un cajón con tapa y un hueco con una persianilla (en nuestra unidad de pruebas iba el extintor).  Para facilitar el acceso a esta zona, los asientos se desplazan hacia delante y arriba al pulsar un botón que hay en la parte superior del respaldo. El movimiento es rápido, sobre todo comparado con los mecanismos que hay en otros cupés y descapotables.

Los asientos son muy cómodos y tienen regulaciones eléctricas para todas las funciones, entre las que está incluida el tamaño de la banqueta. Ésta puede alargarse para que los ocupantes de talla alta puedan apoyar los muslos y viajar más descansados. Los asientos también tienen calefacción y ventilación. La ventilación no expulsa aire frío sino que hace circular una corriente de aire entre la superficie del respaldo y la ropa, para evitar en lo posible la sensación de calor y que el sudor se condense en la ropa.

Los mandos para manejar las funciones de los asientos no están situados en el mismo sitio. Los que lo mueven se encuentran en la puerta (imagen), junto a los de las memorias (el conductor puede manejar también desde sus mandos el asiento del pasajero) y los de la calefacción y la ventilación están en la consola, junto al que activa el sistema «Airscarf» que expulsa aire caliente por la base del reposacabezas (imagen) hacia la nuca. El apoyo lumbar y la distribución del calor por el asiento (se puede variar la intensidad, por separado, de la calefacción en el respaldo y banqueta) se manejan con el mando circular del consola y las indicaciones que aparecen en la pantalla.

Las salidas de aire del «Airscarf» no son orientables. A los conductores más altos es posible que les queden algo bajas y no se beneficien tanto de este dispositivo. Yo he conducido el coche con 13 grados de temperatura y no he necesitado ajustar a la máxima potencia el «Airscarf» (tiene tres niveles, los mismos que la calefacción y ventilación del asiento)

Las dos pantallas que hay —una en el cuadro de instrumentos y otra en el centro del salpicadero— se ven perfectamente incluso con el techo recogido y con mucho sol.

Todos los relacionados con la capota están agrupados y escondidos bajo una pieza acolchada que forma parte del apoyabrazos central (imagen). Ésta se gira y deja acceso al tirador que acciona el techo y a dos botones, uno para subir y bajar las cuatro ventanillas y otro para accionar el paravientos.

El techo se quita (o pone) en veinte segundos. Hay que hacerlo con el coche parado o circulando a menos de 9 km/h, un inconveniente respecto a los de lona, que normalmente se pueden manejar a velocidades mayores. Por tanto, hay que estar seguro a la hora de accionar el techo de que no vamos a estorbar al tráfico (hay que aprovechar un semáforo rojo, por ejemplo, siempre que sepamos su duración).

Para poder recoger el techo hay que llevar colocada, en una posición determinada, una pieza que hay en el maletero. Esta pieza hace de separación entre la zona en la que puede ir el equipaje y la que va a necesitar el techo para alojarse (imagen). Dicha pieza se maneja a mano con facilidad. Al tirar de la palanca que pone en marcha el mecanismo bajan las cuatro ventanillas y la tapa del maletero se abre, pivotando en sentido contrario al normal para meter el equipaje. Un mensaje en la pantalla advierte del funcionamiento del sistema. La operación finaliza cuando suben las dos ventanillas delanteras.

Cuando el techo no va en el maletero el volumen de éste es 356 litros. Si está colocada la pieza divisoria, la capacidad disminuye hasta 235 litros, no del todo aprovechables por lo irregular del espacio. Si el techo está plegado queda un hueco muy pequeño (imagen) para poder acceder al equipaje lo que impide sacar o meter objetos del tamaño de una mochila. Para evitar colocar el techo en su sitio cada vez que hay que acceder al maletero hay un botón (imagen) que lo levanta cuando está plegado dejando espacio suficiente para poder meter una maleta de tamaño pequeño (imagen).