Mercedes-Benz SL 500 (2002) | Una relación poco favorable entre peso y potencia

24/09/2002 |Víctor M. Fernández

El conductor puede sentir que el SL 500 empuja con fuerza, pero puede que, quien sólo piense en los 306 CV, no se sienta impresionado. El motivo es que la relación entre el peso y la potencia de este coche no es muy favorable. Su motor V8 tiene un funcionamiento suave y no se aprecia la mínima vibración en el interior. A 3.500 rpm podemos escuchar como el sonido del motor se hace más grave y toma un tono más bonito y espectacular (en ningún caso molesto) hasta llegar con fuerza a 5.800 rpm, punto en el cual la caja automática cambia a la marcha superior (aunque estemos utilizando la modalidad manual secuencial del cambio).

Con 1.845 kg y 306 CV, la relación entre peso y potencia del SL 500 es 6,03 kg/CV; es semejante a la de coches como el Lexus SC 430 (6,08 kg/CV) o el Jaguar XK8 Convertible (6,21 kg/CV), pero mucho peor que la de deportivos como el BMW Z8 (4,15 kg/CV), el Chevrolet Corvette Cabrio (4,47 kg/CV) o el Porsche 911 Carrera Cabrio (4,68 kg/CV).

Tampoco el cambio favorece a las prestaciones, porque no es tan rápido como uno manual y porque los desarrollos son largos (51,7 km/h a 1.000 rpm en 5ª, cuando un Porsche 911 Carrera tiene 40,3 km/h a 1.000 rpm en 6ª). Como el motor tiene un elevado par (460 Nm) y tira con energía desde bajo régimen, al volante ni siquiera se aprecia lo largo que va el cambio de desarrollos, pero la velocidad máxima (autolimitada a 250 km/h) la alcanza a 4.830 rpm, cuando el régimen de potencia máxima está a 5.600 rpm.

La sensación de aceleración no es mucho mayor a la que se puede experimentar en deportivos menos potentes, como un Alfa Romeo GTV 3.0 V6 (218 CV), un Audi TT Le Mans (225 CV) o incluso un Opel Astra Coupé 2.0T 16V (192 CV). De hecho, en nuestras mediciones de aceleración, el SL 500 no ha sido más rápido que el Opel Astra Coupé Turbo, ni ha llegado al nivel de coches más potentes y ligeros, como el BMW Z8 (400 CV) o el Porsche 911 Carrera Coupé (320 CV).

Adicionalmente, hemos realizado una aceleración desde parado y, para ser un coche de 306 CV, los datos han sido decepcionantes en el 0 a 100 km/h (hemos medido 7,4 s cuando Mercedes-Benz anuncia 6,3 s) y más brillantes en el 0 a 1000 m (27,4 s). El hecho de ser tan lento en el 0 a 100 km/h es atribuible claramente a la imposibilidad de salir alto de vueltas con el cambio automático.

El consumo que hemos medido es elevado en términos absolutos, pero no para un coche de su peso y potencia. El consumo medio homologado por Mercedes-Benz es 12,7 l/100 km, y a nosotros nos ha gastado 13,3 l/100 en conducción mixta (carretera y ciudad) a ritmo moderado (hasta 120 km/h). En conducción variada (con o sin techo, suave unas veces y rápido otras), ha gastado 17,1 l/100 km. En conducción deportiva, exprimiendo a fondo las posibilidades del motor, ha llegado a 27,9 l/100 km.

El cuentakilómetros es muy preciso y el velocímetro tiene un error por exceso de 5 km/h.