Mercedes-Benz Clase GLK (2012) | Impresiones del interior

14/05/2013 |Alfonso Herrero

Las plazas delanteras del GLK (imagen) son amplias por altura y espacio para las piernas. Si se coloca el asiento en una posición retrasada, a la distancia que irá un conductor de casi metro noventa en adelante, el hombro golpea contra el pilar central (el que hay entre la puerta delantera y la trasera) y no se va cómodo. En esta situación, la estrechez es notablemente mayor que en sus alternativas.

Los asientos de serie tienen mandos eléctricos para la inclinación del respaldo y la altura de la banqueta. La inclinación de ésta y el ajuste longitudinal del asiento se hacen de forma manual. El mando giratorio que sirve para regular la inclinación de la banqueta se mueve con mucha dificultad porque ofrece mucha resistencia; al menos esto era así en la unidad que hemos probado. Todos los mandos están en el asiento (imagen). Opcionalmente, hay asientos con mandos eléctricos para todos los ajustes. En este caso, los mandos están en la puerta (imagen), lo que hace más sencillo manipularlos.

El anclaje superior de los cinturones se regula en altura y el volante, ampliamente, tanto en altura como en profundidad. Con todos estos ajustes, se puede conseguir una postura de conducción cómoda para personas de estatura muy diversa.

Además de un diseño menos «cuadrado» del salpicadero, este GLK se distingue del anterior por la posición de la palanca de cambios en las versiones automáticas. Mercedes-Benz la ha quitado de la consola y la ha colocado en la columna de la dirección, al lado derecho del volante (imagen). La nueva ubicación hace más cómodo su uso (antes quedaba retrasada) y libera mucho espacio en la consola, que ha sido aprovechado para colocar un práctico cajón con una persiana para ocultar su interior.

Otra novedad, que estrenó el Clase M, es que las palancas que hay a la izquierda del volante están colocadas de forma inversa. Ahora queda arriba la que se utiliza con más frecuencia (intermitentes, luces largas y limpiaparabrisas) y abajo la del programador de velocidad (imagen).

El GLK no es un modelo recomendable si se desean unas plazas traseras amplias (imagen). Detrás hay poco espacio para las piernas y la anchura, sin ser escasa, tampoco es suficiente para que tres pasajeros viajen cómodos, ni para colocar dos sillas infantiles y que les acompañe un adulto en medio. La altura sí es adecuada para ocupantes altos. Un BMW X3 y un Audi Q5 son más amplios, mientras que un Range Rover Evoque tiene el mismo espacio para las piernas atrás pero mayor anchura.

Por la altura a la que el asiento está respecto al suelo y el vano que deja la puerta trasera cuando está abierta, resulta muy cómodo colocar a un niño en su sillita (imagen). En cambio, como la distancia del piso del coche al asiento es mayor que en un turismo, a un niño de entre tres y cinco años (aproximadamente) le puede resultar complicado llegar a sentarse por sí solo en la silla sin ayuda.

Las puertas, a diferencia de lo que ocurre en otros todoterreno, no «abrazan» la carrocería por la parte inferior, por lo que es muy fácil mancharse la ropa al entrar o salir del coche si está sucio.

Los espacios para depositar objetos son suficientes para dejar todo lo que normalmente se puede llevar en los bolsillos. Hay dos posavasos profundos entre los asientos delanteros y dos cajetines (el mencionado anteriormente y el que hay bajo el reposabrazos). En la parte final de la consola central hay dos salidas de ventilación para estas plazas y un pequeño receptáculo (imagen).

La altura de carga del maletero es de 71 cm (imagen), una medida normal para este tipo de coches. Su volumen es de 450 litros, 90 litros menos que un Audi Q5, 30 menos que un BMW X3 y 55 más que un Volkswagen Tiguan.

Bajo la tapa que cubre el fondo del maletero, hay doble fondo (imagen); ya no tiene la caja plegable de plástico que había en el modelo anterior (imagen). Bajo él, está el espacio para llevar la rueda de emergencia (imagen). No hay un lugar específico para guardar la cortinilla que oculta el equipaje cuando se quita de su alojamiento pero sí un espacio para llevar los triángulos (imagen).

El respaldo posterior se abate por partes asimétricas y, una vez plegado, enrasa con la superficie del maletero (imagen). Hay anclajes en el techo detrás de cada fila de asientos para colocar una red vertical que proteja, en caso de frenazo o accidente, a los pasajeros o al conductor y el copiloto del impacto de los bultos situados por detrás.

La imagen que da la cámara trasera es de buena calidad (imagen). Además, en el salpicadero (imagen) y en el techo —a la altura del maletero— hay unos testigos luminosos que advierten de la proximidad de un obstáculo. El del techo está mal colocado, ya que no queda en el campo de visión del retrovisor (hay que agachar la cabeza para verlo).

La calidad de los materiales de recubrimiento es buena, al igual que los ajustes entre piezas. La sensación de solidez que transmite el GLK es grande.