Mercedes-Benz Clase E Estate (2010) | Impresiones de conducción

26/10/2011 |Jaime Arruz

El Mercedes-Benz Clase E Estate es, por encima de todo, un coche cómodo. Tiene una suspensión que filtra muy bien las irregularidades del asfalto en mal estado. Esa suspensión, blanda, no implica que la carrocería tenga grandes movimientos de balanceo o cabeceo, ni si quiera cuando se circula a ritmo alto por carreteras de curvas o se realizan fuertes frenadas.

A igualdad de neumáticos, el Clase E Estate nos ha parecido ligeramente más duro de suspensión que la variante Berlina; quizá por eso, también es ligeramente más ágil. Sea con una carrocería o con otra, no es un vehículo que se distinga por su facilidad para cambiar de trayectoria en carreteras de curvas lentas, pero es muy seguro de reacciones. Aunque tarda en apoyar en las curvas, una vez que lo ha hecho, es difícil que pierda la trayectoria tanto por un exceso de aceleración como de frenada.

Un BMW Serie 5 entra con más facilidad en las curvas lentas afrontadas a buen ritmo. Lo bueno del Clase E es que mantiene mejor la trayectoria si hay que frenar repentinamente o hay una irregularidad en pleno apoyo. Además, sus reacciones son más previsibles, con lo que el conductor circulará con mayor sensación de control.

Ambos pueden pasar a una velocidad quizá parecida por el mismo sitio, pero la gran diferencia es que el Mercedes-Benz es menos exigente con quien lo conduce.

Nuestra unidad de pruebas llevaba unos neumáticos Pirelli Cinturato P7 de medidas 225/55 R16. Son los de menor tamaño que puede tener el Clase E Estate. No me pareció que dieran un gran agarre, especialmente con el asfalto mojado o frío. En opción puede tener ruedas más grandes.

Tiene una dirección blanda pero muy precisa que informa al conductor en todo momento sobre lo que sucede bajo las ruedas. Es más sencilla de manejar que la del BMW Serie 5 Touring porque está más asistida. A pesar de ser blanda aísla muy bien al conductor de estado del asfalto, que apenas nota en las manos esa aspereza que transmiten algunos coches al rodar por carreteras de asfalto muy abrasivo. La del BMW es más dura y se nota más la aspereza del asfalto, sin embargo no nos parece que tenga mejor tacto y que dé más idea que la del Mercedes-Benz de lo que está ocurriendo debajo de las ruedas.

No obstante, lo mejor del Clase E, como de la mayor parte de las berlinas de Mercedes-Benz, se da en carreteras con pocas curvas, como autovías y autopistas, donde tiene una estabilidad lineal sobresaliente y transmite una sensación de seguridad muy grande aunque el asfalto no esté en buen estado.

A pesar del tamaño de su carrocería, casi 5,00 metros de largo, el Clase E Estate se maneja bien en ciudad porque gira en muy poco espacio. La dirección ayuda a maniobrar a baja velocidad por su alto nivel de asistencia. Aparcar en plazas de poca longitud no es complicado, especialmente si se dispone de sensores de ayuda en los paragolpes y, sobre todo, de la cámara de visión trasera. Ésta es muy útil porque genera una imagen, que se ve en la pantalla del navegador, muy nítida y realista.

La visibilidad es buena en todas direcciones, aunque se echa en falta una luneta algo más grande y, especialmente, unos retrovisores exteriores de mayor tamaño.

El habitáculo está muy bien insonorizado ya que apenas llegan ruidos de rodadura o procedentes del motor.

E 250 CDI BlueEFFICIENCY

Esta versión lleva un motor de cuatro cilindros en línea y 204 CV que funciona con suavidad y apenas genera ruido perceptible en el habitáculo: en carretera casi no se oye y en ciudad, sobre todo a bajas vueltas y con el motor frío, aunque no es tan silencioso nunca llega a ser molesto.

Da una aceleración suficiente como para circular con seguridad en toda circunstancia, aunque en algunos adelantamientos en poco espacio le cuesta salir con decisión en los primeros metros como consecuencia de que la caja de cambios automática de cinco relaciones suele llevar el motor lo más bajo de vueltas posible con el objetivo de consumir el mínimo carburante posible. Esta circunstancia, unida a que no reduce marchas a la misma velocidad que una transmisión automática de doble embrague como la «PDK» de Porsche o la «DSG» del Grupo Volkswagen, hace que la aceleración no sea tan buena en los primeros instantes, nada más pisar a fondo el pedal.

La caja automática del Clase E Estate 250 CDI tiene un funcionamiento suave y agradable, sin que haya apenas interrupciones de aceleración entre una marcha y otra. Tiene dos programas de funcionamiento: «C» («Comfort») y «S » («Standard»). En el primero, la transición entre una relación y otra es algo más suave y el motor va más bajo de vueltas.

Según nuestras mediciones, entre 80 y 120 km/h —el intervalo de velocidad en el que se realizan gran parte de los adelantamientos en carreteras de doble sentido, donde más importancia puede tener una buena aceleración— es una de las berlina de gran tamaño con motor Diesel de unos 200 CV que mejor acelera.

En las mismas circunstancias, la diferencia con el Clase E Berlina que probamos (E 220 CDI BlueEFFICIENCY de 170 CV) es de 0,6 segundos. Mejora la aceleración del BMW 520d Touring de 184 CV por más de un segundo, que es mucho en esta medición (prestaciones).

En esa aceleración de 80 a 120 km/h, apenas hay diferencia entre los dos programas de funcionamiento de la caja de cambios: «C» (5,7 segundos) y «S» (5,6 segundos).

Como ocurre en muchas berlinas de este tipo —grandes, potentes y con buena penetración aerodinámica—, una vez lanzado, el Clase E 250 CDI BlueEFFICIENCYde 204 CV acelera mucho y alcanza una velocidad muy alta con gran facilidad.

Esta versión del Clase E Estate frena muy bien, tanto por distancia de frenado como por estabilidad durante la operación. El coche nunca se descoloca o pierde la trayectoria en fuertes frenadas, ya sean en recta o en curva. Para pasar de circular a 120 km/h a estar detenido necesita 52,2 metros. Son 3 metros menos que el BMW 520d Touring de 184 CV. Curiosamente ha frenado en casi 5 metros menos que el Clase E 220 CDI BlueEFFICIENCY de 170 CV con carrocería berlina (más información) con las mismas ruedas. No sabemos a qué se debe esta diferencia.

El Clase E 250 CDI BlueEFFICIENCY Estate de 204 CV tiene un consumo medio homologado de 6,1 l/100 km, poco para su peso y potencia. En una utilización real también gasta poco carburante, aunque algo más que otros como el BMW 520d Touring (184 CV), si bien éste es claramente menos veloz. Así, en nuestro recorrido de consumo, un tramo de autovía de 143,3 km que realizamos a una media de 120 km/h, gastó 7,2 l/100 km. Son 0,5 l/100 km más que el 520d Touring (6,7 l/100 km). En ese mismo recorrido, un Clase E 220 CDI (170 CV) con carrocería de cuatro puertas gastó 6,3 l/100 km.

E 350 CDI BlueEFFICIENCY

Mi compañero José B. Blázquez condujo la versión Diesel de 231 CV durante la presentación internacional. Estas son sus impresiones:

«Con este motor, el Clase E Estate da un resultado muy bueno desde el punto de vista de la suavidad y silencio de funcionamiento. Tiene una respuesta progresiva pero muy enérgica desde un régimen muy bajo. Sorprende por la fuerza que tiene en la marcha más larga, aumentando la velocidad muy rápidamente cuando se requiere o bien manteniendo una velocidad próxima a la máxima, aunque el terreno no sea favorable —circulando en carreteras sin límite de velocidad—.

El cambio de marchas 7G-Tronic de esta versión realiza los cambios con una rapidez suficiente y con mucha suavidad. Da poca retención en algunas circunstancias, por lo que resulta aconsejable reducir manualmente mediante las levas del volante.

El Clase E Estate que he conducido tenía la suspensión opcional «Airmatic DC», con muelles neumáticos y amortiguadores de dureza variable controlados electrónicamente en ambos ejes. Además, tiene una función que deja la carrocería más lejos del suelo, que puede ser muy útil en rampas de garaje.

Con la suspensión «Airmatic DC», se pueden elegir dos modos de funcionamiento («confort» y «sport»). En cualquiera de ellos, el confort de marcha es excelente en toda circunstancia. El programa deportivo resulta más adecuado cuando se quiere conducir rápido por carreteras con curvas, ya que la carrocería queda más sujeta sin que el confort de marcha empeore».