Mercedes-Benz Clase E Cabrio (2010) | Impresiones del interior

21/11/2011 |Alfonso Herrero

El habitáculo del Clase E Cabrio está recubierto principalmente con plásticos blandos al tacto. Estos se encuentran en zonas que no son habituales, como la parte inferior del salpicadero y de las puertas. Mercedes-Benz también ha prestado atención al acabado de lugares que no se tocan habitualmente, como la zona de debajo del volante. Hay algún plástico cuyo canto podría estar mejor redondeado, pero están en sitios donde la mano no debería meterse (como el que está en la capota y que queda junto al parabrisas).

El puesto de conducción es bueno, por el asiento y por los reglajes que permiten colocarse adecuadamente, sea un conductor de poca estatura o de mucha. El volante tiene un diámetro grande; yo, al menos, los prefiero de menor tamaño porque son más fáciles de manejar. Como ocurre en otros modelos de esta marca, el freno de estacionamiento se acciona con un pedal y se libera con un tirador (imagen), y sólo hay palancas al lado izquierdo del volante (imagen); una para el programador/limitador de velocidad; la otra para las intermitencias, las luces largas y los limpiaparabrisas).

En las plazas traseras no hay mucho espacio. Por altura es posible que quepa un pasajero de hasta 1,80 m pero el espacio para las piernas es pequeño. Si delante viaja un pasajero de esa misma altura, detrás hay sitio justo para que un niño pequeño vaya sentado en una sillita infantil.

Los asientos delanteros tienen de serie ajustes eléctricos en altura y longitud. Las regulaciones neumáticas (opcionales) permiten adaptar el contorno del asiento a diferentes tallas; también es posible alargar o acortar ligeramente la banqueta. Los reposacabezas también se regulan eléctricamente. Y lo hacen de forma automática: cuanto más se retrasa el asiento, más se eleva el reposacabezas. Así se adecuan a la supuesta altura del ocupante. Después es posible ajustarlo con mayor precisión con el mando correspondiente. Los mandos de los reglajes de los asientos están en la puerta, lo que los hace más fáciles de accionar que los que se colocan en la base del asiento.

Si los asientos tienen ajuste eléctrico de la distancia al salpicadero, cuando se abate el respaldo para dejar paso a las plazas traseras, el asiento se adelanta, «leeeenta» y automáticamente. Al colocar el respaldo en su posición original, recupera su lugar. Hay un brazo que acerca el cinturón de seguridad a los ocupantes de las plazas delanteras para facilitar su colocación (solución que Mercedes-Benz utiliza desde hace años). A mí, que mido más de metro noventa, me golpeaba contra el hombro.

Descapotable

La capota del Clase E Cabrio se puede plegar y desplegar en parado o circulando, hasta 40 km/h (vídeo). Para ello hay un mando entre los dos asientos delanteros (imagen). También es posible hacerlo desde el mando a distancia. Esto último no siempre es fácil, a mí me ha fallado muchas veces. En el manual, Mercedes-Benz advierte que hay que hacerlo con el mando junto a la manilla de la puerta y apuntando a ella. O yo no sé apuntar bien o es muy sensible a la ubicación del mando.

Si las ventanillas están subidas y queremos que, tras descapotar, vuelvan a esa misma posición, hay que esperar 29 segundos (el sistema necesita bajar las ventanillas para quitar la capota y para colocarla). Si están bajadas y las dejamos así, son 20 segundos el tiempo que emplea el mecanismo de la capota en recogerla. Hay un botón que permite accionar las cuatro ventanillas a la vez. Tiene función de un sólo toque para bajar, pero no para subir.

Para circular descapotado sintiendo lo menos posible las corrientes de aire y la temperatura exterior hay que dejar las ventanillas subidas, conectar el climatizador y utilizar el sistema «Aircap». Con esta configuración, los ocupantes delanteros no sienten normalmente corrientes de aire en la cabeza y disminuyen mucho las que se producen en las plazas traseras. Tan sólo con viento lateral muy fuerte o cuando nos aproximamos a otro vehículo (sobre todo a un camión y a menos de 100 metros de distancia) se generan turbulencias en el interior. El «Aircap» también elimina la corriente de aire que se produce en el habitáculo —que va de las plazas traseras a las delanteras— y que se siente en las piernas y los brazos.

El «Aircap» está formado por dos elementos. El primero es un deflector que hay oculto en la parte superior del marco del parabrisas y que se eleva seis centímetros (imagen). Entre el deflector y el marco del parabrisas hay una redecilla. Según Mercedes-Benz incrementa la presión en el habitáculo y es la responsable de que no se produzca la recirculación de aire en el habitáculo (vídeo). Esa redecilla también se convierte en un poblado cementerio de moscas y mosquitos. El otro elemento es un paravientos trasero colocado entre los dos apoyacabezas. Al activar el «Aircap», todo el conjunto (paravientos y apoyacabezas) se elevan unos centímetros. Si hay alguien en las plazas traseras, se eleva a una altura mayor (en la foto de la izquierda se pueden ver las posiciones mínima y máxima).

Como en la mayoría de descapotables de cuatro plazas, también puede colocarse un deflector en las plazas traseras que cumple una función similar. Hay que colocarlo a mano y y elimina la posibilidad de llevar pasajeros en esas plazas.

Hay otro dispositivo opcional —llamado «Airscarf»— que expele aire caliente desde la zona inferior del apoyacabezas de los asientos delanteros (imagen) a las nucas de sus ocupantes (vídeo). Puede quitar algo de la sensación de frío pero en ningún caso calienta la parte delantera del cuello. Es posible regular la dirección del caudal de aire (hacia arriba o abajo). Tiene tres potencias diferentes de funcionamiento.

El sistema de climatización, que puede ser de dos o tres zonas —con mandos para regular la temperatura en las plazas traseras (imagen)— detecta si el techo está plegado o desplegado y adapta su funcionamiento a esta circunstancia. Así, circulando con él retirado, incrementa el caudal de aire para calentar o enfriar el habitáculo. Los asientos delanteros pueden tener calefacción y ventilación. Lamentablemente, el volante no puede estar calefactado.

El sistema de manos libres Bluetooth y el de reconocimiento de órdenes por voz funcionan muy bien. Es posible mantener una conversación telefónica o introducir una dirección en el navegador sin ningún problema yendo descapotado a 120 km/h. El interlocutor tampoco escucha con dificultad.

El techo está fabricado con tres capas textiles y tiene un grosor de 23,5 mm. Se puede limpiar en un lavadero de rodillos. Está disponible en cuatro colores: negro, azul oscuro, rojo y beige. El interior va en combinación con la tapicería. Mercedes-Benz afirma que resiste sin problemas 20.000 ciclos de plegado y desplegado —equivale a 25 años de vida quitando y poniendo la capota a diario—.

Para poder recoger la capota hay que colocar, en el maletero, una pieza de plástico y lona que hace de separador entre la zona destinada al techo y la del equipaje. Su manejo no es cómodo: al menos en el coche que hemos probado era necesario tirar con mucha fuerza para colocarla.

Maletero

La capacidad máxima del maletero (imagen) es 390 litros, un poco más grande que el de un Audi A5 Cabrio (380 litros) y el BMW Serie 3 Cabrio (350 litros). Con el techo recogido, no se pierde mucha capacidad ya que se queda en 300 litros, pero no es muy aprovechable porque no es posible llevar objetos de más de 20 cm de altura (imagen), salvo en la zona más cercana al borde de carga, donde hay una altura libre de 48 cm (mediciones).

Como elemento de protección en caso de vuelco hay unos arcos detrás de los reposacabezas traseros que se despliegan automáticamente. Además, es el primer Mercedes-Benz descapotable que tiene airbag de cabeza —como el Porsche 911 Carrera Cabriolet—. En los coches con techo fijo, este dispositivo está ubicado en los montantes del propio techo, mientras que en el Clase E Cabrio va en la parte superior del revestimiento interior de las puertas (imagen).