Cuando está a ralentí, el motor turbodiésel de 109 CV es ruidoso y vibra notablemente. Si el coche está en movimiento el ruido desaparece, siempre que se circule con las ventanillas subidas. En el capó no hay material aislante de ningún tipo.

Las vibraciones que llegan al interior no son tan molestas como las del A 180 CDI que habíamos probado. Con el coche en movimiento y a velocidad constante el motor se oye poco y no resulta incómodo.

Un aspecto positivo de este motor es que, para salir desde parado, no obliga a acelerar mucho o hacer patinar el embrague, y permite callejear en marchas largas.

La entrega de potencia es progresiva, aunque es a partir de 1.700 rpm cuando el motor comienza a empujar con más fuerza. El límite de giro está alrededor de 4.700 rpm, valor que alcanza con facilidad sin que decaiga bruscamente el empuje.

Este motor da la potencia máxima a 4.200 rpm. La mayoría de motores Diesel de similar potencia la dan antes, normalmente a 4.000 rpm; este es el caso del 1.5 dCi de 106 CV que lleva el Renault Scenic o el 1.9 TDI de 105 CV del Volkswagen Golf Plus; el 1.9 CDTi 8v de 101 CV que tiene el Zafira da la potencia máxima a 3.500 rpm.

Por ciudad, circulando con tranquilidad, el consumo medio oscila alrededor de 8,2 l/100 km. En el recorrido habitual por autovía (para hacer una media de 140 km/h), con tráfico y viento lateral, gastó 7,9 l/100 km. En el mismo tipo de vía, pero con condiciones más favorables, el consumo bajó hasta 7,0 l/100 km.

El consumo medio máximo que he medido ha sido de 12,8 l/100 km (en carreteras secundarias buscando la máxima aceleración). El ordenador tiene un error por defecto del 3 por ciento.

Debido principalmente al mayor peso, el Clase B es más lento que el Clase A con el mismo motor (el B 180 CDI pesa 90 kg más que el A 180 CDI de cinco puertas;1.435 frente a 1.345 kg). Los desarrollos también son ligeramente más largos (en sexta, 52,6 frente a 51,7 km/h cada 1.000 rpm).