Mercedes-Benz Citan (2013) | Impresiones del interior

27/02/2013 |Javier Moltó y Pablo David González

En el interior de la Mercedes Citan predominan los plásticos negros y duros. Es claramente un interior destinado a propietarios que no estén preocupados por el aspecto cuidado del interior de su coche. La estrella de Mercedes predomina en el el centro del volante, es claramente visible, pero nada de lo que rodea a la estrela tiene aspecto de Mercedes. No tanto por la calidad de los plásticos, porque unos plásticos bien presentados y con buenos ajustes pueden resultar sobreos y de aspecto cuidado. En el Citan el sonido que produce la tapa del reposabrazos central al cerrarse es incompatible con la imagen de calidad tradicional que al menos yo tengo de Mercedes. No me refiero a los turismos de Mercedes. Las Mercedes Vito y Viano, que he conducido en numerosas ocasiones, tienen un aspecto y una apariencia de calidad interior muy superior a la de la Citan.

El volante del Citan no se regula en profundidad, únicamente en altura. El asiento del conductor sí se puede regular en profundidad y en altura, pero la posición inferior resulta poco cómoda para las personas de mediana estatura porque al bajar la banqueta hay que retrasar el asiento y el recorrido de los pedales es en la dirección arriba abajo y no atrás adelante, por lo que conviene que la pierna “caiga” encima del pedal y no que se acerque a él de forma perpendicular al recorrido que debe hacer después al pisarlo de arriba a abajo.

La guantera es grande (imagen) y hay diferentes lugares para guardar objetos de diferentes tamaños. En el techo hay un cajón transversal que va de lado a lado que debe servir para dejar papeles (imagen). Mejor no dejar elementos pesados por si pudieran caer sobre las cabezas pienso yo. En ese cajón hay dos aireadores dirigidos hacia la plaza del conductor y del acompañante. El que sale hacia la plaza del conductor tiene conducto por el que le llega el aire. El que se dirige hacia la plaza del acompañante no tiene conducto, por lo que no sirve de nada.

Las puertas laterales son correderas y dan un acceso muy bueno a los dos asientos traseros laterales, que tienen anclajes Isofix y permiten colocar sillitas para niños pequeños (imagen). La puerta lateral queda completamente abierta porque queda engarzada en una fijación que se vence por presión. Para liberarla hay que tirar desde el tirador interno o externo de la puerta. Al tirar desde fuera da la sensación de que la manecilla que permite abrir y cerrar la fuerza del exterior acabará rompiéndose, si se abre y cierra con frecuencia, porque parece endeble. No digo que vaya a romperse porque no tengo ningún dato que me permita realizar esa afirmación, pero a mí me ha dado la sensación de que hay que tirar con demasiada fuerza para liberar la puerta de su anclaje y que la manecilla no parece muy resistente. Además de eso, por la forma que tiene, no resulta especialmente cómoda.

Si se tira desde dentro cuando la puerta está anclada, el tirador, bien robusto, queda muy retrasado para un pasajero sentado normalmente en el asiento y no resulta una operación cómoda, porque el anclaje inferior de la puerta retiene con fuerza. A mi juicio, siempre que sea posible, es mejor no abrir la puerta hasta el tope, para que resulte más fácil cerrarla, tanto desde dentro como desde fuera.

En las plazas posteriores no hay tunel central que entorpezca el movimiento de los pies del pasajero situado en el asiento central. La anchura de las plazas posteriores es superior a la de la mayoría de turismos de una longitud parecida, por lo que caben tres personas con mayor comodidad que en muchos turismos. El espacio para las piernas también es amplio y la altura hasta el techo sobrada, sea cual sea la altura del ocupante.

Los asientos posteriores se abaten con mucha facilidad en una movimiento articulado de banqueta y respaldo. La banqueta avanza y se hunde, situada en la posición en la que normalmente se sitúan los pies de los pasajeros. El respaldo pivota sobre su eje inferior y queda colocado casi horizontal y enrasado con la superficie del maletero. El acceso al maletero resulta cómodo, mediante un gran portón de una sola hoja que se abre de abajo a arriba. La altura de carga es de 54 centímetros, mucho más baja de lo que es habitual en turismos, circunstancia que facilita enormemente las operaciones de carga desde el suelo. La bandeja que cubre el equipaje se puede situar en dos alturas diferentes: a media altura (imagen) y arriba de todo (imagen). Esta bandeja, de apariencia robusta, tiene posiblemente una utilidad práctica que he visto en alguna ocasión. Es posible tumbar al bebé sobre ella para cambiarle los pañales, con aparente comodidad.

En el maletero no hay rueda de repuesto, ni por dentro ni por fuera del coche. Tampoco hay un lugar para colocar y llevar sujeta la caja con el kit antipinchazos (imagen).