Maxus Euniq 5 (2022) - Prueba | Impresiones de conducción

25/01/2022 |Carlos Fernández (@CarlosFP_77)

El Euniq 5 tiene una puesta a punto que favorece el confort, pero su dinámica no tiene nada de especial. Es un coche sencillo de conducir y que permite moverse de un punto a otro en un ambiente agradable. La dirección y el resto de mandos se accionan con poco esfuerzo y el habitáculo está relativamente bien aislado de las fuentes exteriores de ruido, no tanto como un SEAT Alhambra o un Renault Espace, pero suficiente como para mantener una conversación sin elevar la voz cuando se viaja por autopista. 

Tiene un tacto de conducción poco preciso que no invita a una conducción rápida, pero reacciona bien cuando se llevan las ruedas hasta el límite de su agarre, con movimientos progresivos y fáciles de interpretar. Pasó la maniobra de esquiva de manera notable. La hizo correctamente a una velocidad más bien alta (76 km/h) y siempre mantuvo unas reacciones seguras y progresivas. 

La suspensión es muy blanda y absorbe bien los baches amplios, pero no consigue filtrar con suavidad las vibraciones y sonidos derivados de los movimientos cortos y repentinos de las ruedas, como los que se producen al pasar por encima de las bandas reductoras de velocidad o el asfalto roto de la ciudad.

En carreteras de curvas o en giros cerrados por la ciudad la carrocería se balancea mucho. No es algo excepcional, pero sí que afecta sensiblemente a la comodidad de los pasajeros y del conductor, ya que los asientos no ofrecen demasiada sujeción lateral. Es uno de esos coches que generan cierta sensación de torpeza porque no apoyan rápido en curva después de girar el volante y porque cambian de apoyo con lentitud. La suspensión de un SEAT Alhambra o un Renault Espace transmite mayor sensación de solidez y de equilibrio general entre confort y agilidad. 

El motor de 177 CV da unas prestaciones acordes a su potencia para un coche de este tipo. Para un uso tranquilo y sin mayores pretensiones, no hace falta más. Ha acelerado entre 80 y 120 km/h en 8,5 segundos, casi lo mismo que un Ford S-Max 2.0 TDCi de 180 CV (8,7 segundos) y claramente menos que un Renault Espace dCi de 160 CV (9,2 segundos). Las prestaciones se mantienen más o menos estables hasta que el nivel de batería cae por debajo de los 30 km de autonomía. A partir de ahí le cuesta llegar a 120 km/h y responde con menos ímpetu. En cualquier caso, siguen siendo prestaciones suficientes como para moverse sin peligro entre el tráfico. 

Hay dos modos de conducción: Normal y ECO. Para cambiar entre uno y otro hay que activar o desactivar el modo ECO mediante un botón que hay en la parte baja de la consola. Más allá de que cambia un poco cómo el coche responde al acelerador, no hay diferencias grandes entre ambos. El coche mantiene el modo seleccionado en el viaje previo, algo que me parece una buena idea porque es habitual sentirse más cómodo siempre con uno que con otro. Independientemente del modo elegido, el motor responde con suavidad al acelerador en maniobras a baja velocidad, por lo que estas se pueden realizar con un buen nivel de precisión. 

También hay tres niveles de frenada regenerativa (1, 2 y 3) que se seleccionan desde un botón próximo al anterior y se muestran en un gráfico diminuto en la parte inferior de la pantalla central de la instrumentación, al lado del dato de autonomía. Igual que en el caso anterior, el nivel elegido en el viaje previo se mantiene para el siguiente. Ninguno de los tres niveles da una retención suficiente como para conducir el vehículo solo con el pedal del acelerador, como sí sucede en otros coches eléctricos. 

El tacto del pedal del freno está bien conseguido. Es progresivo en su recorrido, es decir, no hace que el coche reduzca la velocidad bruscamente o a trompicones, como sí ocurre en otros modelos. En la prueba de frenada desde 120 km/h se ha detenido en 53,9 metros, que es una buena cifra, aunque no tanto como la del Renault Espace (51,8 metros) o el Ford S-Max (52,0 metros). Los neumáticos de la unidad de pruebas eran de buena calidad: Continental UltraContact6 en medidas 215/55 R17.

El Euniq 5 no es un coche pequeño precisamente, pero se maneja bien en la ciudad. Esto es así gracias a que la visibilidad hacia fuera es buena y a que necesita poco espacio para girar (no tenemos el dato, pero gira mucho). También es de gran ayuda el sistema de cuatro cámaras exteriores (una en el frontal, otra en el portón y otra bajo cada retrovisor); sin tener una resolución excepcional, ayuda a hacerse una idea muy buena de dónde está el coche respecto a los obstáculos circundantes. Para aparcar, es particularmente útil la función de vista cenital porque permite colocar el coche exactamente donde se desea con poco esfuerzo. 

Si se conduce el Euniq 5 con suavidad, en función del tipo de vía se pueden recorrer entre 150 y 200 km con una carga. Es muy difícil conseguir más, al menos en invierno, que es cuando lo hemos probado. Sobre el consumo y la recarga hay más información en el apartado Consumo y recarga