Lexus GS (2012) | Impresiones del interior

13/02/2014 |Alfonso Herrero (@alf_reguart)

Una de las mejoras más evidentes respecto al GS 450h anterior es que al abrir la tapa del maletero uno ya no se encuentra con la mitad de espacio del que esperaría en un coche de este tamaño. Ahora, con la nueva ubicación de la batería, el maletero tiene una capacidad más acorde al tamaño del coche (imagen). Tiene 456 litros de capacidad, lo que supone una ventaja respecto a los otros híbridos comparables (BMW ActiveHybrid 5 e Infniti M35h), aunque no es grande si lo comparamos con una berlina que no sea híbrida (por ejemplo, un BMW Serie 5 tiene 520 litros). Como la batería va colocada tras los respaldos, estos no se pueden abatir y no es posible introducir objetos largos.

El habitáculo también es más espacioso. Delante lo notarán las personas más bien altas (de metro noventa o algo más), a las que la cabeza ya no les rozará ni quedará cerca del tapizado del techo. No me he podido subir en un GS con el techo de solar que, según datos de Lexus, reduce la altura disponible dos centímetros.

Los asientos delanteros me han parecido muy cómodos porque recogen bien el cuerpo y el mullido es muy agradable. En función de la versión pueden tener más o menos regulaciones. De serie están calefactados y ventilados (este sistema es muy eficaz y menos ruidoso que el de un BMW Serie 5). En los mejores es posible ampliar la longitud de la banqueta, la inclinación de la mitad superior del respaldo, la sujeción lateral de la espalda, el apoyo lumbar y el apoyo pélvico (similar al lumbar pero por debajo de éste). En ningún caso tienen función de masaje, algo que sí está disponible en algunos modelos de la competencia, como el Audi A6.

En la consola hay mandos para manejar la mayoría de funciones del climatizador y unos pocos para el equipo de sonido. Los que sirven para los sistemas de información proyectada en el parabrisas («Head Up Display») y el de visión nocturna están en el salpicadero y los tapa el volante, aunque es posible manejarlos sin dirigir la mirada hacia ellos una vez que se conoce su ubicación. La unidad de pruebas no tenía visión nocturna ni los faros de leds.

Lexus ha abandonado el freno de estacionamiento de pedal. Lo ha sustituido por uno de mando eléctrico, colocado en el salpicadero, a la derecha del volante.

Aunque están muy repartidos, no hay muchos mandos que tocar en relación a la cantidad de dispositivos instalados. No son muchos porque gran parte de las funciones se manejan desde un mando de uso parecido al ratón de un ordenador (desplaza un cursor por la pantalla) llamado «Remote Touch» (imagen).

Este sistema no me parece tan bueno como los sistemas mediante mandos giratorios que emplean Audi, BMW y Mercedes-Benz. Un ejemplo es el manejo del «zoom» del navegador: en el GS hay que desplazar el cursor hasta el símbolo «+» y luego pulsar. Si después se quiere deshacer la ampliación de la imagen, hay que desplazar el cursor hasta el símbolo «-», que está al lado contrario. Con un mando giratorio, basta con girarlo en un sentido y otro, no habría que desviar la vista de la carretera tanto tiempo. El mando ofrece una resistencia al avance cada vez que el puntero alcanza una zona seleccionable de la pantalla. Esa resistencia no siempre impide que la flecha que recorre la pantalla se pase de largo, lo que obliga, una vez más, a desatender la carretera más tiempo del deseable.

La pantalla no es táctil, como la que usaba anteriormente Lexus, y sobresale por sus grandes dimensiones (imagen). Es de 12,3 pulgadas (medida en diagonal), una referencia tal vez útil para comparar televisores pero que ha dejado de serlo en las pantallas de los coches, ya que los formatos no son semejantes (la del GS es de proporciones 24 a 9, la de un televisor plano es casi siempre 16 a 9).  Esta pantalla permite mostrar dos tipos de informaciones simultáneamente, al estilo de BMW. En los dos tercios izquierdos (superficie que es de tamaño similar al de la pantalla que utiliza Audi en un A6, por ejemplo) se visualiza cualquier tipo de información (navegación, equipo de sonido, teléfono, configuración del coche, ordenador de consumo, climatización, visión nocturna y cámara trasera), mientras que en el tercio derecho es posible ver solo alguna de ellas (versión simplificada de la climatización, ordenador de consumo, audio y teléfono). Los gráficos parecen poco elaborados (tanto por diseño como por resolución) pero tienen la ventaja de que todo es de tamaño grande, una ventaja para aquellas personas a las que les cueste leer letra pequeña.

Por tamaño, forma y ángulo de apertura, la puertas traseras no hacen incómodo el acceso a las plazas traseras. En esta zona también hay más espacio que antes, tanto por altura al techo (suficiente si se mide alrededor de 1,85 metros) como por distancia hasta los asientos delanteros, siendo en esta cota uno de los mejores (tabla de mediciones).

La plaza central es incómoda y, en las versiones más equipadas, inutilizable, si se quieren usar los mandos que hay ocultos en el respaldo central y que solo quedan accesibles cuando se abate y hace de reposabrazos. Hay mandos para manejar el equipo de sonido, la climatización trasera (ajustes de temperatura, caudal y distribución del aire), la calefacción de los asientos y la cortinilla trasera, que es eléctrica; las cortinillas de las ventanillas se colocan manualmente. Los asientos no tienen ajustes posibles pero el pasajero trasero derecho puede adelantar el asiento delantero mediante unos botones que hay en el respaldo. No existe la posibilidad de equiparlo con pantallas para ver un DVD o la televisión.



El climatizador tiene dos funciones novedosas. Una es la llamada «S-Flow»; si el climatizador es de dos zonas permite, al pulsar un botón, desactivar la climatización en las plazas traseras. Si es de tres zonas, además de lo anterior detecta si el asiento del pasajero delantero está ocupado y, si no lo está, también interrumpe la climatización de ese lado. La otra función es la emisión de unas partículas, denominadas «nanoe», que son unos iones negativos capaces de transportar mucha agua y que desodorizan el habitáculo e hidratan la piel y el cabello (es un sistema diseñado por Panasonic). La calefacción de los asientos se emplea en alguna circunstancia para lograr caldear el habitáculo con un menor consumo energético.

En general, la calidad del interior sigue siendo muy buena. Los materiales de recubrimiento, especialmente el cuero y el tapizado del techo, son muy suaves al tacto. Los plásticos también parecen de gran calidad y son de tacto blando incluso en las zonas que no se tocan habitualmente, como la parte inferior de las puertas. Me resulta difícil decir si es mejor o peor en este aspecto que sus alternativas, pero es cierto que hay detalles que empobrecen la sensación final como pueden ser el cableado a la vista de los sensores que van en el parabrisas tras el retrovisor —no he visto otro Lexus en el que eso ocurra— o que la iluminación de las plazas traseras se haga mediante las luces de lectura que hay colocadas junto al asidero del techo; creo que hubiera sido más adecuado poner un plafón central para alumbrar mejor esta zona del coche. Estos dos detalles sorprenden si uno se fija en otros, como que las zonas de la consola donde apoyan la pierna derecha del conductor y la izquierda del acompañante están acolchadas y que entre el lateral de los asientos y la consola hay una pieza para evitar que por ese hueco puedan caer monedas, un bolígrafo u otros objetos de pequeño tamaño. El reloj digital de la consola ha sido sustituido por uno de saetas (imagen).