Lamborghini Terzo Millennio prototipo (2017) | Información general

07/11/2017 |Mario Garcés (@mgarces83)

El Terzo Millennio es el primer prototipo de Lamborghini con un sistema de propulsión eléctrico (el prototipo Lamborghini Asterion de 2014 es un híbrido enchufable). Tiene cuatro motores eléctricos, uno en cada rueda, y supercondensadores en lugar de baterías para almacenar la energía eléctrica. Ha sido diseñado en colaboración con el MIT (Massachusetts Institute of Technology).

La carrocería está hecha de fibra de carbono y es parte del sistema de almacenamiento, aunque Lamborghini no explica cómo. Sólo dice que está diseñada de tal forma que el monocasco central, también de fibra de carbono, contiene el habitáculo, con dos asientos, y el sistema de acumulación de energía. Además, tiene un sistema de autoprotección que, en caso de accidente, detecta fisuras en la estructura y es capaz de autorepararse. Para ello, una serie de microcanales conducen los productos químicos necesarios para rellenar la fisura y evitar la propagación de grietas en zonas expuestas a mucha fatiga.

Lamborghini dice que su principal interés es el de desarrollar supercondensadores como elementos de almacenamiento de la energía para suplir las carencias de las baterías convencionales, como los ciclos de recarga y la pérdida de rendimiento por envejecimiento.

El Terzo Millenio tiene cuatro motores eléctricos, uno en cada rueda que, según Lamborghini, dan una serie de ventajas respecto a un motor de combustión interna: alto par motor, reversibilidad, la posibilidad de transportar energía a través de cables en vez de mediante elementos mecánicos y más libertad para diseñadores y aerodinamistas.

No hay detalles sobre el interior. La marca solo dice que dispone de «instrumentación virtual» (no sabemos si se refiere al cuadro de mandos o a un sistema de información proyectada en el parabrisas) y de «simulación de conducción pilotada». Según entendemos por el comunicado, el coche sería capaz de recorrer un circuito de forma autónoma para enseñar al conductor la mejor trazada y, posteriormente, mostrarle un «coche fantasma» para que siga su trayectoria mientras conduce, como sucede en un videojuego.