KIA Sorento (2010) | Impresiones del interior

24/08/2010 |Alfonso Herrero

Me ha costado encontrarme cómodo al volante del KIA Sorento. De hecho no lo he conseguido. El problema que he tenido es que el reposacabezas quedaba tan adelantado que empujaba la cabeza hacia delante. Yo, por mi estatura, conduzco con el asiento en una posición alejada del salpicadero. Como el volante no se puede acercar mucho al cuerpo, he tenido que colocar el respaldo muy cerca de la vertical para llegar bien al volante y, en este caso, el apoyacabezas molesta.

De todos modos, en todos los coches coloco el respaldo así —salvo cuando no se puede porque falta altura al techo— y no recuerdo que me haya pasado esto nunca. Si echaba el respaldo hacia atrás, el apoyacabezas ya no empujaba mi cabeza pero no llegaba bien al volante.

A otras personas que han conducido el coche no les ha pasado. Por lo demás, tienen un relleno más bien duro —en este sentido son cómodos para un viaje largo— y sujetan bien el cuerpo. Con el nivel de equipamiento «Emotion» —el más costoso—, el del conductor tiene ajustes eléctricos.


El techo panorámico que tenía la unidad que he probado resta algunos centímetros de altura libre, pero la que hay es suficiente para una persona que mida poco más de 1,90 m de estatura quepa sin rozar con el techo, ni delante ni en las plazas traseras (mediciones interiores). No sé qué sucederá en el caso de la opcional tercera fila de asientos, ya que no la tenía.

Los asientos están más altos, respecto de la calzada, que en un turismo y más bajo que en otros coches con carrocería todoterreno. Esa altura intermedia hace más cómodo acciones como son subir y bajar del coche, sacar la carga del maletero o colocar a un niño en la silla correspondiente.

El cuadro de instrumentos (imagen) es fácil de leer, aunque en función de cómo incide la luz solar, el plástico produce reflejos. Tiene una pantalla en el centro que muestra la información del ordenador (imagen); para pasar de un dato a otro hay que pulsar un botón que hay en el propio cuadro, una solución poco acertada que obliga a soltar el volante. El resto de los mandos del coche están bien situados y se ven desde el puesto de conducción sin tener que mover la cabeza.

os materiales de revestimiento tienen buen aspecto, aunque ninguno de ellos es blando al tacto si bien parecen más robustos que los que emplea, por ejemplo, Toyota en algunos modelos como el Prius. A simple vista, el ajuste también es correcto salvo alguna excepción —por ejemplo el marco donde va colocado el reloj no quedaba perfectamente enrasado con la superficie del equipo de sonido—. Me han sorprendido los ruiditos que se oían al circular por carreteras mal asfaltadas o pistas de tierra; la sensación que me ha quedado es que hay otros modelos de KIA, como el cee’d, mejor hechos.

Hay detalles buenos, como por ejemplo los parasoles con una pieza extensible (imagen) —por si es necesario colocarlos en la ventanilla en vez del parabrisas—, las salidas de ventilación para las plazas traseras en los montantes (imagen) o, que si se ocupan los siete asientos, la cortinilla enrollable que cubre el maletero cuando sólo se utilizan las dos filas anteriores se puede alojar en un sitio específico sin que moleste.

El habitáculo es ancho, especialmente en la parte trasera, lo que permite acomodar a tres personas en la banqueta trasera. Como es habitual, el de la plaza central irá menos cómodo por la forma del asiento.


La tercera fila de asientos opcional no la tenía el coche que hemos probado. En la presentación sí nos subimos a un Sorento que los llevaba. No nos parecieron amplias pero tampoco inutilizables por adultos para trayectos cortos.

El mayor inconveniente que presentan estos asientos es que, como llevan la banqueta muy cerca del suelo, sus ocupantes tienen que llevar las rodillas muy altas con respecto al cuerpo; otro inconveniente es que la altura libre al techo es más bien escasa.

Esta tercera fila se puede ocultar en el piso del maletero. En las versiones que no la tienen, ese espacio (imagen) sirve, por ejemplo, para guardar objetos ocultos bajo el piso, objetos que no tienen porqué ser pequeños —cabe un cubo de dimensiones 114x63x17 cm—. También hay otro doble fondo en la zona lindante al portón (imagen).

Las plazas laterales de la segunda fila tienen anclajes Isofix para sillitas infantiles, en la banqueta (imagen) y el respaldo (imagen), el airbag del pasajero delantero es desconectable (imagen) y el cierre de seguridad de las puertas traseras se acciona mediante una pequeña palanca (imagen), no hace falta una llave ni una herramienta.

Cuando se emplean las siete plazas, el volumen del maletero es mínimo y, desde luego, insuficiente para el equipaje de siete personas (mediciones del maletero). Si se pliegan, la capacidad del maletero es de 531 litros, suficiente para llevar una cantidad grande de equipaje o introducir, sin más problemas que la altura que hay desde el suelo, que no es poca (imagen), un carrito de bebés (imagen).

El maletero no tiene argollas en el piso para anclar una red, sí tiene dos ganchos en los laterales, en la zona próxima al portón, para colocar una red a modo de bolsa porta objetos (imagen). En el techo no hay anclajes para poner un elemento que separe el habitáculo de la zona de carga, algo indispensable si se quiere aprovechar todo el volumen del maletero.

Equipamiento


Algunas funciones del equipamiento del Sorento no parecen bien resueltas. Por ejemplo, el sistema de cierre automático del seguro de las puertas cuando el coche se pone en movimiento no se activa hasta que se superan 40 km/h. Esto puede suponer que en trayectos urbanos, si hay mucho tráfico, nunca llegue a cerrarse por sí solo.

Otra cosa curiosa, que pasaba al menos en la unidad de pruebas, es que el limpiaparabrisas —con conexión automática (imagen)— daba un barrido cada vez que se daba al contacto.

El pequeño botón que hay en la manilla exterior de las puertas delanteras en algunas versiones no sólo sirve para cerrar el coche, sino que también se utiliza para abrirlo. En todos los coches que he probado con sistemas similares, el cierre se desbloquea al asir la manilla. Que en el KIA haya que pulsar un botón no lo hace mucho más incómodo pero me parece un detalle en el que han querido ahorrar dinero.

En cambio, en otros lugares esa sensación de ahorro desaparece. Por ejemplo, están iluminados el logotipo del umbral de la puerta (imagen), la zona inferior de la consola (imagen) y los interruptores de las puertas (imagen).

El climatizador con control de temperatura en dos zonas (imagen) no me ha gustado del todo porque he tenido que reajustar la temperatura varias veces cada vez que he conducido el coche.