Hyundai i10 (2008) | Impresiones del interior

05/10/2010 |Jaime Arruz

Normalmente los coches pequeños tienen el interior mejor aprovechado (desde el punto de vista del espacio), que los de mayores dimensiones. El Hyundai i10 es un ejemplo. Cuatro personas viajan bien incluso si son de estatura normal o ligeramente superior. Las de las plazas posteriores tienen suficiente espacio para las piernas, siempre que el conductor y el acompañante delantero no lleven muy retrasada su banqueta. Según nuestras mediciones el KIA Picanto o el Suzuki Alto (mediciones interiores) tienen una cantidad de espacio similar para los ocupantes. Lo más desfavorable del interior del i10 es que es muy estrecho y eso se nota en que en las plazas traseras no hay sitio para tres adultos.

Es posible lograr una cómoda posición de conducción gracias a los reglajes (manuales) del asiento. El volante no tiene regulación en altura y profundidad en ninguna versión. La palanca de cambios está situada ligeramente elevada con respecto a lo que suele ser habitual, lo que hace que sea más cómoda de manejar porque hay que desplazar menos la mano derecha.

Los asientos son cómodos para tratarse de un coche urbano de precio bajo. Les falta una forma que dé más sujeción lateral, aunque no es un problema cuando se circula por ciudad o por carretera a ritmo tranquilo.

El volante tiene un tacto muy malo. Está hecho de un plástico duro y muy áspero que molesta al tacto. No puede ir tapizado en piel ni en opción.

La mayoría de los mandos están bien situados. Para algunos conductores, las palancas de las luces y los intermitentes, ubicadas en la columna de la dirección, quedan algo lejos del aro del volante. Un detalle mejorable es que la tapa que da acceso al depósito de combustible sólo se puede abrir mediante un tirador situado en la parte baja del piso, junto a la banqueta del asiento del conductor.

Hay muchos huecos para dejar objetos, aunque la mayoría son de pequeñas dimensiones y no tienen el fondo blando o tapizado para evitar que lo que se deposite en ellos se desplace o se dañe mientras se circula.

Un detalle que me parece mejorable es que los espejos de cortesía de los dos parasoles no están completamente rectos —desconozco si se trata de un problema de nuestra unidad de pruebas o de todas las unidades del i10—.

La instrumentación es sencilla, aunque completa y fácil de leer. Se echa en falta, principalmente, un ordenador de viaje con el que poder conocer la autonomía o el consumo medio de combustible.

La apariencia de los materiales de recubrimiento es la que suelen tener este tipo de utilitarios. Las piezas que tienen peor apariencia son las de color gris que hay en la parte interna de las puertas.

Los ajustes entre las diferentes piezas que forman el salpicadero y la consola central son buenos. No sucede lo mismo con la unión entre el tapizado del techo y el parabrisas. No hay bordes afilados que puedan causar daño cuando se pasa la mano, aunque determinadas piezas no están tan bien terminadas como en otros utilitarios más costosos —Toyota IQ, por ejemplo—.

Maletero

El maletero del i10 tiene un volumen de 225 l. La capacidad de carga se puede ampliar si se reclinan los respaldos de los asientos posteriores —lo hacen en una proporción de 60/40 pero no queda un fondo de carga enrasado con el piso del maletero—. El i10 tiene un maletero similar al del Renault Twingo (230 l) y de mayor tamaño que modelos como el Fiat Panda (206 l), el Citroën C1 (139 l), el Suzuki Alto (129 l) o el KIA Picanto (127 l).

Tiene formas regulares que facilitan su carga. Para poder depositar objetos en su interior hay que salvar un pequeño escalón (17 cm). Hay espacio para una maleta grande y una mochila (imagen). También entran ciertos carritos infantiles (imagen).

La bandeja que cubre todo lo que se deje en el maletero no tiene un sistema que la eleve automáticamente cuando se abre el portón —normalmente dos cuerdas que van ancladas a la parte interior de la carrocería que rodea la luneta—.

El maletero está iluminado y se echan en falta ganchos para sujetar bolsas o argollas y alguna red para fijar la carga.

Bajo el piso del maletero hay una rueda de repuesto de menor tamaño que las otras cuatro.