DS 3 y 3 Cabrio (2014) | Impresiones de conducción

26/12/2014 |Mario Garcés (@mgarces83)

El DS 3 Cabrio THP 165 S&S Sport es la versión más potente que se comercializa del DS 3 con carrocería cabrio. Da 165 CV y un par máximo de 240 Nm entre 1400 y 4000 rpm. Con carrocería cerrada existe una versión más deportiva —denominada DS 3 Racing— de 207 CV.

Hay dos motores más de gasolina, el PureTech 82 y el PureTech 110. Ambos comparten la misma arquitectura de tres cilindros y 1,2 litros de cilindrada. El PureTech110 tiene turbo compresor, y ambos tienen inyección directa —en el Puretech 110 la inyección se hace a una presión de 200 bar. Desconocemos el dato de presión en la versión PureTech 82—. Al estar basado en el motor PureTech 82, DS dice que los cambios efectuados para soportar el aumento de potencia son: refuerzo de la aleación de aluminio de la culata añadiendo cobre, cigüeñal de acero en vez de fundición de hierro, válvulas huecas y bielas reforzadas. La bomba de aceite es de caudal variable. El cambio es manual de cinco velocidades.

La versión de 165 CV sustituye a la anterior de 155 con cambios que DS ha descrito de la siguiente forma: modificación de la presión de inyección de 120 a 200 bar, bomba de agua desconectable y bomba de aceite de caudal variable —reducen la pérdida de potencia por arrastre—  y un nuevo diseño de las «aspas» del turbocompresor, aunque DS no aporta datos al respecto.

El funcionamiento de este motor es agradable y silencioso. Al subir de revoluciones el sonido que emite resulta bonito y en ningún momento llega a ser excesivo. Funciona de manera homogénea por encima de 1500 rpm, sin baches de potencia casi hasta el corte de inyección, pero en las arrancadas desde parado es perezoso —obliga a pisar mucho el acelerador— restándole agilidad en ciudad. Su consumo medio homologado es de 5,6 l/100 km, que es 0,9 litros superior al de un Audi A1 1.4 TFSI CoD 150 CV Attraction y 0,1 litros inferior al de un MINI Cooper Sficha comparativa—.

De un total de 150 kilómetros recorridos durante la presentación, más de cien fueron por carretera de doble sentido con muchas curvas, y unos 35 kilómetros fueron por autovía con fuerte viento. En carretera resultó ser un coche muy agradable de conducir, con potencia siempre disponible para hacer adelantamientos rápidos en segunda y tercera velocidad, y además con buena respuesta en la zona media del cuenta revoluciones que permite hacer la maniobra de adelantamiento en quinta si se desea mantener un ritmo más sosegado, siempre que haya una recta despejada con buena visibilidad. La sexta velocidad desahoga el motor y permite mantener la velocidad con facilidad.

La inercia del giro del motor es grande al subir y bajar de revoluciones. Esto provoca que en adelantamientos o en aceleraciones fuertes haya que hacer el cambio a una marcha superior con cuiudado si se quiere evitar que el motor se revolucione en vacío al desembragar.

La suspensión tiene una puesta a punto muy agradable, el balanceo es muy limitado y genera confianza al conducirlo, pero además absorbe las irregularidades y los resaltos en poblado de forma suave y silenciosa.

En autovía el DS 3 no resulta tan agradable como en carretera. El viento lateral le afecta mucho. Además el ruido que se filtra al interior por la capota se torna muy molesto. La dirección, de asistencia eléctrica, está bien ajustada y no es excesivamente rápida, por lo que no vuelve al coche nervioso. La suspensión absorbe muy bien el impacto en las juntas de dilatación. El cambio manual de seis relaciones es suave y de recorridos relativamente cortos, aunque por precisión no llega a ser un cambio de tacto deportivo. No hemos conducido las versiones de menor potencia ni la de cambio automático.

He probado el funcionamiento del dispositivo «Active City Brake», que detiene el vehículo totalmente en caso de impacto inminente a menos de 30 km/h. Está ideado para evitar alcances durante la circulación en ciudad. Con cuatro ocupantes y suelo húmedo el DS 3 frenó en todas las ocasiones dejando un margen de aproximadamente 50 cm con el obstáculo de delante. Funciona mediante un sensor láser de corto alcance situado en la parte superior de la luna delantera —imagen— y solo detecta objetos reflectantes (como la matrícula de un coche o una moto), por lo que no se activa frente a peatones.