Citroën C2 (2003) | Impresiones de conducción

18/09/2003 |Javier Moltó

Como menciono en las impresiones de interior, sentirse cómodo en el interior del C2, al menos en las plazas delanteras, y sin ocupantes en las posteriores, resulta muy fácil para las personas de casi cualquier estatura. No estoy seguro de que también sea así para los muy altos.

He podido conducir tres versiones: 1.4 HDi en versión SX con cambio manual, y los dos más potentes de gasolina (1, 4 litros y 1,6 litros) con cambio automático SensoDrive.

El motor turbodiésel suena poco, incluso con el motor en frío, tiene buena respuesta y mueve al C2 con agilidad (prueba del Citroën C3 con este motor). Repito lo que dice Enrique Calle de este motor en la prueba del C3: «Es un motor excelente desde muchos puntos de vista: hace muy poco ruido, vibra poco y hace que el C3 responda bien incluso desde bajas revoluciones, a pesar de tener unos desarrollos de transmisión largos».

Lo que sirve para el C3, también es aplicable para el C2, salvo que el desarrollo es algo más corto y la resistencia aerodinámica es ligeramente menor, debido a la menor superficie frontal. Debido a todo ello, y al menor peso del coche, las prestaciones del C2 1.4 HDi deben ser un poco mejores que las del C3 1.4 HDi, si bien Citroën presenta unas cifras prácticamente idénticas. En cualquier caso, resulta un motor adecuado para moverse con agilidad tanto en el tráfico urbano como en carretera o autovía. Su cambio manual me ha gustado mucho; especialmente entre tercera, cuarta y quinta, se cambia con mucha suavidad, rapidez y precisión.

Las suspensiones del C2 son tirando a duras para lo que resulta habitual hoy en día pero no secas; es la diferencia fundamental con el C3. Una suspensión claramente más dura (para todos los motores) hace que resulte un coche más agradable de conducir por carretera, tanto si tiene curvas como si no (no lo probé en las autovías españolas).

La distancia entre ejes es casi 15 cm más corta en el C2 que en el C3; es un coche con reacciones más vivas que el C3. Además, en Citroën han querido otorgarle un tacto «deportivo»; a mí me ha parecido que tiene un excelente equilibrio entre comodidad y estabilidad.

También es muy buena la dirección, que resulta muy suave con el coche parado y con buen tacto en carretera de curvas. Enrique Calle dice del C3 que «En ciudad es muy sencillo y agradable manejar el volante; es ligero y preciso. En carretera se echa en falta que sea más dura. No es un coche que transmita mucha información al conductor a través del volante».

En el C2 no ocurre así. Según pone en la documentación entregada por Citroën: «los parámetros de asistencia se han escogido de acuerdo con las características dinámicas del vehículo». Los frenos, tienen muy buen tacto; no he podido comprobar las distancias de frenado ni la resistencia al calentamiento (lleva tambores atrás), pero la sensación es muy buena.

Prácticamente todo lo que digo con relación a la versión Diesel es aplicable a las versiones de gasolina. He llevado el 1.4i y el 1.6i 16v, los dos con cambio SensoDrive y acabado VTR (con el motor 1.6i 16v es la única versión disponible). No los pude probar tanto como el motor HDi, pero con ambos motores las prestaciones del C2 son suficientes para cualquier utilización normal, dentro o fuera de la ciudad. Como dice Víctor Fernández en la prueba del Xsara 1.6i 16V VTS Coupé, el motor resulta ruidoso y en el C2 se nota con claridad.

La caja SensoDrive, no le pega tanto a este coche como al C3, si se espera de él un tacto «deportivo» (primeras impresiones del C3 1.6i 16V SensoDrive). Resulta un cambio muy cómodo y agradable, a mí me gusta mucho cómo va, pero resulta un poco lento para una utilización deportiva. En mi opinión, la decisión de escogerlo depende de la utilidad prioritaria que se le dé al coche. Para circular mayormente por ciudad, seguramente es mejor decidirse por el cambio SensoDrive.

Las versiones VTR tienen un diámetro de giro mayor que las demás, por causa de sus ruedas más anchas. La desmultiplicación de la dirección es la misma, por lo que en el VTR el volante tiene 2,8 vueltas entre topes, en lugar de 3,2; eso no significa que la dirección sea más rápida.

He medido el consumo, con el ordenador del coche, en los recorridos con el 1.4 HDi y con el 1.4 SensoDrive VTR. Con el turbodiésel, yo solo en el coche en un recorrido de 80 km, atravesando varios pueblos a 40 km/h, con atascos en alguna autovía y pisando fuerte en carretera, he obtenido una velocidad media de 57 km/h y un consumo de 6,5 l/100 km, que de ser aproximado al real me parece bajísimo debido a las condiciones.

Con el 1.4 SensoDrive VTR, en condiciones similares, con dos personas en el coche, con menos atascos pero más tráfico en las zonas que antes estaban despejadas, a una velocidad media de 59 km/h, el consumo ha sido, según el ordenador del coche, de 9,1 l/100 km.