Chevrolet Volt (2012) | Impresiones del interior

13/01/2012 |Alfonso Herrero

El Volt tiene cuatro plazas. Las delanteras me han gustado: hay espacio suficiente, los asientos (imagen) son cómodos y existen muchos lugares donde guardar cosas, algunos con soluciones muy bien pensadas: los cajones que hay en la parte superior del salpicadero (imagen) y bajo el apoyabrazos central (imagen) tienen, cada uno, una toma de corriente de 12 V. Pues bien, las tapas de los dos cajones tienen unos huecos para poder pasar al exterior el cable del aparato que conectemos. Parece algo muy lógico, pero lo más frecuente es que las tapas pillen el cable cuando se cierran. Así se puede tener, por ejemplo, un navegador tipo TomTom conectado sin llevar la tapa abierta ni estropear el cable.

A algunas personas probablemente no les resulte cómodo salir de estas plazas porque el marco superior de la puerta está bajo y tendrán que agachar la cabeza para poder salir sin golpearla. El puesto de conducción también es bueno por los reglajes amplios del asiento y del volante. Éste va en un ángulo no muy alejado de la vertical. Casi todos los mandos están colocados a la vista y se alcanzan con facilidad, aunque alguno se encuentra en lugares distintos a los habituales, como es el caso del botón del control de estabilidad y los de los sensores de ayuda al aparcamiento, que están en el plafón de luz que hay en el techo (imagen). Que estén ahí no es un problema para accionarlos, solo lo será para quien coja el coche puntualmente y no se le ocurra buscarlo ahí arriba.

Los mandos de la consola se accionan pulsando sobre una superficie lisa de color blanco (imagen), como si fuesen los mandos incorporados en el vidrio de una cocina vitrocerámica. Les he encontrado dos inconvenientes: el primero es que, aunque están ordenados por funciones, al no tener un diseño diferenciado (normalmente, los mandos del climatizador de un coche son distintos a los del navegador o a los de la radio) requiere prestar atención para encontrar el que estamos buscado. El otro inconveniente es que podemos accionar sin querer alguno, por ejemplo al apoyar la mano mientras usamos la pantalla táctil o, simplemente, cuando tratando de pulsar sobre uno de ellos, al pasar por un pequeño bache, rozamos el que está a su lado. En algunas condiciones de luz exterior puede ser difícil leer la función de cada uno de ellos.

Eso no es lo único a lo que hay que acostumbrarse en el Volt, también requiere un periodo de adaptación (y leerse el manual de instrucciones con detenimiento) la lectura y el manejo de la información que proporcionan las dos pantallas: En la pantalla que hay tras el volante (vídeo) aparece algún dato que no existe en otros coches (carga de la batería, tres mediciones de autonomía —eléctrica, con el motor de gasolina funcionando y combinada— y eficiencia de la aceleración y de la frenada). En la que hay en la consola, táctil, se controlan los sistemas de audio, teléfono y el climatizador, y también sirve para mostrar información sobre el consumo de energía, el flujo de la misma y controlar el proceso de carga de la batería (vídeo).

El climatizador tiene tres modos de funcionamiento —«Ventilador», «Eco» y «Comfort»— para consumir menos o más energía eléctrica, algo importante dado que la reducción de autonomía que conlleva el uso de la calefacción y el aire acondicionado en el modo eléctrico (más información en las Impresiones de conducción). La climatización también puede activarse mientras el coche está conectado a la red eléctrica recargándose, lo que permite aumentar la autonomía al encontrarse el habitáculo a la temperatura deseada al iniciar el trayecto. Se hace encendiendo el coche desde el mando a distancia. Esta fase de atemperar el interior dura diez minutos, transcurridos los cuales el sistema de climatización se desconecta.

Como el ruido que produce el Volt es casi nulo a poca velocidad, tiene dos tipos de bocina, una normal (presionando la parte central del volante) y otra, que emite varios pitidos sucesivos muy breves y de poca intensidad, para advertir de su presencia a los peatones (pulsando un botón en la palanca de los intermitentes; imagen).

En las dos plazas traseras hay poca altura libre hasta el techo y menos espacio para las piernas que en otros coches de dimensiones exteriores semejantes. Ambos asientos van separados por una consola (imagen) con espacios para dejar botes de bebidas y algún objeto, como unos teléfonos móviles.

El maletero es pequeño para el tamaño de la carrocería, tiene 310 litros de capacidad. Un Chevrolet Cruze, que tiene una carrocería de tamaño similar, lo tiene mayor. El de un Prius es 445 litros. Bajo el piso del maletero (imagen) están el cargador del coche, el kit de reparación de pinchazos y parte de la batería (que va colocada en forma de T, siendo el segmento vertical de la T el eje longitudinal del coche.

Para ocultar el equipaje hay una pieza textil (imagen) que se sujeta mediante cuatro lazos elásticos a los dos laterales del maletero. Parece una solución barata de última hora. Además de ser incómodo tener que estar poniéndolos y quitándolos cada vez que se quiere meter o sacar algo del maletero, en ocasiones resulta complicado acertar con los lazos en los enganches y no oculta por completo el equipaje.

En la unidad que hemos probado no había nada que impidiese que los objetos que hay en el maletero se viesen (o saliensen del maletero) por el hueco que queda entre los dos respaldos (imagen). En el coche que conduje en la presentación, sí lo había (vídeo).