He tenido la oportunidad de conducir brevemente las versiones con motor 1,2 l de 72 CV y 1,4 16v de 94 CV, ambos con cambio manual de cinco relaciones.

Las prestaciones que se obtienen en el primer caso, con el motor de 72 CV, hacen que sea un coche apto para circular por ciudad y a un ritmo tranquilo por sus alrededores. En carretera se queda escaso para mover con la soltura necesaria el coche cuando hay que realizar un adelantamiento o subir una pendiente prolongada.

El 1,4 l resuelve en parte las limitaciones que presenta el 1,2 l en cuanto a prestaciones, aunque no da la impresión de que estas sean acordes a la potencia del coche. Quién se compre un Kalos y vaya a circular por carretera debería elegir esta versión. Ambos motores son silenciosos y suaves a bajo y medio régimen.

Las suspensiones son suaves en los dos modelos que probé, con amplios movimientos de carrocería. Esto hace del Kalos un coche cómodo al pasar por zonas bacheadas; por el contrario, yendo rápido provoca un balanceo en curvas al que hay que acostumbrarse. Los frenos son de disco delante y tambor atrás.

También tuve la oprtunidad de probar el Kalos Sprint, una versión más deportiva del Kalos y que Chevrolet está tanteando la posibilidad de comercializarlo en España.

Esta versión, realizada por el preparador suizo Delta Motor sobre el modelo de 94 CV, logra, con la ayuda de un compresor, 130 CV. Con este motor la velocidad máxima es de 195 km/h y alcanza los 100 km/h desde parado en 9,8 s.

Lo cierto es que las prestaciones oficiales, dada la potencia del coche, no parecen muy buenas. Otros turismos de tamaño y potencia similares (Fiat Punto 1.8 16v HGT o Peugeot 206 GTI, con 131 y 136 Cv respectivamente) tienen mayor velocidad punta y mejores aceleraciones. Un Hyundai Getz 1.6 con motor atmosférico de 105 CV también acelera mejor (9,5 s).