BMW Serie 2 Cabrio (2015) | Impresiones de conducción

17/05/2016 |Enrique Calle (@QuiqueCalle)

Hemos conducido el Serie 2 Cabrio 2015 con el motor Diesel de 190 caballos y el de gasolina de 184 CV. El primero durante pocos kilómetros y el segundo en profundidad.

Las prestaciones del BMW 220i y 220d son muy parecidas, no así el consumo de carburante, muy inferior en el modelo de Diesel (ficha comparativa). El motor del 220d tiene un funcionamiento áspero y ruidoso. El 220i Cabrio contrasta porque tiene un motor delicioso que apenas vibra y sólo se oye (un sonido que resulta agradable) cuando se acelera con intensidad. Se trata de un motor tuboalimentado, pero cuya entrega de potencia es tan lineal (desde poco más de 1000 rpm hasta unas 7000 rpm, régimen que alcanza con facilidad), que me ha recordado a los motores atmosféricos que BMW usaba años atrás.

Como la fuerza llega poco a poco y con suavidad, puede parecer que se trata de un coche más lento de lo que realmente es. Según nuestras mediciones, ha necesitado 5,7 segundos para completar la aceleración entre 80 y 120 km/h, que es un buen dato para la potencia disponible. El BMW Serie 2 Coupé con el mismo motor tardó 5,1 segundos: un tiempo un 11% mejor para un peso que precisamente es un 11% inferior (1425 kg frente a 1605 del descapotable).

Nuestra unidad de pruebas tenía el cambio automático de ocho velocidades, que siempre que lo probamos en BMW (es de ZF y lo usan otras marcas) nos parece muy recomendable. Ayuda a que cada movimiento que el conductor hace con el acelerador, ya sea en ciudad o carretera, se traduzca en una aceleración suave, progresiva y casi inmediata.

Es poco probable que el motor del BMW 220i defraude, salvo a quien busque ante todo un bajo coste por kilómetro atribuible al consumo. El consumo de carburante varía mucho en función del tipo de utilización. Durante la prueba, el gasto mínimo ha sido 6,5 l/100 km a velocidad sostenida en vías con pocas pendientes y a menos de 120 km/h. En nuestro recorrido habitual por autovía (que es de 143 km a una media de 120 km/h) el consumo ha sido 7,0 l/100 km. En un recorrido de 200 km, la mitad por autovía y la otra mitad por vías de segundo orden (con dos puertos de montaña), unos 300 kg de carga, aire acondicionado conectado, conduciendo con toda la suavidad que soy capaz y a la velocidad máxima permitida en cada vía (o ligeramente más despacio), el consumo ha sido 7,7 l/100 km. Si se conduce descuidadamente, a ritmo rápido o en circunstancias adversas, es fácil que el consumo sea superior a 10 l/100 km.

Nuestra unidad de pruebas tenia la opción de paquete deportivo M que incluye, entre otras cosas, una suspensión más dura que la de serie. Este paquete también incluye unas ruedas de 17 pulgadas, que en nuestra unidad han sido reemplazadas por unas de 18 (con neumáticos 225/40 y 245/35 detrás). 

El BMW Serie 2 Cabrio con esta configuración es cómodo. De hecho, tiene una capacidad para absorber irregularidades que no recuerdo que tuviese el anterior Serie 1 Cabrio (modelo al que reemplaza) y ya no hay indicios de que las ruedas reboten al pasar por baches. Después de conducir este Serie 2, y el nuevo Serie 1, me parece claro que BMW ha hecho cambios para que estos modelos tengan una suspensión más agradable en firmes irregulares.

Por lo tanto, la suspensión deportiva M que hemos probado en el 220i Cabrio es recomendable incluso para quien busque un coche cómodo. Al no ser dura, no evita que la carrocería tenga un cierto balanceo y cabeceo, pero no creo que sea un problema, salvo para quien se vaya a dedicar a correr mucho (para lo cual es mejor el Serie 2 Coupé puesto que su precisión el curva me parece mayor).

Además de la suspensión deportiva M y de la de serie, hay una de dureza variable que no he probado. Adicionalmente, y como accesorio (es decir, no se monta en fábrica sino en el taller una vez comprado el coche), se puede elegir la denominada BMW M Performance, cuyos muelles son de color rojo y rebaja la altura de la carrocería en dos centímetros.

Los frenos de nuestra unidad de pruebas eran los de serie. Tienen un tacto malo y parece que les falta potencia; la impresión es que las pastillas no hacen gran fricción sobre los discos, y esa sensación se tiene aunque no se vaya conduciendo a ritmo rápido. Nuestras mediciones corroboran que no frena bien pues ha necesitado 56 metros para detenerse, que es mucho. Es posible que el tacto, así como la distancia de detención mejoren con los frenos deportivos M opcionales, que se distinguen a simple vista porque llevan las pinzas pintadas de color azul. Adicionalmente, y como accesorio, están los frenos BMW Performance, que constan de discos más grandes, ranurados y perforados; las pinzas son de color rojo, naranja o amarillo.