Audi A4 1.9 TDI (2001) | Un coche seguro y agradable de conducir

26/06/2001 |Víctor M. Fernández

Uno de los aspectos que puede hacer especialmente recomendable la compra de un Audi A4 1.9 TDI es que resulta muy agradable de conducir por varios motivos: la posición al volante es muy cómoda, el motor es muy elástico y ofrece una buena respuesta en cualquier marcha, en carretera transmite seguridad al volante y resulta cómodo y el accionamiento y tacto de todos los mandos es excelente. En definitiva, es un coche muy equilibrado que, además, ofrece unas prestaciones y consumo mejores que la mayor parte de sus rivales.

En pocos kilómetros tenemos la sensación de que hemos conducido este coche toda la vida, que se ajusta a nosotros como un guante. El puesto de conducción está muy bien resuelto. El volante es regulable en altura y distancia y su reglaje nos permite situarlo milimétricamente a nuestro gusto, algo que en otros modelos no es posible. Todos los mandos se encuentran a mano y tienen un buen tacto. La dirección es rápida y precisa, el cambio se maneja con movimientos cortos y los frenos se pueden dosificar con mucha facilidad. Tienen un buen mordiente y las distancias de frenada, sin ser las mejores, han sido cortas en nuestras mediciones. Por el contrario, los frenos aguantan poco el trato exigente y se fatigan con facilidad por sobrecalentamiento, principalmente por falta de una correcta refrigeración.

El ABS (Bosch de 5ª generación) es eficaz, pero curiosamente trabaja mejor si no pisamos con mucha fuerza en una frenada de emergencia. Al aplicar mucha presión sobre el pedal, el ABS «salta» más y alarga algunos metros la frenada. Según nos han contado hasta ahora, cuanta más presión ejercemos sobre el pedal (en un coche con ABS) mejor aprovechamos la capacidad de frenada. Con el ABS Bosch 5.7 esto no parece ser así (en el Alfa 147 1.6 120 CV nos ocurrió lo mismo) y las diferencias de frenada entre pisar fuerte el pedal o pisar muy fuerte son de hasta 6 metros menos en favor de la primera opción a una velocidad de 120 km/h (55 m pisando el pedal fuerte y 61 m pisándolo muy fuerte).

El Audi A4 1.9 TDI que hemos probado tenía la suspensión deportiva opcional, con un reglaje de suspensiones que cumple bien el objetivo de ofrecer una buena estabilidad y un elevado confort. En carretera (con los neumáticos Michelin Primacy 205/55 WR16 opcionales que monta nuestra unidad de pruebas) pisa bien sobre el asfalto y transmite mucha seguridad. Aún así, la amortiguación sigue siendo un poco suave en extensión, lo que origina algunos rebotes en la carrocería que serían mejorables al pasar por zonas onduladas. En carreteras con curvas lentas es claramente subvirador y no es fácil que el eje trasero deslice, ni siquiera provocándolo. En el caso raro de conseguirlo, el control de estabilidad (ESP) que tiene de serie se encarga de ayudar al conductor a corregir la trayectoria con eficacia. El ESP del Audi tiene un funcionamiento mejorable en subviraje, y se llega a producir un acusado arrastrón de las ruedas delanteras cuando entramos muy fuerte en una curva cerrada. Al igual que en otros modelos, el ESP se puede desconectar pulsando un botón situado en el salpicadero.

En carreteras bacheadas, las suspensiones absorben bien las irregularidades del piso y no se producen movimientos extraños ni el coche se mueve de la trayectoria. Esta capacidad de absorción aporta un buen confort de suspensiones que se agradece al viajar. El A4 TDI no es ni el más estable ni el más confortable, pero tiene un equilibrio suficientemente bueno como para no tener nada que envidiar a sus rivales. En carreteras con curvas parece algo más ágil y estable que el Volkswagen Passat TDI 130 CV.