El sistema de información proyectada sobre el parabrisas es un elemento recomendable. Evita no sólo tener que girar mucho la vista sino, sobre todo, reduce el trabajo del cambio de enfoque, lo que disminuye la fatiga. Muestra información de la velocidad y del sistema de navegación, además de otras advertencias (señales de tráfico o del teléfono, por ejemplo). Le he encontrado dos aspectos mejorables: uno es que, incluso ajustando la imagen a su posición inferior, una pequeña porción de la parte superior quedaba oculta (esto sólo pasará a conductores de estatura elevada o, quizás, a quienes vayan con el asiento muy alto). El otro que con unas gafas de sol polarizadas a penas se ve la información y deja de ser útil.
Los faros de ledes (imagen) dan una iluminación vasta e intensa. El sistema de iluminación adaptativa hace automáticamente el cambio entre luces cortas y largas —lo puede hacer de forma selectiva, dejando de iluminar únicamente la zona en la que hay otro coche a cuyo conductor se puede deslumbrar— y utiliza los faros antiniebla para iluminar las curvas cuando se circula a menos de 30 km/h. A veces su funcionamiento resulta molesto. Por ejemplo, entrar, girar y salir de una rotonda, conductor (y pasajero) ven zonas que de repente se iluminan y apagan en repetidas ocasiones en función del sentido del giro. En otros coches (el Audi Q7 con el sistema de iluminación matricial led Matrix LED) no se tiene esta sensación que resulta algo molesta.
El asistente de aparcamiento ayuda al conductor a estacionar el coche en línea o en batería. Cuando detecta un hueco en el que cabe el XC90, da instrucciones —que aparecen en la pantalla de la consola— al conductor para que maneje los pedales y el cambio de marchas, mientras que el volante gira de manera automática. Este dispositivo también es capaz de sacar el coche del espacio donde está aparcado. Las veces que lo hemos probado ha dejado el coche separado unos 30 cm del bordillo.
Otro sistema de ayuda en las maniobras es el conjunto de cuatro cámaras, cuyas imágenes, tratadas posteriormente, se muestran combinadas como si fuese una vista cenital. La principal ventaja de este sistema de Volvo respecto al de otras marcas es precisamente las proporciones de la pantalla: como está dispuesta verticalmente, al igual que la orientación del coche, se puede mostrar una imagen de gran tamaño. Este sistema no sirve, por ejemplo, para apurar al centímetro el coche junto a una columna pero sí evita golpear objetos bajos no visibles desde el puesto de conducción (un bolardo en el lado contrario, un niño pequeño), facilita las maniobras en zonas estrechas y resulta útil fuera del asfalto.
Volvo también ofrece diversos sistemas de ayuda a la conducción. Uno de ellos es el sistema de aviso de salida involuntaria del carril, con función de corrección automática de la trayectoria (la dirección se mueve sin intervención del conductor). Es un sistema que evita las posibles consecuencias de un despiste pero que, comparado con los que hay en otros modelos, me parece mejorable. Las correcciones que hace la dirección no son suaves y en ocasiones insuficientes para evitar pasarse al carril contrario (algo que nos ha sucedido al probarlo por autovía). De todos modos, Volvo da la opción de desactivar esta función y dejar sólo un aviso de advertencia (una vibración en el volante).
Otro es el programador de velocidad activo con función de atasco «Pilot Assist». Cuando se circula con él activado —situación en la que mantiene la velocidad automáticamente, actuando sobre el frenos si hay un vehículo más lento delante— por una vía rápida y se produce una retención, pasa a un modo de conducción autónoma, siguiendo al vehículo que lo precede mediante la aplicación del acelerador, el freno y la dirección siempre que la velocidad no exceda de 50 km/h. Este sistema sólo es operativo en vías principales (tipo autovía).
Estos dos sistemas de ayuda a la conducción funcionan gracias a un radar colocado en el parabrisas, junto con la cámara que le hace de apoyo y que también se usa para la lectura de señales, el cambio automático entre luces cortas y largas y la detección de fatiga del conductor. Volvo es el primer fabricante en colocar el radar en esa posición (normalmente van en la parrilla delantera, ocultos tras el emblema de la marca o en las entradas inferiores de aire que hay en el paragolpes. Este sistema (desarrollado por Delphi) es más costoso que el que usan otros fabricantes y más preciso, pero tiene un alcance menor.