El Toyota C-HR no tiene la utilidad familiar de, por ejemplo, un KIA Niro, un Nissan Qashqai y un Suzuki S-Cross. Colocar una silla infantil en los asientos traseros, y posteriormente sentar a un niño en ella, requiere más esfuerzo que hacerlo en cualquiera de esos tres debido a que el ángulo de apertura de las puertas traseras es más pequeño, como también lo es el hueco que dejan para acceder al interior debido a la pronunciada caída del techo.
No es el único peaje que impone el diseño del C-HR. La cabeza de los pasajeros traseros, en su lado exterior, quedan junto a una pieza de plástico en vez de junto al cristal de la ventanilla, por lo que la visión del exterior es más reducida que en otro coche. Además, las ventanillas —que se pueden bajar completamente— son pequeñas y dejan pasar poca luz.
En el exterior de la puerta, el tirador va colocado en una posición elevada —a unos 130 centímetros del suelo (imagen)—, suficiente para que pueda abrirla por si mismo un niño de unos seis o siete años de talla normal.
El espacio disponible en la fila trasera del C-HR es suficiente para acomodar a dos personas de hasta 1,80 metros de estatura. No obstante, el KIA Niro es una opción mucho más recomendable para quien dé importancia a la facilidad de acceso y amplitud de esta fila (tabla comparativa de mediciones del interior). La anchura entre puertas es 135 centímetros, muy similar a la de los coches mencionados anteriormente. En cualquier caso, en ninguno de ellos tres adultos viajarán cómodamente. Como se puede ver en la siguiente imagen, el espacio que queda entre dos sillas colocadas con los anclajes ISOFIX (este coche puede llevar sillas con la homologación i-Size; imagen) es insuficiente para quepa un adulto (menor aún con estas dos sillas).
Atrás, el hueco que hay para las piernas es correcto, aunque inferior al que ofrecen el Niro, el Qashqai, el S-Cross y también al de otras alternativas de menor longitud de carrocería como el Fiat 500X y el Honda HR-V. La altura libre hasta el techo es 91 cm, esto es, 7 cm menos que la que medimos en un Niro, la misma que en un Honda HR-V y 1 cm más que en un Mazda CX-3 y un Qashqai, este último con techo solar, un elemento que habitualmente resta algunos centímetros en esta medición. En el Toyota C-HR una persona de 1,85 metros de estatura tocará el techo con la cabeza en caso de sentarse erguido y no podrá apoyar la cabeza en el reposacabezas.
Los asientos delanteros son confortables. En los dos es posible regular la altura (manualmente), pero sólo el del conductor tiene regulación del apoyo lumbar (eléctrica; imagen). El volante tiene ajuste en altura y profundidad.
El maletero tiene un volumen de 377 litros. Es un valor superior al del Fiat 500X y el Mazda CX-3 (ambos 350 litros) e inferior al del Honda HR-V (470 litros), el Nissan Qashqai (430 l), el Suzuki S-Cross (430 l) y el KIA Niro (401 l). El espacio de carga tiene formas regulares, por lo que aprovechar el espacio disponible debería ser fácil. La calidad del tapizado es regular. Con el equipo de sonido JBL Premium (que, para nuestro oído, resulta normalito), en el lateral derecho hay un altavoz cubierto con una pieza de plástico (imagen). Bajo el piso hay una pequeña bandeja con el sistema de reparación de pinchazos (imagen). Toyota da la posibilidad de pedir una rueda de repuesto de emergencia, lo que conlleva una pérdida de espacio de maletero (el volumen queda en 297 litros).
Los respaldos de los asientos traseros son abatibles y están divididos en dos partes asimétricas, en proporción 1/3 y 2/3. El piso del maletero se puede colocar en dos posiciones. En la inferior, queda un escalón de unos 13 centímetros entre la superficie del maletero y los respaldos abatidos. Si se colocar en la superior, se consigue crear una superficie continua con los asientos (imagen) y un espacio inferior para ocultar objetos que no se quieran enseñar en el momento de abrir el maletero. La distancia longitudinal entre el borde del maletero y el respaldo del asiento del acompañante avanzado lo máximo posible es de unos 180 centímetros.