El Toyota Avensis Touring Sport es un buen coche para viajar. En él se va cómodo y, sin ser de los que mejor aislado tienen el habitáculo, el ruido que se oye (principalmente aerodinámico) no resulta molesto con los kilómetros. Los elementos elásticos que unen suspensión y chasis filtran muy bien las vibraciones que se producen al rodar sobre el asfalto.
La estabilidad en recta y en curva rápida es buena, es un coche que transmite confianza. Ante una conducción decidida en carretera de montaña con curvas lentas no presenta problemas pero no es un coche ágil, sobre todo porque el control de estabilidad se anticipa mucho a las posibles pérdidas de trayectoria limitando la potencia del motor, algo especialmente molesto si se acelera fuerte a la salida de las curvas.
La asistencia de la dirección (revisada en este Avensis 2016) me parece buena por tacto y por la información que llega al conductor. El volante gira 2,6 vueltas entre topes y el Avensis Touring Sport da la vuelta completa con un diámetro de giro (10,8 m) menor que sus alternativas, algo que puede ser valioso si hay que maniobraren garajes complicados.
El motor Diesel de 143 CV da una aceleración similar a la de otros modelos comparables que hemos probado, como el Hyundai i40 CW 1.7 CRDi de 141 CV o el Opel Insignia 2.0 CDTI ecoFLEX de 140 CV (tabla comparativa de prestaciones). Es un motor con buena respuesta desde pocas revoluciones —lo que reduce el número de veces que hay que utilizar el cambio de marchas— pero de funcionamiento áspero y que transmite más vibraciones que otros al habitáculo, donde se notan claramente en el volante y el asiento del conductor.
El cambio de marchas se maneja con mucha suavidad aunque no es agradecido si se intenta seleccionar las marchas con mucha rapidez. Con el pedal del embrague ocurre algo parecido, aunque para mi gusto queda demasiado alto y tiene un recorrido largo. Un aspecto positivo es que el embrague tiene un tacto y funcionamiento que facilita la suavidad en los cambios de marcha.
En la prueba que hacemos para comparar los consumos de todos los coches que probamos —un trayecto por autovía con muchos cambios de pendiente, conduciendo con suavidad y logrando una media real de 120 km/h— ha gastado 6,0 l/100 km, que es poco. La diferencia con otros modelos similares es poco significativa (Ford Mondeo TDCI 150 CV y Opel Insignia CDTI 140 CV, 6,1 l/100 km; Mercedes-Benz C 220d Estate 170 CV y Volkswagen Passat Variant 2.0 TDI 150 CV, 6,2 l/100 km). Con los que hemos medido más diferencia son el Peugeot 508 BlueHDI 150 CV (5,4 l/100 km) y, en el otro extremo, el Hyundai i40 CW 1.7 CRDI 141 CV (6,6 l/100 km).
El Avensis tiene cámara de visión trasera con los equipamientos Advance y Executive cuya imagen se ve bien en la pantalla del sistema Touch 2 pero no puede tener, ni en opción, sensores de ayuda al aparcamiento. Podría ser entendible que, al tener cámara trasera, Toyota prescindiese de ellos en esa parte (aunque a veces, incluso teniendo cámara, son una ayuda) pero lo hace también delante.