MINI Countryman (2024) - Prueba | Impresiones de conducción

10/05/2024 |Alfonso Herrero (@alf_reguart)

El MINI Countryman que hemos probado es la versión más sencilla por potencia. El motor es de gasolina tiene tres cilindros y 156 CV— y cuenta con la ayuda de un motor eléctrico de 19 CV. La potencia máxima conjunta del Countryman C es de 170 CV.

Ese motor eléctrico sirve de apoyo al de combustión y, en algún momento a baja velocidad, para mover en exclusiva el Countryman. También sirve para que le corresponda la etiqueta ECO de la DGT y poder aprovechar las ventajas que ello conlleva en algunos municipios.

Que el motor es de tres cilindros se nota por cómo suena y por cómo vibra, pero casi seguro que es una característica que pasará desapercibida o no importará a la mayoría. Además, el habitáculo está bien aislado del ruido y el del motor no molesta.

Las prestaciones que da —3,5 segundos para pasar de 40 a 80 km/h y 5,6 segundos para hacerlo de 80 a 120 km/h— han sido normales comparado con un Peugeot 3008 de 181 CV (3,6 y 5,5 s) e incluso con el rápido y ya extinto Honda HR-V de 182 CV (3,3 y 5,0 s) y muy buenas en relación a un Mazda CX-30 de 180 CV (necesitó 4,7 y 7,5 s).

El cambio es automático, no hay alternativa manual. Es una transmisión de doble embrague y siete relaciones. Los cambios se ejecutan con rapidez y casi siempre con adecuada suavidad, pero hay ocasiones —por ejemplo al llegar a una rotonda, cuando el coche casi se detiene pero en ese momento el conductor vuelve a acelerar para incorporarse— en las que parece que se le atragantan las operaciones de desembragar y embragar y durante un instante te quedas sin respuesta a la vez que se oyen unos golpes que proceden de la caja.

La unidad de pruebas no tenía la posibilidad de manejar a voluntad la caja, tan solo seleccionar un modo (marcado como L) en el que se utilizan marchas más cortas para tener más retención. Pero existe también la opción de tener levas en el volante, algo que solo creo interesante si se va a usar el coche principalmente por carreteras o conducirlo de forma rápida.

El Countryman no me ha parecido un coche incómodo pero, con una suspensión más bien firme, cuando la carretera está mal asfaltada o hay algún bache o tapa de alcantarilla mal nivelada, el movimiento de las ruedas se transmite poco mitigado al habitáculo. En autovías se viaja bien y en carreteras rápidas se pueden hacer trazadas limpias sin tener que ir corrigiendo con el volante. En las carreteras lentas, las que tienen curvas de poco radio, si se va muy rápido hay que acostumbrarse al movimiento inicial de la carrocería hasta que se apoya para cogerle confianza al MINI pero, en general, es un coche más ágil que la mayoria de SUV similares, que transmite sensación de ligereza por cómo cambia de apoyo o cómo entra en las curvas. La conclusión es que cumple bien en cualquier tipo de viaje.

La versión John Cooper Works parece un coche diferente. La unidad que condujimos en la presentación llevaba suspensión con amortiguadores de dureza variable (esta suspensión además reduce en 15 milímetros la altura libre al suelo) y un sistema de frenos de mayor rendimiento que el de serie. El tacto de conducción es sensiblemente más firme y más directo que el del Countryman C. Más deportivo. Se inclina menos en las curvas, frena mejor y la respuesta del motor —cuatro cilindros de 2,0 litros y 300 CV— es obviamente mucho más estimulante, tanto por la contundencia de su empuje como por el sonido que emite.

En ciudad me ha parecido un coche agradable de llevar y todo el conjunto —dirección, motor y cambio— es satisfactorio, excepto por lo comentado anteriormente sobre la caja de cambios.

Los consumos que hemos obtenido con esta versión de gasolina de 170 CV han sido buenos. En nuestro recorrido de autovía ha gastado 6,7 l/100 km. Los mencionados anteriormente Mazda y Peugeot gastaron 7,9 y 8,0 l/100 km respectivamente; sólo el Honda gastó parecido, 6,8 l/100 km En ciudad ha gastado 6,8 l/100 km en un recorrido de 29 km (8 km de carretera a 80 km/h, el resto ciudad, combinando zonas despejadas con otras en las que las detenciones eran frecuentes). Es lo mismo que gastó un Subaru Crosstrek híbrido de 136 CV, que tiene tracción total pero mide y pesa parecido (ficha comparativa).

La única funcionalidad que tienen los faros es el cambio automático entre cortas y largas. El haz de luz es adecuado por intensidad y amplitud para viajar de noche. De los asistentes de conducción no hay nada reseñable, funcionan de la manera habitual.