El Serie 2 Active Tourer tiene dos grandes diferencias técnicas con respecto al resto de modelos de la gama de BMW. Primera, que es que es el único de tracción delantera —todos los demás son de tracción trasera o total—. Segunda, que el motor va colocado en sentido transversal a la marcha —todos los BMW con motor delantero lo tienen colocado en posición longitudinal, excepto el i3 y el i8 que lo tienen detrás en sentido transversal—. La suspensión delantera es de tipo McPherson y detrás hay un paralelogramo deformable.
Hemos conducido las versiones 218i y 218d, ambas con cambio manual y la suspensión de serie (hay una opcional más firme) pero neumáticos de distinta marca y medidas —los del 218i eran Michelin Primacy 3 205/55 R17 (de serie son 205/60 R16) y los del 218d, Pirelli PZero 224/45 R18—. Las reacciones de uno y otro eran muy distintas.
El 218i lo condujimos durante la presentación a la prensa. A mi compañero Pablo David González le pareció que la suspensión era blanda y que la carrocería se movía mucho al ir rápido en carreteras de curvas. A mí, tras conducir durante más tiempo y kilómetros un 218d, no me ha parecido que sea una suspensión blanda. De hecho, lo es menos que la de la mayoría de monovolúmenes. Quizás, a Pablo le dio esa sensación porque cuando hay que cambiar de trayectoria para tomar una curva a velocidad alta, la carrocería tarda en apoyarse, transición que además a mí me generaba cierta desconfianza —unido a una dirección que en ese momento transmite poca información del contacto del neumático— y me hacía acabar ahuecando. Salvo por esta situación particular, el Serie 2 Active Tourer me ha parecido un coche fácil de conducir y de reacciones seguras ante maniobras bruscas o imprevistas.
El control de tracción funciona muy bien. Cuando entra en funcionamiento por falta de adherencia al acelerar mucho, lo hace eficazmente e interrumpiendo muy poco el avance del coche. He notado también que se produce una intervención (no tengo nada claro si es sobre los frenos o sobre el par motor) cuando se avanza en línea recta y hay una irregularidad que mueve ampliamente la carrocería perpendicularmente a la superficie de la carretera. Se nota una interrupción puntual del avance, imagino que para tratar de evitar el cabeceo de la carrocería, aunque no hemos podido confirmar la existencia de esta funcionalidad. Nissan, en el Qashqai, actúa sobre los frenos para disminuir ese cabeceo, pero su acción es más evidente (en el BMW es realmente sutil) y se advierte al conductor de ello en la pantalla del cuadro (en el BMW no hay nada que lo haga).
Circulando por ciudad, carreteras o autovías a un ritmo normal, el Serie 2 Active Tourer tiene un rodar suave y silencioso. También resulta cómodo, a pesar de esa dureza de la suspensión poco habitual en un monovolumen. Quien quiera viajar más aislado del estado de la calzada se sentirá más a gusto en otros modelos, como un Citroën C4 Picasso.
En ciudad se maneja con facilidad por la buena la visibilidad que tiene el conductor, porque es pequeño (4,34 m de longitud) y porque gira mucho aunque, según los datos proporcionados por las marcas, el diámetro de giro (entre paredes) es un poco más amplio que el de un Volkswagen Golf Sportsvan, algo que a mi no me lo ha parecido (ficha comparativa).
El selector del cambio manual es preciso y tiene recorridos cortos. No obstante, no se puede desplazar la palanca con un movimiento fluido porque hay que vencer una serie de pequeñas resistencias en cada uno de los recorridos. Una de esas resistencias es la que delimita el paso de primera a marcha atrás (las dos están arriba a la izquierda) y no es complicado confundirse. Cuando el sistema Stop&Start rearranca el motor no se produce una sacudida en la palanca de cambios, algo que sí sucede en otros modelos de BMW con motor Diesel y cambio manual.
El cambio manual tiene una función que empareja automáticamente las revoluciones del motor a las del eje de salida de la caja de cambios cuando se cambia de marcha (tanto al subir como al bajar). Funciona bien si la palanca se mueve a una velocidad normal pero si se mueve rápidamente, al sistema no le da tiempo a realizar su acción y no hay efecto de suavización.
Tanto el motor de gasolina de tres cilindros y 136 CV, como el Diesel de cuatro y 150 CV —versiones 218i y 218d respectivamente— mueven con soltura a un BMW Serie 2 Active Tourer con dos personas a bordo y sin equipaje. Hemos medido las prestaciones del 218d Active Tourer y ha sido un monovolumen rápido (tabla comparativa). Este motor Diesel acelera al Active Tourer sin tirones desde pocas revoluciones, lo que facilita desentenderse del cambio de marchas en muchas ocasiones.
El consumo en nuestra prueba de referencia —un recorrido de ida y vuelta por autovía con muchas pendientes y haciendo una media real de 120 km/h— ha sido 6,0 litros, una vez corregido el error del ordenador de viaje (marca un 4,4 % de menos). Es un consumo similar al de un BMW 318d Touring automático (143, 5,8 l/100 km) e inferior al de BMW X1 xDrive18d (143 CV, 7,5 l/100 km). El Ford C-MAX 2.0 TDCi automático (140 CV) gastó más (7,6 l/100 km) y el Opel Meriva 1.6 CDTi (136 CV) casi igual (6,3 l/100 km). El Clase B que probamos era de gasolina (156 CV, 7,2 l/100 km) y el Volkswagen Golf Sportsvan mucho menos potente (110 CV) y menos gastador (5,2 l/100km).
El motor de gasolina del 218i es el mismo de tres cilindros del MINI Cooper. A ralentí y a poca velocidad produce el mismo y particular sonido: una especie de gorgoteo. Es un sonido claramente diferente al que producen habitualmente los motores de cuatro cilindros, aunque no es desagradable y al volante apenas se perciben vibraciones. Comparado con el Diesel, es más suave y su funcionamiento es más refinado en todas las circunstancias. Tiene inyección directa, turbo, distribución variable en fase doble-VANOS y 1500 cm³ de cilindrada. Los conductos de refrigeración de este motor no rodean completamente los cilindros. Esta construcción, denominada «closed deck», es más costosa, pero logra una cámara de combustión más rígida y con una forma más estable, que hace que haya menor fricción y consumo de aceite. Con este motor, el consumo medio homologado de carburante es 4,9 l/100 km. Es un dato muy bueno, solo mejorado por modelos híbridos (modelos con motor de gasolina de 120 a 170 CV). BMW dice que este motor tiene un eje de equilibrado para reducir las vibraciones, además de emplear un volante de inercia de doble masa con péndulo de inercia para suavizar más el funcionamiento.