Las rotondas son una de las infraestructuras viales que más problemas generan entre los conductores españoles. A pesar de su aparente sencillez, la Dirección General de Tráfico recuerda con frecuencia que una gran parte de los accidentes en estos puntos se debe a un mal uso de los carriles o a confusiones sobre las normas de prioridad. Entender cómo se debe circular correctamente por una glorieta evita sanciones al tiempo que mejora la fluidez del tráfico y reduce los riesgos.
El Reglamento General de Circulación, en su artículo 75, establece las reglas generales para este tipo de intersecciones. Según la norma, dentro de una rotonda:
- Se debe circular por el carril que más convenga a la dirección que se vaya a tomar.
- Los conductores deben respetar la prioridad de los vehículos que ya están dentro de ella.
- Está prohibido detenerse o realizar maniobras bruscas que entorpezcan la circulación.
¿Cuál es el carril adecuado para circular por una rotonda?
Es la duda que surge constantemente, y la DGT es clara al respecto: siempre que se circule por una glorieta con varios carriles, el conductor debe usar el derecho si va a salir en la primera salida o seguir recto. En cambio, el carril interior puede emplearse para realizar cambios de sentido o para continuar por la rotonda hasta las salidas más alejadas.
Lo importante, según la normativa, es que las salidas deben hacerse siempre desde el carril derecho. Si un conductor circula por el carril interior y desea salir, debe cambiar de carril con antelación suficiente y señalizar correctamente la maniobra. Realizar el giro directamente desde el carril interior, cruzando de forma brusca hacia la salida, es una de las infracciones más comunes y una de las principales causas de colisiones laterales.
Lo anterior no siempre es cierto, hay excepciones: en algunas rotondas, las marcas viales indican que se puede abandonar la misma desde más de un carril. En la siguiente imagen es un ejemplo de una de esas excepciones, en la que se puede salir de la rotonda desde cualquiera de los dos carriles y el exterior no permite seguir circulando por ella.
También hay que tener en cuenta que las rotondas no funcionan igual que los cruces convencionales. Considerando que su idea es la de mantener la fluidez, los vehículos que circulen por ellas no deben bloquear las salidas ni detenerse en el interior salvo por necesidad. Además, el uso de los intermitentes es fundamental tanto al entrar como al salir, algo que muchos conductores olvidan.
Qué sanciones pueden aplicarse
Aunque no existe un artículo específico que describa cada maniobra dentro de una rotonda, el Reglamento General de Circulación establece unos principios que también se aplican en ellas. Circular de forma incorrecta o sin respetar la prioridad puede considerarse una infracción grave, sancionada con 200 euros, según el artículo 65 de la Ley de Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial.
Por su parte, el uso inadecuado de los intermitentes o los cambios de carril sin señalizar también pueden ser sancionados con hasta 200 euros, al considerarse maniobras que comprometen la seguridad vial. En los casos más graves (al provocar un accidente por invadir el carril de otro vehículo), la sanción puede incluir la pérdida de puntos del carné de conducir.
Por tanto, no hay un carril exclusivo para salir, sino que todos los carriles son válidos siempre que se realicen los cambios de forma anticipada y segura. No obstante, la recomendación general sigue siendo la de circular por el carril exterior siempre que sea posible.
