Hay situaciones que muchos asociamos a estas fechas navideñas: las reuniones familiares y con amigos, las comilonas, los regalos, la lotería ¡y los nieblebers!. Si Justin Bieber tiene a los beliebers —esos fans apasionados del cantante que se pintan corazoncitos en la cara— los conductores tenemos a los nieblebers.
A los nieblebers los podéis reconocer fácilmente: en cuanto hay una ligera niebla o llueve, encienden rápidamente las luces antiniebla de sus coches para que sepamos que están ahí. Como si quisieran presumir de un exclusivo equipamiento del que carecen los automóviles del resto de conductores.
También sabrás quienes son porque cuando la niebla (o brumilla) desaparece, no recuerdan apagar las luces antiniebla. Incluso aunque se despeje el cielo y luzca el sol. Ojo, que un pequeño porcentaje de esos casos es gente a la que simplemente se le ha olvidado apagarlos, no vayáis a confundirlos con nieblebers.
A los nieblebers les dan igual tres cosas:
- Quemarte las retinas: Ellos ven a los coches que hay cuatrocientos metros por delante y que van con las luces de posición pero, por algún extraño motivo, consideran que tú, que vas a cincuenta detrás, no les ves.
- Saltarse el Reglamento General de Circulación que indica que los antiniebla no pueden usarse con lluvia normal o niebla ligera. Su uso está regulado a las siguientes situaciones: nieblas espesa, lluvia muy intensa, nevada fuerte o nubes densas de humo o polvo.
- El dinero: utilizar inadecuadamente las luces antiniebla puede conllevar una multa de 200 €.
Los diez mandamientos de los antinieblas
Navidad, el belén, el cristianismo….qué mejor momento del año que este para recordar los diez mandamientos que todo buen conductor debería aplicar al uso de los antiniebla:
1. Usarás el antiniebla solo cuando haya niebla
¿De perogrullo? No para todos.
2. No llamarás niebla a cualquier cosa
Hay nieblas y nieblas. Enciéndelos solo cuando es necesario.
3. Santificarás el interruptor
No todo lo que puede activarse necesita estar activado.
4. Honrarás al conductor que viene de frente y al que te sigue
Porque quizá también tienen ojos, y piensan usarlos más tarde.
5. No molestarás
¿A qué jode que te apunten con una linterna al ojo?
6. No mezclarás luces sin criterio
Largas y antinieblas juntos no es «más luz». Si hay mucha niebla, el haz de luz de largo alcance sufre reflexiones caóticas en las gotas de agua y verás peor (normalmente un «muro» blanco.
7. Pensarás en los efectos secundarios
Antes de encender nada piensa ventajas e inconvenientes. Pensar en gratis.
8. No dirás «así se me ve mejor»
Píntate el coche de amarillo fosforito para que lo veamos mejor siempre.
9. No desearás el antiniebla encendido en toda circunstancia
La moderación también se aplica a la iluminación.
10. No copiarás las malas decisiones
Los tontos hacen tonterías. No sigas a los nieblebers.
El sentido común
Como en casi todo en la vida, para usar correctamente los antinieblas basta con aplicar algo que casi nunca falla: el sentido común.
Recuerda que los faros antiniebla delanteros están pensados, además de para que te vean, para iluminar lo que tienes justo delante, no para ver más lejos. Con niebla muy espesa, su mayor utilidad es ayudarte a mantener la referencia de la línea blanca de la calzada, no aumentar la distancia de visión.
Uses correctamente (o no) las luces antiniebla, adapta la velocidad a la situación. Los coches nuevos que probamos en km77 necesitan normalmente entre 50 y 55 metros para detenerse por completo desde 120 km/h. Esa distancia no la igualarás nunca en una situación real: la medimos con el asfalto seco; no incluye los metros que se recorren mientras reaccionas (desde que ves el peligro hasta que pisas al pedal); y me juego el brazo izquierdo de cualquiera de mis compañeros, a que no vas a frenar con la intensidad con la que lo hacemos nosotros, que estamos acostumbrados a esa maniobra.
¡Felices fiestas y cuidado, como todo el año, en las carreteras!
