El resumen es: el EX90 gasta mucho. ¿Lo es por ser poco eficiente? Yo diría que no, que lo es por ser grande (5,037 m de longitud por 1,964 m de anchura por 1,747 m de altura) y pesado (2787 kg). Nos tenemos que acostumbrar a algo que en los coches de combustión nos ha parecido siempre evidente: los más grandes gastan más.

A este EX90 hay que compararlo con modelos como el Kia EV9 o el Mercedes-Benz EQS. En ese universo, el EX90 orbita parecido. Lo habitual es que el consumo no esté por debajo de los 24 kWh/100 km. Se puede gastar menos, pero entonces hay que conducir buscando ese consumo bajo.

Durante los días que he probado el coche solo ha habido una situación en la que el ordenador ha mostrado menos de 20 kWh/100 km: el recorrido urbano que hago para comparar los coches. Como he dicho en otras ocasiones, es un trayecto que combina zonas despejadas de tráfico con rotondas, pero sin semáforos, en las que hay que circular un buen rato a 30 km/h. También hay una parte de ciudad con detenciones frecuentes por semáforos, pero en general es un recorrido en el que es fácil conseguir un consumo bajo. Y como también he dicho en otras pruebas, el dato de consumo obtenido (18 kWh/100 km en este caso) se puede considerar como el menor posible realizando una conducción normal.

Fuera de esa prueba, y dentro del ámbito urbano (centro y circunvalaciones), el EX90 ha gastado alrededor de 24 kWh/100 km. Esa cifra también es próxima, por debajo, a lo que gasta durante un viaje por autovía a 120 km/h de media. Si algún propietario piensa irse a Alemania a probar a alta velocidad el EX90, le adelanto que el consumo medio supera los 40 kWh/100 km.

A grandes consumos, grandes baterías. No hay otra alternativa para conseguir autonomías razonables en carretera. Volvo ha optado por dos distintas, de 101 (Single Motor) y 107 kWh (el resto). El resultado son autonomías de unos 400 km cuando se viaja y próximas a esa cifra (por arriba o por abajo) en ciudad.

Recarga

Recuperar 100 kWh de batería en un viaje puede ser insoportable si no se realiza la recarga en un punto ultrarrápido. Si lo hay, el EX90 puede cargar a 235 o 250 kW en función del tamaño de la batería.

Esa potencia permite recuperar unos 80 kWh en 30 minutos. O lo que es lo mismo, hay que parar media hora cada, aproximadamente, 300 kilómetros. No iguala a un coche de combustión, pero es un tiempo que seguramente sea asumible para quien viaje con cierta frecuencia.

Si el cargador funciona, la recarga no tiene misterio. Durante la prueba yo no he tenido ningún problema (salvo tener que cambiar de un poste al de al lado en una ocasión porque no daba la potencia anunciada). Tras conectar el enchufe, una luz verde que se ve bien confirma el inicio de la recarga.

En el cuadro se muestra la potencia de carga, el porcentaje y el tiempo restante hasta completarla (hasta el limite que se decida, que es a partir del 50 %). En la pantalla central se duplican contenidos (porcentaje y tiempo), y es el lugar desde el que se configuran los límites y se programan las horas. Los ajustes se pueden hacer por ubicación (así es posible tener una configuración para el cargador de casa y otro diferente para el del trabajo o los públicos).