Volkswagen Polo R WRC (2013) | Información general

16/10/2013 |Enrique Calle

La versión R WRC del Volkswagen Polo, disponible únicamente con carrocería de tres puertas, tiene un motor de 220 CV y cambios decorativos. Está a la venta por 34 860 euros. Volkswagen fabricará 2500 unidades para todo el mundo y prevé que unas 40 o 50 se venderán en España.

El motor del Polo R WRC es de dos litros de cilindrada y tiene un turbocompresor. El cambio de marchas es manual de seis relaciones, no el automático (DSG) que tiene el Polo GTI, versión que hasta ahora era la más potente de la gama con un motor de 1,4 litros y 180 CV (fichas técnicas) y cuyo precio es 12 000 euros más bajo.

Lo que más me ha llamado la atención del Volkswagen Polo R WRC es su capacidad de aceleración en recta. Es normal puesto que tiene una relación entre peso y potencia muy favorable. Pesa más que un Volkswagen Polo GTI —55 kg—, en parte a causa de que su motor es de mayor tamaño, pero comparativamente es mayor el aumento de potencia (40 caballos) y eso se nota de forma clara.

La sensación que me queda es que Volkswagen no ha hecho un coche radical ni por dureza de suspensiones, rapidez de reacciones o ausencia de equipamiento. En este sentido no es tan especial como en un principio cabría esperar, sobre todo cuando sirve de base a un coche que compite en el campeonato mundial de ralis. Está muy bien equipado pues lleva faros de xenón con alumbrado en curva, climatizador y navegador. El equipamiento es cerrado; no se puede añadir ninguna opción y tampoco es posible elegirlo con otra tonalidad de pintura para la carrocería u otra decoración.

Es un modelo relativamente dócil para la potencia disponible, pero no significa que sea fácil aprovechar su motor. Es difícil conseguir una aceleración muy grande —a la altura de la que permite el motor— cuando las ruedas están giradas. Si se acelera mucho en las curvas lentas, pueden ocurrir dos cosas: si se lleva el control de tracción conectado, el coche se queda con poca aceleración a la salida de las curvas lentas porque la electrónica reduce la potencia del motor; si este dispositivo se lleva desconectado, no hay cortes de potencia, pero las pérdidas de tracción pueden ser grandes.

Lo anterior ocurre especialmente practicando una conducción rápida y en marchas cortas. Desde mi punto de vista, las sensaciones de conducción mejoran si se conduce en una marcha más larga de la óptima para conseguir la máxima aceleración (el cambio tiene recorridos algo largos y no es especialmente rápido, pero las marchas entran sin dificultad). Con una marcha más larga se consigue una respuesta más dulce del motor y en consecuencia una trayectoria más precisa, un mejor manejo de la dirección y, en definitiva, una conducción más armoniosa. La enorme fuerza que tiene el motor a bajo régimen permite una conducción de este tipo sin tener la sensación de ir muy despacio. Después de una utilización intensa, los frenos pierden rendimiento de forma apreciable y quizá antes de lo que yo me esperaba en un coche que tiene una potencia tan elevada y que parece que está predestindo a un uso deportivo.

Salvo por la dificultad que supone aplicar la potencia adecuada en cada momento para conseguir transmitir la potencia del motor, el Volkswagen Polo R WRC no me ha parecido especialmente exigente porque no tiene reacciones rápidas o que exijan especial destreza al volante. Además, en una utilización normal es relativamente cómodo. El equipamiento es abundante, los asientos no dificultan la salida o entrada al habitáculo (en ocasiones los modelos más deportivos de cada gama llevan asientos casi de carreras tipo bacquet; no es el caso de este Volkswagen Polo), es relativamente silencioso y la suspensión, aun siendo muy firme, no traslada a los ocupantes movimientos demasiado bruscos o secos. Quizá el blando mullido de los asientos ayuda a tener la sensación de que la suspensión no es demasiado extrema.

Los neumáticos del Volkswagen Polo son unos 215/35 R18, es decir con un flanco especialmene pequeño. A pesar de ello, me ha dado la impresión que esos neumáticos no merman de forma clara la comodidad de marcha (no me parece que este modelo sea mucho más firme e incómodo que un Volkswagen Polo GTI), pero con ese perfil tan pequeño hay que tener cuidado con los bordillos, escalones o en general el piso en mal estado, para no dañar la propia llanta.

En la carrocería hay elementos decorativos, como los retrovisores con carcasa negra, el alerón del mismo color (sobre el cual va colocado el número de unidad entre las 2500 totales), unos adhesivos de color gris y azul en el capó y en los laterales (hay dos diseños distintos), las pinzas de freno son de color azul y las llantas —modelo Caglari— tienen 18 pulgadas de diámetro. Los asientos tienen tapicería de Alcantara y están calefactados, el volante tiene una decoración específica y los pedales son de aluminio.



En España actualmente sólo hay tres turismos de tamaño parecido con más de 200 CV: los MINI John Cooper Works (211 CV) y JCW GP (218 CV) y el Opel Corsa OPC (211 CV). El MINI JCW GP es el que más acelera de 0 a 100 km/h (6,3 s, frente a 6,4 s el Polo, 6,5 el JCW y 6,8 el Corsa). La velocidad punta mayor es para el Polo (243 km/h, frente a 242 del JCW GT, 238 del JCW y 230 del Corsa). El consumo medio de combustible es similar al del JCW y el Corsa (7,5 l/100 km el Polo y el JCW GT, 7,6 el Corsa) y superior al del MINI (6,6 l/100 km).

Para poder homologar el Volkswagen Polo que participa en el campeonato mundial de ralis, Volkswagen ha tenido que fabricar 2500 unidades de un modelo de calle con una serie de especificaciones similares. Algunas de estas especificaciones afectan a la posición del motor. Para ello, Volkswagen ha cambiado la ubicación de los largueros del chasis donde va apoyado del motor. La distancia entre ejes, así como las vías del modelo de competición y del Volkswagen Polo R WRC no coinciden, siendo mayores en el primero. Tampoco son similares la cilindrada del motor o el sistema de tracción (el Volkswagen Polo de carreras lleva uno de 1,6 litros de cilindrada y tracción total).

Con el capó ocurre algo curioso. El Volkswagen Polo R WRC (modelo de calle) lleva uno de tipo sándwich, es decir, está compuesto por dos chapas finas de metal entre las cuales hay una estructura no metálica. Este capó, que pesa dos kilos menos que el de cualquier otro Polo (hecho con una sola plancha de acero de 7-8 milímetros de grosor), no es una exigencia de la reglamentación para fabricar el Volkswagen Polo de carreras. Este capó es una innovación técnica que Volkswagen ha probado en el modelo de calle y que también lleva el modelo de competición.

El tipo de suspensión del Volkswagen Polo R WRC es similar a la de cualquier otro Volkswagen Polo, es decir, lleva una de tipo McPherson en el eje delantero y ruedas tiradas unidas por eje de torsión en las posteriores. Los cuatro discos de freno son ventilados (en el resto de los Volkswagen Polo los posteriores son macizos).

Este modelo se fabrica, al igual que resto de Volkswagen Polo, en Navarra. La carrocería del modelo de competición se fabrica en el mismo sitio.