Toyota Avensis (2009) | Impresiones del interior

07/12/2010 |Enrique Calle y Jaime Arruz

El Toyota Avensis es espacioso para cuatro ocupantes. Tres adultos no viajarán cómodos en las plazas posteriores porque el asiento central es estrecho y está ligeramente más alto que los otros dos. Sin embargo, esa plaza me parece mejor que la de otras muchas berlinas porque la zona para los pies está completamente plana, sin protuberancias (imagen).

Las plazas traseras no son del todo adecuadas para personas de más de 1,80 m porque rozarán con la cabeza en el tapizado del techo y porque los reposacabezas tienen una regulación insuficiente en altura (imagen), por lo que quedan mal colocados.

Con los asientos nos ha ocurrido algo no del todo infrecuente; con el paso de los kilómetros y de los días, nos hemos ido sintiendo cada vez más cómodos sobre ellos. En todo caso, no los hemos encontrado perfectos porque tienen un mullido algo blando, dan poca sujeción y tienen un soporte lumbar algo prominente. Hay coches en cuyos asientos uno se siente perfectamente adaptado y recogido desde un principio, algo que no sucede en el Avensis.

Es sencillo encontrar una cómoda posición de conducción gracias a los reglajes del asiento y el volante. La visibilidad es buena en todos los ángulos. Por ejemplo, hacia atrás, se ve mucho mejor que en un Ford Mondeo. Los espejos retrovisores exteriores son grandes y dan un ángulo de visión amplio.

La información que tiene el conductor es algo escasa. Hemos echado en falta que en la pantalla que hay entre el velocímetro y el cuentarrevoluciones (imagen) se pueda ver información de la radio o un resumen de la información del navegador. Estas informaciones sólo aparecen en la pantalla de la consola (imagen), que queda un poco alejada de la vista. Además, el ordenador de viaje sólo incluye un recorrido parcial —lo normal son dos—.

El Avensis tiene algunas carencias de equipamiento. Tiene freno de mano eléctrico, pero Toyota no ha aprovechado todas sus posibilidades, pues cuando se apaga el motor hay que conectarlo manualmente, igual que en los tradicionales de accionamiento por palanca. Otra carencia es que no se puede variar la sensibilidad de la conexión automática de luces: a veces se apagan cuando la luz todavía es insuficiente para ser vistos perfectamente.

El climatizador funciona muy bien porque es capaz de mantener una temperatura agradable en el interior generando poco ruido y sin corrientes, pero cuando el coche se arranca frío, tarda mucho tiempo en comenzar a caldear el habitáculo —es algo que le ocurre a muchos vehículos—.

Nos parece un fallo que las plazas delanteras no tengan luz de lectura. Tienen un plafón de iluminación, pero no proyecta un haz —por ejemplo para que el pasajero pueda consultar un mapa durante la noche sin molestar al conductor—. Es una luz meramente ambiental.

Al margen de que el interior del Avensis tenga más o menos aspecto moderno —a varios pasajeros les ha parecido que su diseño es tradicional—, el tipo de materiales que tiene y su ajuste es notable.

No sólo es una sensación a la vista o al tacto; cuando se rueda por carreteras descarnadas, el Avensis es de esos coches que no tienen ruidos procedentes de diversas partes del interior, es como si todo estuviese perfectamente ensamblado.

El cuidado por el detalle también se aprecia en que la guantera está perfectamente tapizada con un material similar al terciopelo (imagen) y en que muchos de los recovecos para depositar objetos tienen un fondo de goma, que impide que se mueva, se dañe y haga ruido lo que ahí se deposita.

El interior tiene muchos huecos para dejar objetos. Como tiene freno de mano eléctrico, que se acciona mediante un botón situado justo delante de la rodilla izquierda del conductor, todo el sitio que hay entre los asientos ha sido dedicado a zonas de almacenaje, muy útiles. Hay una consola entre los asientos, muy grande, con varias alturas (imagen) donde cabe casi todo lo que el conductor y el pasajero suelen llevar en los bolsillos. También viene muy bien el pequeño cajón con tapa corredera que hay justo delante para guardar, por ejemplo, el mando a distancia del garaje y las llaves (imagen).

Maletero

Tiene una capacidad de 509 litros, un volumen inferior al de un Volkswagen Passat (565 litros) o un Ford Mondeo (540 litros), y superior al de un Honda Accord (460 litros) o un Renault Laguna (450 litros).

La capacidad de carga del Avensis se puede incrementar reclinando los respaldos de los asientos posteriores. En este caso, no queda un fondo plano sino que hay un pequeño escalón entre el piso del maletero y el tapizado de los respaldos (imagen).

El maletero tiene formas regulares que facilitan la colocación de los objetos a transportar, salvo en la zona más cercana a la boca de carga —hay unos salientes que pueden impedir la correcta ubicación de aquellos que tengan forma cuadrada o rectangular—. No hay que elevar muchos los objetos que se quieran depositar en su interior porque el borde de carga no queda alto (mediciones del maletero).

A pesar de que no hay cajones para dejar pequeños objetos, sí hay algo de espacio bajo el piso del maletero, justo por encima de la rueda de repuesto (imagen). Ésta es de emergencia, más pequeña que las otras cuatro (imagen). Además, hay una cinta con velcro en la parte izquierda (imagen), útil para sujetar una bolsa de herramientas, por ejemplo. También hay cuatro argollas en las que se pueden colocar unos pulpos o unas cintas elásticas para asegurar la carga.

La tapa del maletero se abre con facilidad, aunque el cierre requiere algo de fuerza. Al menos, no queda alta y tiene un tirador que facilita la operación.