Suzuki Vitara (2020) | Impresiones del interior

15/02/2023 |Enrique Calle
El Suzuki Vitara 2020 apenas ha cambiado respecto al modelo original de 2015. Por ello, las impresiones que hay a continuación son prácticamente idénticas a las que publicamos en la prueba de 2015, salvo por algunos matices:

El salpicadero del Suzuki Vitara tiene un diseño simple, sin el esmero que ponen otros fabricantes en llamar la atención con un diseño más moderno (o futurista).
 
 
El calificativo «simple» no es una crítica negativa; más bien al contrario. El Suzuki Vitara es un coche al que uno se acostumbra con facilidad pues, en general, los mandos están bien organizados y son fáciles de encontrar y utilizar. Su aspecto sobrio se puede avivar con el color de algunas de las molduras decorativas que hay disponibles. Los plásticos también son sencillos, pero da la impresión que el ajuste es bueno: no hay ruidos al sobrepasar irregularidades y parece que el conjunto será resistente al paso del tiempo.
 
El sistema multimedia (de serie salvo en las versiones de menor equipamiento) consiste en una pantalla táctil a color de 7,0 pulgadas con mandos, también táctiles, a su alrededor para el manejo de las diferentes funciones. Esta pantalla tiene el mismo aspecto desfasado que la del Vitara de 2015 y las mismas funciones. Sin embargo, nos parece que ha mejorado un poco en sentido de que se notan menos las huellas de los dedos, refleja menos el sol sobre su superficie y responde mejor a las pulsaciones que se hacen sobre los distintos iconos (en el Vitara de 2015 nos pareció que había que insistir o incluso presionarlos con más fuerza para que activasen la función deseada). 
 
Las distintas configuraciones del vehículo (iluminación, asistencia a la conducción, unidades de medida o datos del viaje) se visualizan en la pequeña pantalla que hay entre los relojes de la instrumentación (imagen). El mando que controla estas funciones es una palanquita que está justo a la derecha del velocímetro y que funciona mediante pulsaciones y pequeños giros. (imagen).
 
El habitáculo es espacioso en ambas filas de asientos, aunque hay alternativas aún mejores en este sentido, como se ve en la tabla comparativa de mediciones del interior. Centrándonos en la fila trasera, el espacio para las piernas es similar al que ofrece un Peugeot 2008, Renault Captur, Seat Arona o Volkswagen Taigo. Un Ford Puma es mucho más estrecho entre puertas y un Hyundai Bayon es ligeramente más amplio en todas las mediciones de las plazas posteriores. 
 
 
La banqueta trasera es fija (imagen), no se puede desplazar en sentido longitudinal como sí ocurre con la del Renault Captur, solución que resulta muy útil. En esta fila de asientos no hay un reposabrazos central.
 
El volante (imagen) se ajusta en altura y profundidad. La regulación en altura de los dos asientos delanteros es siempre de serie, sea cual sea el nivel de equipamiento. Lo que no pueden tener, ni en opción, es regulación del apoyo lumbar, pero yo no la he echado en falta. Son unos asientos que cumplen bien su función. En las versiones tope de gama, van tapizados en cuero (los laterales) y un ante o terciopelo (la parte central de la banqueta y respaldo). Imagen
 
Al alcance de los ocupantes de las plazas delanteras hay numerosos huecos portaobjetos, aunque ninguno tiene un fondo de goma que impida que los objetos depositados en ellos se muevan de un lado a otro en las curvas. Detrás, hay un hueco en cada puerta para meter botellas de un litro (imagen).
 
 
La visibilidad hacia el exterior es buena. En algunos todoterrenos de este tamaño, la vista hacia los tres cuartos trasero está muy obstaculizada por un pilar trasero ancho, como sucede con el Jeep Renegade. No es el caso del Vitara. Aún así, para facilitar las maniobras, hay una cámara trasera de aparcamiento (imagen). Para iluminar las plazas delanteras y traseras hay un solo plafón en la parte central del techo que resulta suficiente (imagen).
 
El maletero (imagen) tiene un volumen de 362 litros en el caso de la versión microhíbrida (289 en el Vitara Strong Hybrid). Hay doble fondo que puede colocarse a dos alturas (imagen e imagen). En su posición superior crea una superficie continua con los respaldos posteriores si estos están abatidos (imagen).
 
Debajo del tapizado inferior del maletero hay un hueco donde está el kit de reparación de pinchazos y cabe una rueda de repuesto de emergencia (imagen). También es posible transportar una rueda completa, del mismo tamaño que el resto, pero esto exige colocar la tabla divisoria en la posición más alta y, por tanto, perder espacio de carga.