smart fortwo BRABUS (2006) | Más potente pero no más práctico

10/03/2006 |Juan Manuel Pichardo

Lo que le da la versión BRABUS al smart fortwo es un aspecto distinto, más aceleración, más velocidad punta, un cambio que parece algo más rápido y más equipamiento de serie. Le quita algo confort de suspensión y cuesta casi el doble que un smart 45 passion (comparación de precio).

El smart fortwo me parece una buena idea y recomendable para quien quiera un coche funcional en ciudad, pero tiene algunos inconvenientes que esta versión BRABUS no soluciona (otros los agrava, como el confort de suspensión).

Lo mejor del fortwo y la razón para preferirlo a cualquier coche del mercado es su tamaño. Con lo que mide (2.500 mm) y la maniobrabilidad que tiene (8,8 m de diámetro de giro), se desenvuelve en ciudad como no lo hace ningún otro coche.

Puede aparcar en lugares muy pequeños donde no caben otros coches; este tipo de huecos, no obstante, no se encuentran fácilmente (normalmente, los huecos los dejan coche mayores).

Para sacarle partido hay que cogerle la medida; el principio, puede costar un poco ser consciente de algunas de las cosas que puede hacer. Aun así, acaba llamando la atención que el coche no sea aún más maniobrable; aunque es pequeño, las ruedas no tuercen mucho.

Además de por sus dimensiones, en ciudad es ágil por la respuesta de su motor turboalimentado, especialmente en el caso de este BRABUS de 75 CV. Lo que ocurre es que, para tener esa respuesta ágil, el motor tiene que estar en la marcha adecuada; eso es difícil si el cambio va en modo automático.

El cambio tiende a llevar el motor bajo de régimen, que es algo muy conveniente, pero tarda en reducir de marcha cuando se solicita una aceleración grande. Resulta particularmente incómodo cuando -por ejemplo- nos acercamos a una rotonda despacio y hay que entrar en ella rápidamente. En el momento de acelerar dentro de la rotonda es coche queda unos instantes sin aceleración, aunque se haya pisado a fondo el pedal.

La solución es usar el cambio manualmente mediante la palanca o -mejor- mediante las levas del volante. Después de un periodo de adaptación corto se hace muy cómodo usar el cambio manualmente para los casos en que es necesaria una aceleración súbita.

Lo interesante de este cambio es que, aunque esté funcionando en modo automático, es posible reducir marchas manualmente en cualquier momento (si la velocidad del coche lo permite).

El principal inconveniente en circulación por ciudad es lo lenta que resulta la dirección. Como el motor está por detrás del eje trasero y no hay mucho peso sobre las ruedas delanteras, smart ha considerado que no era necesario incluir de serie la dirección asistida.

El problema es que, para que no resulte demasiado dura, tiene mucha desmultiplicación y resulta lenta de mover. Para doblar una esquina, por ejemplo, hay que manotear sobre el volante mucho más que con cualquier otro coche pequeño. Lo ideal es poder doblar una esquina con un movimiento de cada mano, con el fortwo es imposible hacerlo bien.

El fortwo es un coche más bien duro de suspensión y el BRABUS lo es aún más. En ciudades con pavimento malo o muchas obras resulta incómodo. En este caso, además, las llantas quedan muy expuestas a golpes.

Desde un punto de vista práctico, esta versión BRABUS me parece recomendable para quien valore especialmente cómo va este coche en carretera.

Un fortwo 45 (con motor de 61 CV) permite ir al ritmo normal del tráfico y no pasa de 135 km/h. Esta versión, con motor de 75 CV, cuando se mueve al ritmo normal del tráfico tiene todavía una buena reserva de aceleración y alcanza 150 km/h.

En carretera no va como un turismo normal, sobre todo cuando hay viento o la carretera tiene un firme irregular, pero en las vías de sentido único de acceso a ciudades grandes se mueve muy bien.

Hay dos características que son casi de coche preparado: parte de las dobles salidas de escape se pueden llegar a poner incandescentes y la válvula de descarga del turbocompresor hace un sonido característico de algunos coches de competición.

En esta versión descapotable hay una parte del techo (casi todo) que se puede retraer mediante un botón en salpicadero. Además, se puede plegar manualmente la parte trasera del techo (donde está la luneta) y quitar la parte superior del marco de las puertas, para que quede de esta manera. La visibilidad hacia atrás del forfour no es buena; mejora cuando el techo está completamente plegado.

El precio es tal, que me parece inadecuado un análisis de características y una comparación con modelos alternativos (que, en cierto modo, no hay). Un fortwo cabrio BRABUS como el que hemos conducido cuesta 22.980 €. Éste es el coche; si alguien quiere ese coche, tiene que pagar esa cantidad.