SEAT Ibiza 1.9 TDi FR (2002) | Impresiones del interior

14/06/2004 |Guillermo Benito

Nuestra unidad de pruebas tenía las opciones de tapicería de piel, sistema de navegación, cargador de CD, control de estabilidad y faros de xenón.

El cargador de CD prácticamente inutiliza la guantera, donde no cabe ni la carpeta con la documentación. No hay muchos otros huecos donde depositar objetos. En la parte inferior de la consola central hay un espacio profundo, aunque la superficie de su fondo es la tapa del cenicero por lo que su uso puede resultar incómodo. Hay otro debajo de la palanca de cambios, y las bolsas de las puertas tienen un tamaño normal.

No me ha parecido que los plásticos del interior tengan un aspecto bueno, sí que el ajuste es correcto y que las uniones entre las distintas piezas son uniformes. En las zonas más visibles se aprecian tres tipos de plásticos. En la parte superior del salpicadero se emplea uno muy rugoso y tacto no muy blando. En la parte inferior hay otro igual de rugoso, pero más duro. La consola, la instrumentación y los aireadores están rodeados por una sola pieza de plástico duro, muy liso.

En el FR, esta pieza es de un color gris claro y se refleja mucho en el parabrisas en días soleados. Los alrededores de uno de los aireadores centrales estaban pelados; no da la sensación de que este deterioro se produzca con dificultad.

Los asientos de nuestra unidad de pruebas sujetaban suficientemente bien el cuerpo circulando a ritmo rápido en carreteras con curvas, a pesar de la tapicería de cuero, aunque en curvas a izquierdas muy cerradas tomadas a alta velocidad se echa en falta un mejor apoyo para la pierna derecha; la consola central sobresale poco, con lo que la rodilla queda en el aire y el contacto se realiza con la pantorrilla.

El volante tiene ajuste vertical y longitudinal; no es difícil encontrar una posición de conducción adecuada. Aunque los recorridos no son especialmente cortos, la palanca de cambios es muy suave y se puede manejar con velocidad.

La instrumentación del FR únicamente tiene velocímetro, cuentarrevoluciones e indicadores de temperatura y nivel de combustible; no dispone del voltímetro y temperatura de aceite que tenía el Sport al inicio de su comercialización. Las lecturas del ordenador están en una pequeña pantalla situada en la parte inferior del cuentavueltas, que puede quedar fácilmente oculta a poco que el volante esté girado. Los intermitentes dan tres destellos con un solo toque, algo cómodo en maniobras como un cambio de carril en autovía.

Los controles básicos del climatizador (caudal y temperatura) y el volumen de la radio son fácilmente reconocibles una vez nos hemos aprendido su posición, porque las ruletas son muy similares y al tacto se pueden confundir con facilidad. En más de una ocasión me encontré bajando el caudal de aire cuando lo que pretendía era reducir el volumen del equipo de música. Si se quiere acceder a otras funciones como selección de salidas del aire o seleccionar una sintonía, es difícil hacerlo sin apartar mucho la vista de la carretera.

Sólo hay un punto de luz sobre las dos plazas delanteras, que no proporciona luz suficiente para leer o consultar un mapa con comodidad. El maletero carece de luz, y los asideros sobre las puertas no tienen silicona que retarde el movimiento de retorno.