SEAT Córdoba 4p 1.9 TDi 100 CV (2003) | Impresiones del interior

09/12/2002 |Juan Manuel Pichardo

El Córdoba tiene una longitud cercana a la de versiones de cuatro puertas del Mazda 323 o el Ford Focus, y es mayor que el Peugeot 306 (aún se vende) o el Opel Astra. En achura también está al nivel de estos modelos; centímetro arriba o abajo, todos están en 1,70 m.

Al ser una versión alargada del Ibiza, lo que distingue al Córdoba de coches como estos es la batalla. Los modelos citados pasan de 2,60 metros de batalla, salvo el Peugeot (que tiene 2,58). El Córdoba mantiene la batalla del Ibiza, que son 2,48 m. El Córdoba tiene un voladizo trasero que no es largo en términos absolutos (839 mm), pero sí en proporción a su longitud.

Si el espacio interior lo comparamos con el de coches de su longitud, el Córdoba es estrecho y tiene poco espacio para las piernas.

En términos absolutos, la falta de anchura no es un problema en las plazas delanteras, salvo para quien se sienta mejor si está lejos del pasajero y de las puertas. El hueco que tiene el conductor para las piernas es normal, con la consola más bien cerca de la rodilla (que es lo normal en coches modernos). La altura en las plazas delanteras es suficiente para las personas de mayor estatura.

Para quien use las tres plazas traseras, la falta de anchura no será mucho más apreciable que la de cualquier otro coche de este tamaño. Los cinco centímetros de más que tienen coches más amplios arreglan poco cuando hay que usar las tres plazas traseras (aunque, en ese caso, mejor es tenerlos que no tenerlos). Para dos personas o dos sillas de niño sí hay espacio bastante.

El principal problema de las plazas traseras, desde el punto de vista de la habitabilidad, es la falta de espacio para las piernas. Si los asientos delanteros están en una posición normal (ni muy retrasados ni muy avanzados) a una persona de talla media que se siente atrás casi le rozan las rodillas en el respaldo delantero. El poco espacio disponible hace más incómoda la operación de colocar a un niño en su silla.

La tapa del maletero es bastante amplia para meter cosas como una silla de niño voluminosa o maletas grandes. Tiene articulaciones exteriores, que no roban espacio al cerrar la tapa.

No es de los maleteros más cómodos para meter cosas pesadas, porque el borde de carga está alto (73 cm) y 25 cm por encima del plano de carga.

La forma del maletero no es regular, pero cabría una caja de 95 x 95 x 54 (que es mucho caber). A los lados hay unos huecos, que pueden ser aprovechables cuando se meten objetos largos o con de forma irregular. Como no está tapizado por arriba, hay que tener cuidado para que un objeto voluminoso y delicado no se dañe, o para que algo puntiagudo no se enganche con los huecos que forma la chapa por arriba.

Le faltan ganchos para colgar bolsas o huecos con tapa donde dejar cosas pequeñas; el único lugar donde se pueden llevar objetos pequeños es bajo el piso del maletero. Los triángulos de señalización están perfectamente colocados junto al borde de carga y sujetos con correas; no se mueven ni molestan, y son fáciles de sacar cuando hacen falta (aunque el maletero esté lleno).

La operación de abatir los asientos es sencilla, aunque sólo se puede hacer desde las plazas traseras (no desde el maletero) y es preciso quitar antes los reposacabezas traseros. El procedimiento es levantar y abatir primero las banquetas y, después, plegar el respaldo; el mando para desbloquear es respaldo no está duro. Cuando el asiento trasero está abatido, no queda un fondo completamente plano, hay un resalte a la altura del respaldo.