SEAT Alhambra (2010) | Impresiones de conducción

06/06/2011 |Enrique Calle

El Alhambra es un coche grande, pesado —1.774 kg sin equipamiento opcional— y con capacidad para ser muy cargado. Con el motor Diesel de 140 CV necesita muchos metros para ganar velocidad en una pendiente pronunciada en autopista y resulta lento cuando se necesita adelantar en una carretera en condiciones poco favorables (pendiente o poco espacio). Por esa razón me parece más recomendable la variante de 170 CV. No sabemos cuánto mejora la aceleración porque no la hemos probado.

Una vez lanzado, el Alhambra dieselde 140 CV es satisfactorio porque puede mantener una velocidad alta aparentemente con poco esfuerzo. No hay que hacer mucho caso al velocímetro de este coche porque tiene un error relativamente grande; cuando marca 120 km/h la velocidad real es 113 km/h —en nuestra unidad de pruebas—.

En nuestra medición de aceleración de 80 a 120 km/h, que se hace en la marcha o marchas necesarias para conseguir la máxima aceleración, el SEAT Alhambra ha sido igual de rápido que el Volkswagen Sharan con el mismo motor y algo más lento que un Ford Galaxy también de 140 CV de potencia.

El Alhambra Diesel de 140 CV con cambio manual gasta poco carburante, habida cuenta del tipo de coche que es.

En nuestro recorrido habitual de consumo que es de ida y vuelta por una autopista con pendientes que alcanzan el 6% según las señales, en este caso a una media real de 121 km/h, gastó 7,6 l/100 km de consumo real —el ordenador de viaje tiene un error de un 10% por defecto, que es mucho—. Como gasta poco y su depósito tiene 70 l es posible hacer largos viajes sin parar a repostar.

En el mismo recorrido, un Volkswagen Sharan Diesel de 140 CV con cambio automático de doble embrague «DSG» gastó 8,1 l/100 km. La razón de esta diferencia de consumo es que el Sharan con transmisión automática, y también el Alhambra con el mismo cambio, tiene desarrollos de transmisión más cortos que la variante manual. Así, a 120 km/h con cambio manual el motor gira en sexta a 2.000 rpm y con el automático a 2.400 rpm.

En ciudad, el dispositivo de arranque y parada automática del motor ayuda a aminorar el consumo y, además, funciona muy bien porque arranca el motor con rapidez.

Otro hecho satisfactorio del Alhambra Diesel de 140 CV —es posible que también sea extensible al de 170 CV— es que el ruido del motor está muy bien aislado; suena poco a baja velocidad y casi nada una vez que el coche circula con lanzamiento. El ruido aerodinámico es escaso a velocidad elevada, algo que no es corriente en vehículos con una superficie frontal tan grande. También es muy silencioso porque llega muy poco ruido del contacto de las ruedas con el asfalto.

El poco ruido de marcha es extensible al motor Diesel de 115 CV. Suena muy poco y tiene un funcionamiento muy suave. Su mayor carencia es la dificultad que tiene para mover el coche en las pendientes, incluso cuando va descargado. El motor funciona muy bien, pero el Alhambra le queda un poco grande para circular por carretera. En autovía y con el coche descargado, es necesario reducir a quinta en las pendientes pronunciadas, habituales en nuestras vías, para mantener los 110 kilómetros por hora. En cambio, en ciudad, para llevar a todos los hijos del barrio al colegio, es un motor suave, que para y arranca confortablemente con el sistema automático y silencioso.

(También hemos tenido una breve corta de contacto con el Alhambra Diesel de 140 CV y tracción total. Al igual que la versión de 115 CV, lo ha conducido mi compañero Javier Moltó, bajo un diluvio. Aunque ha recorrido pocos kilómetros y bajo mucha lluvia, su sensación es que no hay gran diferencia de respuesta entre los dos motores. Tampoco ha notado diferencia en el paso por curva, salvo quizá que al acelerar la versión de cuatro ruedas motrices tiene un poco más de tendencia a seguir recto. En cualquier caso, según Javier Moltó, la versión de cuatro ruedas motrices no tiene más sentido que para quien vaya a esquiar con frecuencia o viva en zona de nevadas).

SEAT ha dado con un ajuste muy bueno de la suspensión. El Alhambra reacciona bien a las órdenes del volante, sin un balanceo excesivo, con rapidez. Incluso en zonas de curvas me ha dejado muy buena sensación porque cambia de trayectoria con facilidad y la carrocería no se mueve excesivamente. Como la dirección tiene muy buen tacto deja que el conductor pueda conducir con precisión.

Por cómo reacciona en carretera, me parece claramente superior que los monovolúmenes de su tamaño que ya llevan varios años en el mercado, como el Fiat Ulysee, el Peugeot 807 el Citroën C8. Respecto a los que son un poco más modernos, como el Renault Grand Espace o Ford Galaxy las diferencias me parecen menos notables.

He tenido oportunidad de conducir un SEAT Alhambra y un Volkswagen Sharan —son básicamente el mismo coche— con el mismo motor y en las mismas circunstancias. No me ha parecido que vayan exactamente igual. Creo que el Volkswagen tiene una amortiguación y una dirección ligeramente más dura. Esa diferencia no se debe a las ruedas porque el Alhambra tenía unas más anchas y de menor perfil, de la misma marca y modelo: Continental PremiumContact. Con todo, las diferencias son tan pequeñas que no merece la pena considerarlas a la hora de elegir uno u otro modelo.