Renault Laguna Grand Tour 1.8 16v (2001) | No es grande ni por fuera ni por dentro

07/10/2001 |Juan Manuel Pichardo

El espacio interior de la carrocería Grand Tour no es mucho mayor que el de la berlina. Delante no hay problemas, nada queda demasiado cercano al cuerpo en las plazas delanteras (la puerta, el techo, la consola o la parte baja del salpicadero) y el recorrido longitudinal de asiento es largo.

Detrás la anchura es mayor que en la berlina, pero no muy grande en términos absolutos. Falla en espacio para las piernas; hemos medido algo menos en el Grand Tour, quizá por la diferencia en los asientos. La altura que hemos medido en el Grand Tour es muy pequeña a causa de un enorme techo corredizo, que resta no menos de tres centímetros también en las plazas traseras. Quien dé importancia al espacio en las plazas traseras, mejor que vea un coche con este tipo de techo antes de encargarlo. El maletero es pequeño, principalmente porque tiene menos fondo que el de un Mondeo o un C5.

Reproduzco otras consideraciones hechas para la otra carrocería, que valen igual para ésta. Hay varios huecos repartidos por todo el coche. Sin embargo, no hay cerca del conductor un buen sitio para dejar cosas pequeñas (llaves, monedas, teléfono o mando del garaje). Para hacerlo hay que recurrir a la guantera ente los asientos o al hueco en la puerta, dos espacios que no son muy accesibles y que resultan demasiado grandes (obligan a rebuscar si se llevan varias cosas pequeñas). Hay un pequeño espacio bajo el volante, pero tiene un borde bajo y las cosas se caen.

El puesto de conducción tiene un inconveniente pequeño y uno grande. El pequeño, que las personas más altas y los que conduzcan muy incorporados no ven la parte alta de la instrumentación (incluido el testigo de funcionamiento del control de estabilidad). El grande, un asiento muy blando. En trayectos cortos o medios (digamos una hora al volante) no necesariamente es incómodo. Por encima de ese tiempo puede hacer que la espalda o los muslos se resientan. Por ser blando, además, sujeta muy poco el cuerpo, lo que obliga a hacer fuerza en las curvas para sujetarse. Para el conductor puede ser molesto, aunque tienen el volante, un buen apoyo para el pie izquierdo y la consola para apoyarse (además de que puede prever mejor las curvas); para el pasajero delantero puede ser aún más incómodo.

Otra faceta que puede ser negativa del asiento es que el respaldo no llega a estar tan cerca de la vertical como en otros coches, aunque es algo que pocos conductores llegan a notar. El reposacabezas es muy bueno, porque tiene mucho recorrido vertical y la articulación para inclinarlo en su parte superior.

La ventilación funciona muy bien, pero el climatizador me parece superfluo en este caso. Aun cuando he hecho recorridos en condiciones que favorecen la temperatura constante (cielo nublado y temperatura fresca), el climatizador tendía a usar velocidades del ventilador demasiado altas. No es un problema grande, porque el ventilador es muy silencioso incluso en las velocidades más altas. Con o sin climatizador, el Laguna tienen una buena capacidad para renovar el aire sin producir fuertes corrientes; las salidas de ventilación están muy bien colocadas. Con el climatizador hay un sistema de recirculación automática de aire, que es sensible al monóxido de carbono (inodoro) y los óxidos de nitrógeno.

En el Laguna hay un progreso en la ergonomía del puesto de conducción con relación a otros Renault. Salvo por el mando de distribución de aire del climatizador, que obliga a mirarlo un rato hasta encontrar el punto adecuado (no ocurre en la versión sin climatizador), es de los coches que requieren apartar poco la vista de la carretera.