Renault Laguna (2001) | Impresiones del interior

04/03/2001 |Juan Manuel Pichardo

La gama de carrocerías está compuesta —como hasta ahora— por un cinco puertas y un familiar. Renault sigue confiando en vender una berlina sólo con cinco puertas, algo que hacen muy pocas marcas en esta categoría de coches (Citroën y Skoda, por ejemplo).

A diferencia del anterior, este familiar es más una alternativa de estilo a la berlina que algo hecho para dar más utilidad práctica. De hecho, su boca de carga no es más grande, aunque sí el volumen del maletero. El maletero, en cualquier caso, es pequeño; ha perdido mucho con relación al anterior Laguna y a lo que tienen competidores modernos como Citroën C5 o Ford Mondeo. El espacio para los pasajeros es satisfactorio. No está entre los mejores de esta clase, pero no anda escaso en ninguna medida.

En lugar de llave tiene una tarjeta que funciona como mando a distancia para abrir la puerta y como método para almacenar un código que permite arrancar el coche si se presiona un botón. Hay dos versiones de esta tarjeta: una de ellas funciona como un mando a distancia y hay que introducirla posteriormente en una ranura para que el coche arranque; funcionalmente es igual a una llave. La otra, más sofisticada, se conecta por radio con el coche; cuando el conductor está cerca del coche, las puertas se desbloquean al tirar de la manilla. Al alejarse de él, se cierra automáticamente.

Las dos tarjetas pueden memorizar la posición del asiento de hasta cuatro conductores distintos, si es que el coche dispone de asientos con ajuste eléctrico (que será opcional). Este sistema impide arrancar con una marcha puesta, lo que puede ser un inconveniente si no hay un método alternativo para arrancar a empujón o mover el coche con el motor de arranque.

El sistema de navegación tiene una pantalla 16/9 de alta resolución y unos mandos menos complicados que hasta ahora. Con la infraestructura adecuada (en España no hay) este sistema puede recibir información sobre el tráfico vía RDS y, eventualmente, buscar un itinerario alternativo si en el programado hay algún problema de tráfico.

En el programador de velocidad hay una función para poner un límite, a partir del cual el acelerador deja de funcionar, a no ser que se pise a fondo (para emergencias). Tiene un sistema de ayuda para aparcar, pero sólo en el paragolpes trasero. Todos los espejos retrovisores pueden tener sistema antideslumbramiento: se oscurecen automáticamente si el coche que va detrás tiene las luces demasiado intensas.

Todas las versiones salvo el Authentique, tienen un sistema para poner distinta temperatura para el conductor y el pasajero, y un automatismo para la recirculación de aire, que cierra la toma de aire exterior si detecta ciertas sustancias insanas o malolientes que pueden entrar en el coche.