Renault Clio 2.0 16v Renault Sport (2001) | Lo mejor del coche es su estabilidad

05/02/2001 |Víctor M. Fernández

Hay muchos deportivos que tienen una estabilidad elevada, pero pocos son los que resultan tan equilibrados, fáciles de conducir y eficaces como el Renault Clio 2.0 16v RS. Con relación a un Clio normal, tiene amortiguadores, muelles y barras estabilizadoras más duros, vías más anchas (26 mm delante y 14 mm detrás), altura rebajada (8 mm) y neumáticos más anchos (195/50 VR 15) que han contribuido a incrementar el agarre de un coche que nada tiene que envidiar a otros modelos más potentes y caros en carreteras con curvas.

El Clio RS pisa sobre el asfalto con un aplomo impresionante y transmite al conductor milimétricamente todos los movimientos y reacciones. Es uno de esos pocos coches que se «comunica» con el conductor a través del volante. En apoyo apenas se aprecia balanceo y va «cantando» al conductor cuándo está llegando a su límite de adherencia, momento en el cual se rueda ya muy rápido.

El eje delantero entra en las curvas con una agilidad sobresaliente y sólo pierde motricidad en situaciones críticas de adherencia. La dirección tiene sólo 2,8 vueltas; resulta rápida y precisa. A mí me ha parecido homogénea en general, aunque otros conductores que lo han probado piensan que es un poco lenta en el momento inicial de giro. Lo he conducido por carreteras con muchas curvas y por carreteras rápidas y en ningún momento me ha dado la sensación de que fuese lenta o que el conductor pierda precisión en el giro (quizá es que me ha gustado tanto el coche que me adapto a todo).

Por el contrario, los frenos sí me parecen mejorables. Por un lado, porque tienen un tacto algo brusco en el momento de comenzar la frenada y hace más complicado dosificar una frenada suave. Por otro, porque el ABS (con repartidor electrónico de frenada incluido) me parece que se pone en funcionamiento antes de lo deseable. En cuanto frenamos un poco fuerte, rápidamente actúa el ABS y da la sensación de que no se puede aprovechar todo el mordiente que tiene su equipo de frenos. En carreteras bacheadas, esto se acentúa todavía más y en algunas frenadas tenemos la sensación de que no vamos a parar a tiempo mientras el ABS está en funcionamiento.

Podríamos pensar que los neumáticos no ofrecen un buen agarre y por eso el ABS trabaja antes de la cuenta, pero descartamos esa posibilidad porque el Clio que hemos probado tenía unos Michelin Pilot SX-GT (ahora reemplazados por los Exalto) de los cuales tenemos excelentes referencias sobre su agarre y eficacia.

Un aspecto que me ha sorprendido gratamente son las reacciones del eje trasero. Las ruedas traseras se agarran con una eficacia ejemplar y sólo llegan a deslizar de forma muy progresiva cuando el conductor provoca el sobreviraje. Es decir, en condiciones normales, las ruedas traseras siguen fielmente la trayectoria impuesta por las ruedas delanteras, se aguantan mucho en curva y no se descolocan fácilmente aunque levantemos el pie del acelerador en pleno apoyo. Pocos coches ofrecen semejante nivel de estabilidad y eficacia en curva, tanto rápida como lenta, si bien el trabajo de Renault Sport hubiese sido redondo si se pudiera equipar un control de estabilidad, sistema que no está disponible ni en opción.