Renault Captur (2013) | Impresiones del interior

19/02/2015 |Pablo David González (@PD_Gonzalez)

El puesto de conducción del Captur es correcto por el espacio disponible y por el confort que proporciona el asiento. Los ajustes disponibles para el volante (profundidad y altura) y el asiento (longitudinal, altura e inclinación del respaldo) tienen recorridos suficientemente amplios para que personas de diferente estatura hallen la postura idónea. En un Peugeot 2008 esto no resulta tan fácil.

Se va sentado más alto que en un Renault Clio debido a que la carrocería va más alejada del suelo —además, la banqueta está 2,5 centímetros más alta con respecto al suelo del coche—. Sin embargo, por la posición de los asientos y pedales, no hay gran diferencia entre ir en un Clio o en un Captur. En un Nissan Juke o en un Opel Mokka se va con las piernas más flexionadas: tienen una posición de conducción más de todoterreno.

La fila trasera de asientos del Captur se puede desplazar longitudinalmente 12 centímetros accionando un tirador que hay debajo de la banqueta. También se puede mover desde el maletero, con un mando voluminoso que puede molestar si se quiere aprovechar al máximo es espacio de carga (imagen). En su posición más retrasada hay 9 centímetros más de espacio para las piernas de los pasajeros traseros que en un Clio, cuya banqueta es fija. También hay 10 centímetros más anchura disponible a la altura de los hombros.

Con respecto a sus alternativas, el Captur ofrece más espacio detrás para las piernas que un Chevrolet Trax, un Opel Mokka y un Peugeot 2008, tiene una anchura similar y hay un poco menos de espacio para la cabeza (tabla de mediciones del interior).

El maletero se puede dividir en dos partes con una tabla divisoria. En su configuración más desfavorable —con la banqueta trasera en su posición más retrasada y con la tabla divisora en la posición superior (imagen)— tiene un volumen de 377 litros. Es más grande que el de un Opel Mokka (356 litros) y un Peugeot 2008 (338 litros), aunque más pequeño que el de un Suzuki S-Cross (430 l). Con la banqueta lo más adelante posible y colocando la tabla en su posición más baja (imagen), hay disponibles 455 litros. Debajo del suelo hay una rueda de repuesto de emergencia (válida para circular 200 kilómetros a una velocidad máxima de 80 km/h, imagen).

A diferencia de lo que sucede en el Clio, en el Captur los asideros que hay en el perfil del portón del maletero para cerrarlo sin tocar la carrocería tienen una forma que los hace útiles y cómodos de utilizar.

Los asientos traseros se pueden abatir en dos secciones (en proporción 1/3 y 2/3). Los respaldos forman una superficie continua y casi plana con el maletero cuando la tabla divisora se pone a en la posición superior (imagen). Si la fila de asientos se mueve hacia delante queda un hueco entre los respaldos y la tabla divisoria (imagen). Cuando la tabla divisora se pone en su posición más baja, queda un salto de unos 25 centímetros (imagen).

Es reseñable la cantidad y el tamaño de los huecos disponibles dentro del habitáculo. Hay huecos en las puertas, en la parte inferior de la consola y otro con tapa en la parte superior (imagen) y una bandeja extraíble entre los dos asientos (imagen). La guantera es muy grande (11 litros) y se abre como un cajón (imagen). Esta forma de apertura facilita ver y acceder a lo que hay guardado, pero obliga al pasajero a abrir las piernas para no golpearse con ella al abrirla. Está iluminada y no tiene salida de aire en su interior.

Otro aspecto singular del Captur es la posibilidad desmontar y lavar las piezas de tela que recubren los asientos. Para hacerlo es necesario desabrochar unas cremalleras y despegar unas tiras de velcro (imagen). Es un proceso sencillo (vídeo). Las piezas de tela se han de lavar a 30 grados centígrados y un máximo de cuatro veces —a partir de ese momento pueden empezar a deteriorarse—.

La diferencia más significativa entre el salpicadero del Captur y del Clio está en la forma de la consola, más redondeada en el primero (imagen) que en el segundo (imagen). Las salidas centrales de aire también son diferentes, pero su manejo continúa siendo desagradable por lo poco precisas y duras y por el tacto frágil de las ruletas con las que se dirige el flujo de aire y porque éste no puede dirigirse de mitad hacia arriba (en el Clio sucede que no puede dirigirse de mitad hacia abajo).

Otro detalle que debería estar más cuidado es la presencia de bordes cortantes en el hueco de la parte superior de la consola y en los bordes superiores de los bolsillos de las puertas.

El resto de mandos e instrumentación son idénticos o muy parecidos a los del Clio, como también lo son los materiales que recubren las diferentes superficies. Los de la parte superior tiene un cierto acolchado y un tacto correcto. Los de la parte inferior son duros y de tacto menos agradable.

Con los niveles de equipamiento «Life» e «Intens», el volante no está forrado de cuero y no tiene la moldura de plástico que cubre los brazos y la mitad inferior del aro que sí tienen el resto de niveles. Este último detalle, que aparentemente es una desventaja, es en realidad todo lo contrario, ya que dicha moldura no queda perfectamente enrasada con el volante en la zona de unión con el radio inferior y presenta cierto filo al pasar por el dedo.