Porsche Cayenne (2007) | Impresiones del interior

27/02/2009 |Alfonso Herrero

Por presentación, calidad de acabado, ajuste y maleriales utilizados, el Porsche Cayenne está en la línea de una berlina de lujo. Puertas, salpicadero, guanteras y consolas están recubiertas con plásticos mullidos, plásticos pintados de suave tacto o incluso piel y maderas nobles.

Su construcción parece muy sólida aunque la unidad que hemos probado tenía un "grillo" en la puerta del conductor. Nuestra unidad tenía más kilómetros de lo normal en un coche de prensa y, posiblemente, haya recibido un trato duro.

La insonorización es buena, si bien el Cayenne no es un coche sumamente silencioso. Desde el interior lo que más se llega a oir es el motor, probablemente porque en Porsche han procurado que sea así.

El asiento del conductor puede tener múltiples reglajes eléctricos que permiten encontrar una posición muy cómoda pero siempre con la cabeza muy alejada del apoyacabezas (que sólo tiene regulación en altura). El asiento no es de los que tiene grandes protuberancias en los laterales, pero sujeta convenientemente el cuerpo en las curvas.

El volante es regulable en altura y profundidad (según la versión puede tener un mando eléctrico). Como es tradición en Porsche, la llave de contacto está situada a la izquierda del volante (el mando tiene la silueta del Cayenne) y lejos de la rodilla del conductor.

En la prolongación de la consola hay, a ambos lados del cambio, unos asideros tapizados de piel. Son muy útiles porque sirven tanto para apoyar la pierna, en el caso del conductor, como para asirse a él, en el caso del pasajero.

Las dimensiones del habitáculo son similares a las del VW Touareg: hay espacio para acomodar a cinco adultos en su interior, pero no es especialmente espacioso con relación a su tamaño exterior. Ofrece menos espacio (sobre todo para las piernas en las plazas traseras) que otros todo terreno similares o incluso más cortos.

 

Porsche declara una capacidad para el maletero de 540 litros. Los asientos traseros se pueden abatir por partes desiguales (60/40) para dejar un espacio de carga con fondo completamente plano. En tal situación, la marca declara un volumen de carga de 1.770 litros.

En las mediciones que hemos realizado, el maletero tenía una longitud de 95 cm de largo, 116 cm de ancho y 47 cm de alto hasta el cubre maletero enrollable (97, 115 y 55 cm respectivamente en el Touareg). Su forma es muy aprovechable. Sin el cubre maletero, la altura mínima al techo es de 83 cm y se pueden transportar objetos de hasta 165 cm de longitud con los asientos abatidos.

También se puede acceder al maletero a través de la luneta. Este acceso de puede utilizar con la parte trasera pegada contra una pared, ya que el cristal no llega a golpear contra ella (en esta situación no es posible abrir el portón). Además, es posible poner y quitar la cortinilla enrollable desde un lateral del coche. Opcionalmente, hay un sistema de apertura y cierre automáticos para el portón.

Hay unas guías en el maletero para accesorios (una barra telescópica o una cinta enrrollable). Bajo el piso hay una rueda de repuesto de emergencia desinchada o bien se puede llevar un kit antipinchazos con líquido sellante, en ambos casos con un compresor de aire para inflar las ruedas. Opcionalmente, Porsche comercializa un soporte para llevar una rueda de repuesto en el exterior, tras el portón.

Un tema bien resuelto es la iluminación del interior. Nuestra unidad llevaba el techo practicable normal (hay uno de mayor tamaño) y tenía puntos de luz delante (cerca del retrovisor), en las plazas traseras (junto a los asideros del techo), en los pies y en el techo en la zona del maletero. En la parte interior del portón hay otras dos luces para iluminar la zona de carga y dos de color rojo para señalizar el coche (se encienden al abrir el portón).

Hay detalles que delatan que el Cayenne no es un modelo nuevo, sino una actualización de un coche concebido ya hace unos años.

Por ejemplo, la pantalla del navegador está colocada muy abajo y hay que desviar mucho la mirada de la carretera. Lo mismo sucede con la pantalla del climatizador, está debajo del navegador; además, a algunas personas les resultará difícil de leer por el pequeño tamaño de las indicaciones.

Por otra parte, algunas de las informaciones que proporciona el ordenador del coche se visualizan en la pantalla que hay en el cuadro de instrumentos (la autonomía, por ejemplo), mientras que para ver otras hay que emplear la pantalla del navegador (consumos medios y también la autonomía, por ejemplo). Además, los mandos para manejar una u otra información son distintos.

También me parece excesiva la utilización de cinco pantallas para mostrar diversas informaciones (tres en el cuadro de instrumentos, la del navegador y la del climatizador; imagen). En otras versiones del Cayenne, las tres pantallas del cuadro se sustituyen por una de mayor tamaño y en color (imagen), en vez de las monocromas del Cayenne normal.

Hay otros todo terreno en los que estos aspectos están mejor resueltos.

La información acerca del estado del coche es abundante: además de los indicadores habituales hay un indicador de temperatura del aceite y del funcionamiento del alternador (voltaje de carga de la batería).

Todos los mandos que actúan sobre los elementos que modifican la conducción del coche están agrupados. Tras el cambio de marchas, hay dos palancas y cuatro botones: con ellos se varía la altura de la suspensión, la dureza de la amortiguación («PASM», Porsche Actuve Suspensión Management), se selecciona el modo «Sport» y se activan la reductora o el bloqueo de los diferenciales.

Además de los testigos luminosos en los propios mandos, la función seleccionada también aparece durante unos segundos en la pantalla principal del cuadro de instrumentos.